El pretexto para la realización del plan sería, según el ministro del Interior italiano, «reconstruir las relaciones familiares, a veces poco claras, entre los gitanos».
El Parlamento Europeo le ha dado una lección a la política del gobierno italiano contra los gitanos. La Eurocámara ha expresado su total rechazo al plan italiano de indentificación de la población romaní del país . Además, considera que la toma de huellas dactilares constituría un acto de discriminación étnica .
El pleno de la Eurocámara ha respaldado por 336 votos a favor, 220 en contra y 77 abstenciones una resolución presentada por diputados de los grupos Socialista, Liberal, Verde y de la Izquierda Unitaria.
La moción, por otra parte, ha sido aprobada con la oposición del grupo Popular Europeo (PE).
Medidas inmediatas
En el texto aprobado, los eurodiputados instan a las autoridades italianas a abstenerse de recopilar las huellas dactilares de la población romaní, menores incluidos, al considerar que esto «constituiría claramente un acto de discriminación basado en la raza y el origen étnico».
Además, piden a Roma que no utilice las huellas ya recopiladas a la espera de que la Comisión Europea evalúe las medidas que tiene previsto tomar el Ejecutivo de Silvio Berlusconi.
El PE considera «inadmisible que, con el objetivo de proteger a los niños» que pregona Italia «se violen sus derechos fundamentales y se les criminalice».
En este sentido, asegura que la mejor forma de defender a los menores gitanos es «garantizar su acceso a la educación, la vivienda y la asistencia sanitaria, en el marco de políticas de inclusión e integración, y protegerles contra la explotación».
Además, los parlamentarios condenaron «de forma tajante todas las formas de racismo y discriminación a que deben hacer frente los ciudadanos romaníes» y reiteraron que las «políticas que aumentan la exclusión nunca serán efectivas para luchar contra la delincuencia».
El comisario europeo de Justicia e Interior, Jacques Barrot, que intervino ante el Pleno, anunció que Bruselas recibió anoche «una primera respuesta» de las autoridades italianas a su petición de más información sobre las medidas de emergencia que ha planteado.
Según explicó el ministro italiano del Interior, Roberto Maroni, la toma de huellas dactilares sólo se llevaría a cabo si no hay otra forma de identificar a los individuos.
En el caso de los menores de 14 años, las huellas sólo se reunirían con autorización judicial y como última opción.
En cualquier caso, Barrot aseguró que la Comisión Europea se mantendrá «vigilante» y quiere conocer al detalle la finalidad de las medidas emprendidas por Italia, el procedimiento por el que se harán efectivas y la forma en la que se guardarán los datos recopilados.
En su primera reacción a los planes de Maroni, Bruselas consideró que la toma de huellas a un grupo étnico específico violaría las normas europeas contra la discriminación.
En los últimos días, los eurodiputados italianos partidarios del Gobierno de Berlusconi han denunciado una campaña de la izquierda italiana para desprestigiar al Ejecutivo a través de «mentiras».
El gobierno italiano reaccionó con indignación a la resolución de hoy del Parlamento Europeo, considerándola «prejuiciosa» y una «indigna acusación de racismo».
El canciller italiano, Franco Frattini, afirmó que el Parlamento Europeo aprobó una resolución «prejuiciosa y política», en una «indigna acusación de racismo» hacia el gobierno de Silvio Berlusconi.
Su colega de Interior, Roberto Marini, alegó que Italia está dando «una batalla de civilización» al tratar de acabar con los campamentos de gitanos, que tienen condiciones «peores que las favelas».
El titular de Política Comunitaria, Andrera Ronchi, afirmó a su vez que el gobierno rechaza «con fuerza e indignación» la votación del Parlamento Europeo, que definió como «una de las peores páginas de las instituciones europeas».
Frattini, Marini y Ronchi participaron hoy en una conferencia de prensa en Roma, en la sede de la Prensa Extranjera, donde expusieron la posición del gobierno de Silvio Berlusconi luego de la resolución del legislativo de la Unión Europea.
El ministro de Exteriores dijo que el gobierno de su país esperaba ser escuchado por el Parlamento y por la Comisión Europea antes de que esas instituciones emitieran un juicio sobre la toma de huellas digitales. En cambio, agregó Frattini, el Parlamento Europeo «votó sin escuchar y sin respetar».