Recomiendo:
0

Irán

Halcones sobre Ormuz

Fuentes: Rebelión

Donald Trump, arrastrado por la presión de Israel, el lobby judío de Nueva York y su consejero y yerno, Jared Kushner, un sionista confeso, que responde más a los intereses de Tel-Aviv, que a los de Estados Unidos, desde el comienzo de su mandato ha puesto a Irán en la mira. En mayo de 2018, […]

Donald Trump, arrastrado por la presión de Israel, el lobby judío de Nueva York y su consejero y yerno, Jared Kushner, un sionista confeso, que responde más a los intereses de Tel-Aviv, que a los de Estados Unidos, desde el comienzo de su mandato ha puesto a Irán en la mira.

En mayo de 2018, Trump con la ruptura del acuerdo nuclear, que se conoció como 5+1 que junto a los Estados Unidos habían logrado tras trabajosas negociaciones, Rusia, China, Alemania, Reino Unido y Francia, en 2015, el compromiso de Irán de no proseguir sus investigaciones para alcanzar la construcción de armas nucleares, Trump también ordenó la reimplantación de las sanciones que estaban ahogando la economía iraní, no ha dejado de azuzar a Teherán intentado provocar una reacción que puede desatar un guerra que no tendría parangón en la historia de la humanidad.

Hasta ahora la única consecuencia real de la ruptura del acuerdo nuclear es que Irán acaba de superar el límite de enriquecimiento de uranio, que se había acordado en 2015, si bien el hecho en la práctica es pequeño, en lo político y diplomático tiene un gran peso.

En procura de esto, Trump alentado por el guerrerista John Bolton, su asesor de seguridad nacional, ha lanzado una nueva andanada, ya no de amenazas, sino de acciones concretas, que están obligando al país de la Revolución Islámica, a actuar en consecuencia.

El 12 de mayo, dos petroleros saudíes, uno noruego y otro emiratí, resultaron dañados por diferentes ataques en el Golfo de Omán frente a los Emiratos Árabes Unidos (EAU). En el mes de junio otros dos buques petroleros, el noruego Front Altai y el Kokuka Courageous de Singapur, volvieron a sufrir ataques y aunque se intentó responsabilizar a Irán, los «incidentes» siguen sin esclarecerse. Es importante anotar que a escasas millas de donde se sucedieron los ataques, en Bahréin, se asienta la poderosa quinta flota de los Estados Unidos, por lo que no habría que descartar un ataque simulado de Washington.

El 4 de julio en Gibraltar, en lo que Bolton tomó como un homenaje a los Estados Unidos, en su día de la independencia, infantes de marina británicos capturaron el tanquero iraní, de bandera panameña Grace I con la excusa de que trasportaba crudo a Siria, violando las sanciones impuestas por la Unión Europea (UE) contra Damasco. A pesar de que esas sanciones rigen desde 2011, nunca antes había sucedido algo similar, por lo que no queda duda que Londres, obedece, una vez más, ordenes emanadas por Washington, aunque la prensa británica todavía no pudo establecer quien ordenó dicha detención, que además produjo un nuevo choque diplomático entre Madrid y Londres, por la vieja disputa de la posesión de Gibraltar.

La sospecha señala que el equipo de Bolton fue el responsable de la fabricación del incidente del Gracia I, que estaba siendo vigilando por los satélites estadounidenses desde abril, cuando todavía estaba anclado en el Golfo Pérsico, demasiado grande para atravesar el Canal de Suez, debió alcanzar el Cabo de Buena Esperanza para dirigirse al Mediterráneo.

El Pentágono informó a Madrid, dos días antes de la llegada al estrecho de Gibraltar, que el petrolero iraní se dirigía a la refinería siria de Banias. Desde entonces la marina española monitorio su paso por Gibraltar, aunque no intervino, cediéndole amablemente el problema al Reino Unido, que con abordó la nave 30 infantes de marina.

En respuesta de esto se conoció el viernes 19, que efectivos iraníes, había retenido dos barcos que navegaban por el estrecho de Ormuz, el Mesdar de bandera liberiana, también operado por británicos, que ya habría quedado liberado y el petrolero británico Impero Stena, de bandera panameña, que junto a sus 23 tripulantes seguiría retenido en un puerto iraní, que podría ser el de la base de Bandar Abbas, sobre el Golfo Pérsico, una de las más importantes de Irán.

El incidente se produjo un día después que las autoridades norteamericanas anunciaron que uno de sus buques de guerra había derriba un dron iraní en el estrecho, lo que fue negado de inmediato por Teherán, ya que todos sus drones habían regresado a sus bases, además de sugerir que la nave derribada podría pertenecer a los Estados Unidos víctima de fuego amigo. El 20 de junio, Irán había dado a conocer el derribo de un dron estadounidense en la misma área a lo que Trump respondió con la orden de un ataque aéreo que fue cancelado a minutos de llegar al objetivo.

La retención del Impero Stena, por parte de efectivos de la Guardia Revolucionaria que en verdad se habría producido por haber embestido el viernes por la tarde barco de pesca, deja en evidencia la acefalía política que vive Gran Bretaña, con su consecuente vulnerabilidad militar y económica, con un Primer Ministro, Teresa May, que no se termina de ir y un Primer Ministro, Boris Johnson, que parece tener bastantes problemas para llegar al 10 de Downing Street .

El sábado 20, Jeremy Hunt, el ministro de relaciones exteriores además de ser otro de los candidatos para reemplazar a May, había anunciado una respuesta concreta si el petrolero no era liberado, pero se esmeró en dejar en claro que Londres no estaba contemplando una acción militar y ordenó a las naves británicas que transitoriamente el eviten el estrecho de Ormuz, a pesar de que entre 15 y 30 petroleros británicos por día, surcan el estrecho lo que detenerlos implicaría un impacto en los precios de la energía lo que complica todavía más a la nación de Union Jack y el Brexit.

Un estrecho demasiado apretado

Por el estrecho de Ormuz de 40 kilómetros de ancho en su punto más angosto y 100 en el máximo, cruza alrededor de una quinta parte del petróleo del mundo, lo que lo convierte en la ruta marítima más transitada del mundo para petroleros de crudo, por lo que su cierre podría causar una hecatombe sin precedentes en la economía mundial, fundamentalmente para la naciones importadoras de petróleo como son las naciones europeas, ya a punto de nocaut por parte de Trump.

Las tensiones en ese punto caliente de la geopolítica, ya habían afectado el comercio de petróleo, y la detención de los petroleros del día viernes volvieron a disparar los precios. Lo que beneficia los planes de Estados Unidos para la creación de una coalición multinacional para proteger el transporte marítimo del Golfo, y el estrecho de Bab al-Mandab, que separa Yemen de Eritrea, un paso obligado desde el Indico, al Mar Rojo, para alcanzar el Canal de Suez y desde allí el Mediterráneo. La fuerza multinacional el que hasta ahora tenía muy pocos socios, con esta crisis puede que la nómina de candidatos crezca, en abierto desafío a la soberanía iraní.

En el marco de los sucesos del Impero Stena, Trump no se demoró en respaldar a Londres, con declaraciones que solo lo dejan más en evidencia, cómo que: «Esto demuestra que tenía razón» la intercepción del barco británico demostró que sus reiteradas afirmaciones sobre que «Irán no es más que problema», para agregar «No Estados Unidos, sino el Reino Unido, quien debe resolver. Veamos qué pasa».

Preparado para cualquier contingencia Donald Trump, no deja de enviar efectivos y naves a la región donde cuenta con Egipto, Israel, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Bahréin, para llegado el caso hagan el trabajo sucio, de matar y matarse en honor de los halcones que ya sobrevuelan sobre el estrecho de Ormuz.

Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en África, Medio Oriente y Asia Central. En Facebook: https://www.facebook.com/lineainternacionalGC.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.