La esperada indagación pública sobre la muerte del brasileño Jean Charles de Menezes, abatido por error en un metro de Londres en julio de 2005, en uno de los más trágicos episodios en la guerra de Gran Bretaña contra el terrorismo, se abre por fin el lunes en Londres. La muerte de De Menezes, que […]
La esperada indagación pública sobre la muerte del brasileño Jean Charles de Menezes, abatido por error en un metro de Londres en julio de 2005, en uno de los más trágicos episodios en la guerra de Gran Bretaña contra el terrorismo, se abre por fin el lunes en Londres.
La muerte de De Menezes, que su familia califica de «asesinato», se abre 1.156 días después de que el electricista de 27 años fuera acribillado de siete tiros en la cabeza por dos agentes de la policía, que tomaron al inmigrante brasileño por un kamikaze.
La indagación se celebrará en la sala John Mayor, situada en un famoso campo de cricket del sur de Londres, no muy lejos de la estación de metro de Stockwell donde el joven fue abatido, dos semanas después de los atentados contra los transportes públicos londinenses, que dejaron 52 muertos, y al día siguiente de una serie de atentados fallidos en Londres.
Nunca se habrá visto en el campo de cricket Oval, construido hace 140 años, nada tan dramático, ni tan traumatizante para los británicos, como esta indagación judicial sobre la muerte de De Menezes, a la que asistirá su madre, María, que ha viajado de Brasil, indicaron familiares.
Medio centenar de policías prestarán testimonio de manera anónima sobre los sucesos ocurridos el 22 de julio del 2005, cuando el brasileño, que se dirigía como todos los días al trabajo, fue abatido a quemarropa, en un vagón del metro londinense.
Por primera vez, prestarán testimonio ante una corte los dos agentes de Scotland Yard que dispararón contra De Menezes, a los que se conoce sólo como «los tiradores».
El representante de la familia del joven electricista brasileño, Yasmin Khan, recordó que los parientes (de De Menezes) han aguardado más de dos años para que empiece esta investigación judicial.
«Hasta ahora, la familia ha sido excluida del proceso», señaló Khan, afirmando que la investigación pública que se abre el lunes, y que se prevé dure tres meses, será la primera oportunidad para que los parientes del joven brasileño planteen interrogantes sobre las circunstancias de su muerte.
La indagación judicial del inmigrante brasileño es similar a la que se celebró para esclarecer la muerte de la princesa Diana de Gales y su novio, Dodi al Fayed, que dictaminó en abril pasado que la muerte de la pareja había sido un accidente, no un asesinato.
Este tipo de investigación pública -un procedimiento jurídico específico a Inglaterra y Gales- tiene como objetivo determinar las causas de una muerte en caso de circunstancias violentas o inexplicadas.
No es un proceso, ni se pronuncia condena alguna, pero las conclusiones del jurado pueden ser la base de otros pasos legales, como reclamar que los culpables rindan cuentas ante la justicia si el jurado concluye que la muerte fue un asesinato.
La familia espera que el jurado ciudadano «concluya que su muerte fue un asesinato», dijo Khan.
«Después de eso, la fiscalía deberá revisar su decisión de no procesar a agentes individuales», así como la decisión de no adoptar sanciones disciplinarias, explicó.
En el juicio que se celebró por este caso, el año pasado, la Policía fue declarada culpable colectivamente de vulnerar regulaciones de seguridad y multada con 175.000 libras (252.000 euros, 364.000 dólares), aunque ninguno de los implicados fue inculpado personalmente.
La familia ha reclamado insistentemente la renuncia del jefe de la policía metropolitana, Ian Blair, que sigue en su puesto, pese a que Scotland Yard fue declarado culpable por un tribunal de Londres y después de que la Comisión Independiente de Quejas contra la Policía (IPCC, por sus siglas en inglés) lo criticara directamente.
En noviembre pasado, un informe de esta Comisión criticó a la Policía Metropolitana de Londres por la muerte de De Menezes, afirmando que «pudo haberse evitado».
La Comisión que investigó el hecho, como sucede con todas las muertes ocurridas a manos de los cuerpos de seguridad, reportó múltiples errores en el operativo y reprochó al jefe de Scotland Yard tratar de impedir la investigación.
Hasta ahora, ningún oficial de policía -ni su jefe máximo ni los casi 20 agentes que participaron en la operación, ni tampoco los policías que apretaron el gatillo- ha sido procesados, por lo que la la familia reclama que rindan cuentas ante la justicia.