El 27 de febrero a última hora de la noche, la cámara baja del legislador esloveno destituyó al primer ministro Janez Janša y encargó a la nueva líder de Pozitivna Slovenija (PS), Alenka Bratušek, la formación de un nuevo gobierno, tarea para la cual contará con quince días de plazo. La situación actual es el […]
El 27 de febrero a última hora de la noche, la cámara baja del legislador esloveno destituyó al primer ministro Janez Janša y encargó a la nueva líder de Pozitivna Slovenija (PS), Alenka Bratušek, la formación de un nuevo gobierno, tarea para la cual contará con quince días de plazo. La situación actual es el producto de quince frenéticos meses, los transcurridos desde las elecciones generales de diciembre de 2011. El pentapartido que logró conformar Janša, con su SDS a la cabeza a duras penas llegó al año de vida.
A finales del año pasado, el malestar social ante las políticas de austeridad había empezado a tener un cierto impacto en las instituciones. Tres de los partidos que sostenían al ejecutivo de Janez Janša fueron abandonado la coalición paulatinamente, quedándose con los muy minoritarios democristianos de Nova Slovenija como únicos socios. El primer ministro, que no es una persona acostumbrada a claudicar, decidió huir hacia delante con un gobierno en minoría donde el nombramiento de nuevos ministros era bloqueado por el parlamento. La dimisión del responsable de finanzas, el neoliberal Janez Šušterčič (de la Lista Ciudadana de Gregor Virant), obligó a Janša a asumir él mismo la misma cartera. Ante esta situación, la oposición – socialdemócratas y el centro-izquierda de Pozitivna Slovenija – acordó presentar una moción de censura y la elección de un nuevo presidente del parlamento.
Precisamente, la posición de presidente de la Asamblea Nacional eslovena ha sido motivo de discordia desde el inicio de la legislatura, y en su evolución se puede observar un rasgo característico de los tiempos que vive Europa, el del declive de los tecnócratas. La presidencia de la cámara baja fue ocupada en diciembre de 2011 por Virant, un antiguo aliado de Janša que creó su Lista Ciudadana para concurrir a las elecciones. Tras su paso por el Ministerio de Administraciones Públicas, llevaba consigo la fama de buen gestor y propugnaba un programa económico neoliberal.
Aquel movimiento fue cuanto menos sorprendente, en la medida en que se producía justo en el momento en el que su partido negociaba su entrata en un posible gobierno de izquierdas liderado por el alcalde de Ljubljana, Zoran Janković. A su vez, se trataba de una posición importante desde el punto de vista institucional, lo cual, inesperadamente, no fue observado por Virant. Hasta qué punto se evidenciaron sus intenciones se puede observar en su renuncia al cargo hace justamente un mes, cuando su partido abandonó la coalición. Los últimos coletazos de la tecnocracia de Lista Ciudadana se pusieron de manifiesto en la carta enviada por Šušterčič a la cúpula de su partido, en la cual expresaba su preocupación ante la posibilidad de que este se incorporara en una coalición con la izquierda, lo cual pondría en peligro su mayor realización como ministro: la creación de una sociedad pública de gestión de activos bancarios, conocida como «banco malo».
El problema planteado por Šušterčič obliga a preguntarse sobre las perspectivas a corto plazo. En particular, el encargo a Bratušek bien ha podido ser una forma de ganar tiempo para Virant y, sobre todo, para los socialdemócratas de Igor Lukšič, cuya intención de voto crece a la par que disminuye la de PS. Su líder indiscutible ha tenido que ceder el testigo al haber sido implicado, junto a Janša, en distintos casos de corrupción, según un informe de la comisión anticorrupción que ha vuelto a encender las calles eslovenas. Se da por segura la convocatoria de elecciones para antes del próximo invierno, pero bien podría adelantarse a las próximas semanas, lo cual se deberá compaginar con la necesidad de mantener un parlamento constituido para ratificar, antes de abril, el tratado de adhesión de Croacia a la Unión Europea. En este contexto, el único socio seguro con el que puede contar Bratušek es el líder del partido de los pensionistas, Karl Erjavec, que desde 2004 ha ocupado, sin interrupción, las carteras de defensa, medio ambiente y relaciones exteriores.
Fuente original: http://eurasianhub.com/2013/03/04/eslovenia-o-la-transitoriedad-permanente/