Los eurodiputados que investigan las supuestas actividades ilegales de la CIA en Europa denunciaron hoy la presión de EEUU sobre algunos gobiernos europeos para evitar que salga a la luz toda la verdad sobre este caso. Ciertos responsables políticos «dicen de forma confidencial que tienen una gran presión de la administración estadounidense», aseguró hoy el […]
Los eurodiputados que investigan las supuestas actividades ilegales de la CIA en Europa denunciaron hoy la presión de EEUU sobre algunos gobiernos europeos para evitar que salga a la luz toda la verdad sobre este caso.
Ciertos responsables políticos «dicen de forma confidencial que tienen una gran presión de la administración estadounidense», aseguró hoy el vicepresidente de la comisión temporal del Parlamento Europeo (PE) que investiga este caso, el alemán Cem Oxdemir.
«No debemos forzarlos» a desvelar la información de la que puedan disponer porque son países que tienen buena relación con EEUU y que quieren mantenerla, según Oxdemir, quien precisó que no hablaba en nombre de toda la comisión parlamentaria.
Algunos de esos países, puntualizó, quieren sumarse a la Unión Europea (UE) y, por lo tanto, deberían ajustarse a sus normas.
El parlamentario alemán forma parte de la delegación del PE que realiza una visita a Washington para recabar información sobre la supuesta existencia de cárceles clandestinas de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el supuesto uso de aeropuertos europeos para trasladar a detenidos a países en los que podían ser torturados.
En un acto en la sede del centro de estudios «New America Foundation», Oxdemir dejó claro que no habían venido a EEUU para amonestar a la CIA sino para intentar aclarar las razones por las que algunos países de la UE o candidatos a convertirse en miembros estuvieron, de una forma u otra, implicados en esas acciones.
Por ahora, añadió, la investigación ha revelado que «es muy probable» que existieron o existen prisiones o centros de detención de la CIA en Polonia y Rumanía.
«Es difícil decir dónde exactamente» porque la gente que puede saberlo no quiere hablar, prosiguió, pero hay testigos, por ejemplo, del aterrizaje en Polonia de un vuelo de la CIA procedente de Tailandia con al menos un prisionero sospechoso de terrorismo.
El informe provisional sobre las pesquisas realizadas hasta ahora pone de manifiesto también que uno de los «aeropuertos clave» para el traslado de los detenidos fue el de Palma de Mallorca, en España, según Oxdemir.
Los 13 miembros de la delegación de la Eurocámara, que ya se entrevistaron con representantes de organizaciones no gubernamentales y de derechos humanos, se reunirán también con responsables políticos como el senador Dick Durbin, o el legislador Robert Wexler, ambos demócratas.
Sin embargo, no fueron recibidos por los dos congresistas republicanos que figuraban en su agenda, el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Peter Hoekstra, y el miembro de ese mismo Comité Mac Thornberry.
Otro de sus interlocutores será John Bellinger, asesor legal de la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, quien reconoció el pasado jueves en Bruselas que en «raras ocasiones» y tras los atentados del 11-S, EEUU había trasladado a sospechosos de terrorismo de un país a otro para evitar que escaparan a la Justicia.
Bellinger aseguró, no obstante, que «las alegaciones de que ha habido un gran número de vuelos con detenidos a bordo y, aún peor, destinados a ser torturados, son simplemente absurdas».
Los eurodiputados tienen previsto reunirse además con el secretario de Estado adjunto para Asuntos Europeos, Daniel Fried, y con el ex director de la CIA James Woolsey.
Con todos ellos tratarán de aclarar la información desvelada el pasado noviembre en EEUU por el diario «The Washington Post» según la cual la CIA trasladó prisioneros a través de aeropuertos europeos con rumbo a centros de detención clandestinos en Europa Oriental.
Poco después de que el escándalo saltase a la luz, el PE decidió crear una comisión temporal encargada de investigar las supuestas actividades ilegales de la Agencia estadounidense.
El viaje a EEUU de los miembros del PE se produce en un momento especial para la CIA y su futuro, ya que está en marcha el proceso de designación del que será su nuevo director, en sustitución de Porter Goss, quien renunció al cargo el pasado viernes.
El candidato elegido por Bush para hacerse con las riendas de ese organismo de espionaje es el general Mikel Hayden, quien deberá conseguir el visto bueno del Senado para su nombramiento.