«Gracias a los próceres somos independientes». El acontecimiento también puede ser evaluado retrospectivamente por sus consecuencias históricas. ¿Cuál es el legado del 3 de Noviembre de 1903? ¿Un país independiente? Evidentemente no. Los próceres no nos legaron, ni siquiera, una «independencia mediatizada», como insisten sus defensores, sino un «protectorado», es decir una colonia controlada en […]
«Gracias a los próceres somos independientes». El acontecimiento también puede ser evaluado retrospectivamente por sus consecuencias históricas. ¿Cuál es el legado del 3 de Noviembre de 1903? ¿Un país independiente?
Evidentemente no. Los próceres no nos legaron, ni siquiera, una «independencia mediatizada», como insisten sus defensores, sino un «protectorado», es decir una colonia controlada en todos los sentidos por Estados Unidos. Quien lo dude, que repase el Tratado Hay-Bunau Varilla, refrendado por ellos sin leerlos ni traducirlo al español, y el artículo 136 de la Constitución de 1904.
El destino de los 10 millones de dólares pagados por la firma del Tratado Hay-Bunau Varilla es el reflejo más ridículo y a la vez el más real de cuan poco «independiente» se hizo Panamá: 1 millón se gastó en la separación pagando sobornos (la contabilidad gubernamental no pudo registrar en qué se gastó), 3 millones entraron al erario para que funcionara el gobierno a partir de 1904; y 6 millones se quedaron en Estados Unidos para ser invertidos en bienes y raíces («fondos de la posteridad») administrados por el agente fiscal y cónsul de Panamá en Nueva York, nada menos y nada más que el Sr. William N. Cromwell.
¿Carecemos de pasado heroico y orgullo nacional? No. Pero el heroísmo y lo poco que tenemos de «independencia» no lo obtuvimos de los gestores del 3 de Noviembre, sino de los verdaderos próceres que dieron su lucha, su sangre y su vida: los soldados de Coto de 1921, los trabajadores del Movimiento Inquilinario de 1925, la juventud de 1947, de 1958 y 59, y sobre todo los Mártires de 1964. A ellos debemos homenajear.
La historia panameña del siglo XX no se entiende sino como lucha contra la imposición colonialista del 3 de Noviembre de 1903.
Extracto del artículo: «El debate del centenario», publicado en Revista Cultural Lotería No. 461, julio – agosto de 2005.
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