El imán Osama Mustafa Hasan (Abu Omar) denunció hoy que recibió una oferta de dos millones de dólares y ciudadanía estadounidense a cambio de abandonar un caso contra la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Tras ser liberado el pasado día 11, el clérigo musulmán afirmó que recibió las referidas presiones, sin especificar quienes las ejercieron, […]
El imán Osama Mustafa Hasan (Abu Omar) denunció hoy que recibió una oferta de dos millones de dólares y ciudadanía estadounidense a cambio de abandonar un caso contra la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
Tras ser liberado el pasado día 11, el clérigo musulmán afirmó que recibió las referidas presiones, sin especificar quienes las ejercieron, para retirar su denuncia de secuestro y torturas realizadas contra él por la CIA.
Abu Omar narró a la prensa que en 2003 fue interceptado por dos falsos policías, cuando se dirigía a un templo en la norteña ciudad de Milán, y llevado a una furgoneta, donde fue golpeado para luego ser traslado a un avión en el que viajó durante seis horas.
La nave aérea lo llevó a un centro de detención secreto de la agencia de espionaje estadounidense en territorio egipcio, donde, afirma, fue torturado.
Omar presentó una acusación contra las autoridades italianas por permitir su detención y contra la CIA por el arresto y los abusos que cometió contra su persona.
Una jueza de Milán ordenó el procesamiento de los oficiales de inteligencia italianos Nicollo Pollari y Marco Mancini, así como de 26 agentes del servicio de espionaje norteamericano, supuestamente vinculados al secuestro del imán.
Una testigo en ese caso, citada por el diario Corriere della Sera, asegura que uno de los participantes en el comando que detuvo a Omar telefoneó a un número del consulado norteamericano en la capital lombarda y al jefe de la CIA en esa urbe.
Las denuncias del clérigo islámico coinciden con un informe de una agrupación de defensa de derechos civiles que exige a la administración republicana del presidente estadounidense, George W. Bush, aclarar el paradero de personas desaparecidas por la CIA.
El propio Bush reconoció la existencia del llamado programa Rendition, por el cual la citada agencia de inteligencia detiene a personas que considera sospechosas de participar en acciones terroristas y las traslada a terceros países para interrogarlos.
Un reporte reciente del Parlamento Europeo reconoce que muchas naciones dentro del bloque regional permitieron el aterrizaje y sobrevuelo de aviones que trasladaron a detenidos, quienes serían torturadas más tarde en instalaciones secretas en otros estados.