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Perú

Hambre de poder

Fuentes: Rebelión

  “Hay gente que se está haciendo multimillonaria por el coronavirus, aunque no lo podamos creer”

                                                                   Ricardo Darín. Argentina  

Una entrevista reciente a Beatriz Merino en el Canal “N” ha desnudado el apetito voraz de la clase dominante empeñada en recuperar posiciones de Poder y asumir el control del Estado en toda su extensión. Si a ella le sumamos la de Willax TV a Pedro Pablo Kuczynski, tendremos la versión completa de una película que nuestro país conoce y ha vivido por largos años. Ambos encuentros sintetizan los anhelos de una oligarquía dispuesta a consolidar el “modelo” Neo Liberal, al servicio del capital financiero y de la administración norteamericana.

El colofón, lo puso la CONFIEP, que rechazó categóricamente la posibilidad de establecer el control de precios por parte de Estado para los medicamentos básicos, afectados por la especulación de los emporios farmacéuticos.

Es claro que se trata de la punta del Iceberg, porque debajo de ese pronunciamiento bulle la más burda concepción mercantilista que rige la economía de mercado o, y que santifica en el Perú la cuestionada “Constitución de 93”. Ella se expresa en una sola idea: la libertad de los empresarios para gobernar a su antojo de acuerdo a las normas de la sociedad salvaje en la que la única regla válida, es la multiplicación del capital.

La CONFIEP ha buscado -y busca- sacarle el máximo provecho a la crisis sanitaria que nos agobia, Por eso, desde un inicio obtuvo el programa “Reactiva Perú”, para dar crédito estatal a los empresarios.

El primer beneficiado con él ha sido “Casa Andina”, un grupo hotelero de propiedad de Carlos Rodriguez Pastor -el primer multimillonario del Perú- que ha logrado un oneroso subsidio en provecho de su empresa;  y que, propietario de Inka Farma, Mia Farma, Fasa y Arcángel, ha alzado en un 250% el precio de los medicamentos.

Después, a CONFIEP le llovieron otras granjerías, incluido el “despido perfecto” de sus trabajadores para eludir obligaciones.

En pago, asumió la defensa de Julio Velarde, a quien Beatriz Merino calificó como “Gran Presidente del BCR”; justificó a las AFP alentando a la muy bien rentada Giovanna Prialé, Presidenta de la Asociación  que las administra; protegió a los consorcios farmacéuticos;  bloqueó sin vergüenza alguna la posibilidad de un impuesto a “las más altas fortunas”; y hasta sacó la cara por la cúpula corrupta  del fujimorismo, comenzando por “la señora K”. Todo eso, en una circunstancia en la que la honestidad y el decoro, debieran brillar más que el sol del mediodía. 

Dos, son los conceptos más desarrollados en esta etapa. Por un lado, la idea de “la guerra” que enfrentamos; y, por otro, la defensa del Modelo, que “no tiene la culpa” de lo que pasa.  Veamos.

Sustentando el tema de la guerra, muestran un criterio curioso. Sostienen que los que ahora hacen la guerra -y tienen que ganarla- son personas agresivas y confrontacionales, como corresponde a la etapa; pero que deberán ceder sus puestos, apenas acabe cl conflicto, a otras que –en el marco de la paz- emprenderán la reconstrucción del país, respondiendo a un criterio diferente: la concertación  y el acuerdo.

Las personas de la “reconstrucción” –dicen- deben ser gentes no conflictivas, ni guerreras; sino políticas, y concertantes, con experiencia y voluntad de acción. Ellas, deben integrar un nuevo Gabinete, licenciar al Presidente Vizcarra y asumir el control del país para asegurar el 2021 bajo su égida.

¿Quiénes deberán ser estos probos personajes?  Beatriz Merino lo ha dicho sin ambages: Keiko Fujimori, Cesar Acuña, Julio Guzmán, Alfredo Barrenechea. Ellos –que fueron candidatos presidenciales- demostraron al postular, “que tienen interés en el Perú” y que “intentan servirlo”. ¡Hay que darles la oportunidad!. Confundido como pez fuera del agua, el FREPAP ha pedido la “vacancia presidencial”.

Y PPK –que está en su casa por sus años y dolencias, cuando debiera estar tras las rejas- aseguró que el Modelo “no tiene la culpa”. El asunto es de gestión. Unos lo hacen bien; y otros, no saben hacerlo. Es cuestión de dar el Poder a quienes sí saben cómo se maneja; a los empresarios exitosos.

De paso, dijo que el “impuesto a los ricos”, no funciona. “Hay muchas formas de evadirlo”, dijo acudiendo a su dominio del tema y su larga experiencia. Y, claro, él y los suyos han vivido muchos años evadiendo obligaciones tributarias y otras. Se trata de ver cuánto deben al fisco las grandes empresas, para darse cuenta que “supieron hacerlo”. Para eso existen los Paraísos fiscales, los Pánama Pappers, y otros; desde las Bahamas hasta Andorra, pasando por Luxemburgo, Belice y Mónaco. ¡Están listos!

Como telón de fondo, andan los “medios”. Existe una cítara concertada que afinan Phillip Bhutters, Jaime Bayli, Rafael Rey, José Barba y otros, y a la que se suman con creciente entusiasmo Milagros Leyva, Mávila Huerta,  Federico Salazar y Aldo M.; una troupe al servicio del Capital. No sólo copan los medios, sino usan las redes, en las que abunda una insidiosa campaña de diatribas e insultos contra Vizcarra. No lo critican, lo insultan.

¿El pretexto? El llamado “fracaso” de la guerra sanitaria. No reparan que ese argumento podría mejor usarse contra Donald Trump y Bolsonaro. A ellos, no los tocan. Y es que no es el tema el que importa, sino su uso, el que le dan.

De ese modo y a una sola voz, no hacen sino mostrar la hilacha: su insaciable hambre de Poder.