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Conflicto entre gobierno de Sri Lanka y tamiles

Heridas abiertas

Fuentes: Rebelión

Una nueva crisis política vuelve a planear sobre el frágil proceso de paz entre los cingaleses de Sri Lanka y el pueblo tamil. El atentado que ha costado al vida al ministro de Asuntos Exteriores del país asiático ha desatado una serie de acontecimientos que no van a contribuir de ninguna manera a consolidar el […]

Una nueva crisis política vuelve a planear sobre el frágil proceso de paz entre los cingaleses de Sri Lanka y el pueblo tamil. El atentado que ha costado al vida al ministro de Asuntos Exteriores del país asiático ha desatado una serie de acontecimientos que no van a contribuir de ninguna manera a consolidar el proceso de paz.

Desde los aparatos de seguridad de Sri Lanka se ha acusado inmediatamente al LTTE (Tigres de Liberación de Tamil Eelam), pero éstos han negado su implicación en el atentado, señalando a su vez como posibles responsables a alguno de los sectores cingaleses opuestos al proceso de paz.

Desde la firma del alto el fuego en el año 2002, fruto en buena parte a la mediación noruega, el conflicto armado entre ambos pueblos ha pasado de una guerra abierta a una situación de esperanza, aunque como señalan algunos analistas locales la situación se puede definir como «ni guerra, ni paz», haciendo una clara referencia a la cadena de atentados y muertes que se han seguido sucediendo en estos años.

Las hipótesis sobre la autoría de este atentado son diversas. En primer lugar se apunta desde los círculos cingaleses al LTTE, y se insiste en ello a pesar de la negativa de los tamiles. Para argumentar las acusaciones, las fuerzas militares de Sri Lanka recuerdan el rechazo que producía la figura del ministro de Asuntos Exteriores, de origen tamil, entre la citada organización. En el pasado se ha llegado a definir desde fuentes tamiles a Lakshman Kadirgamar como el «tío Tom» tamil, un declarado defensor de la «sacrosanta unidad de Sri Lanka», azote del separatismo de su pueblo y colaborador de las políticas de criminalización contra los representantes del pueblo tamil.

Además, en la misma línea argumental se recuerda que el LTTE tiene un «largo historial» de atentados contra importantes figuras políticas del país (un presidente, un candidato a la presidencia, parlamentarios, ministros…), e incluso contra un ex primer ministro indio.

Sin embargo, si son ciertas las declaraciones de los representantes del LTTE, se abre otro abanico de posibilidades. Por un lado estaría la facción disidente del LTTE, el Frente Nacional Tamil, liderada por Vinayagamoorthy Muralitharan alias ‘Coronel’ Karuna. Esta facción lleva más de un año atacando a los cuadros del LTTE, al tiempo que éstos hacen los propio con los disidentes. Desde el LTTE se acusa a los aparatos de seguridad cingaleses de estar apoyando a los disidentes de Karuna, dándoles cobertura y permitiendo que lleven a cabo sus ataques contra la mayor organización tamil.

También se sitúa en la lista de posibles sospechosos las corrientes del ejército de Sri Lanka que en todo momento se han mostrado contrarios al proceso de paz, y que en más de una ocasión han atacado a la población tamil o a militantes del LTTE durante la tregua, buscando el fin de la misma y enterrar de esa forma las expectativas de paz.

Independientemente de la autoría del atentado, lo cierto es que se ha producido una nueva vuelta de tuerca sobre el proceso iniciado hace algunos años. Los acuerdos entre el gobierno cingalés y el LTTE sufrieron un importante golpe a raíz del devastador Tsunami que asoló las principales zonas de Tamil Eelam, a ello le siguió la importante crisis sobre el reparto de las ayudas para reconstruir las zonas afectadas, y cuando parecía que las posturas estaban encaminándose hacia el acuerdo, este atentado ha vuelto a hacer crujir los mimbres diseñados.

El gobierno lleva meses soportando todo tipo de presiones para poner fin al acuerdo con el LTTE. A los sectores ya mencionados del Ejército, hay que unir el partido que hasta hace poco estaba coaligado en el gobierno, el Janatha Vimukthi Peramuna (Frente de Liberación del Pueblo, JVP). Este antiguo partido de ideología marxista ya ha protagonizado en el pasado alzamientos armados contra el gobierno cingalés, sin embargo, en los últimos años ha cambiado su política y su ideología, convirtiéndose en un partido chovinista que rechaza de plano el derecho de autodeterminación para el pueblo tamil.

Y también se han unido a ese coro contra la política gubernamental importantes sectores del budismo, una fuerza conservadora y verdadero poder fáctico en el país. Finalmente, no hay que olvidar la crisis interna que viven los dos principales partidos cingaleses, enfrascados históricamente en la lucha por alcanzar el gobierno.

En lo que va de año, y como consecuencia de los diversos enfrentamientos a varias bandas, han muerto más de cien personas en Sri Lanka, superando en este período los 108 muertos que se produjeron durante todo el 2004. Los mediadores noruegos tiene ante sí un nuevo reto para intentar recomponer la delicada situación, y volver a establecer un clima de confianza mutua. De momento las heridas siguen abiertas en el conflicto entre cingaleses y tamiles, y los obstáculos para cerrarlas siguen apareciendo en el camino.