En estas semanas de campaña para las próximas elecciones al Parlamento Europeo, Ecologistas en Acción denuncia la poca legitimidad democrática de la UE. El Parlamento Europeo es la única instancia de poder en la Unión elegida por sufragio directo. El resto (Consejo Europeo, Comisión Europea, Banco Central Europeo y Tribunal de Justicia) no lo son. […]
En estas semanas de campaña para las próximas elecciones al Parlamento Europeo, Ecologistas en Acción denuncia la poca legitimidad democrática de la UE.
El Parlamento Europeo es la única instancia de poder en la Unión elegida por sufragio directo. El resto (Consejo Europeo, Comisión Europea, Banco Central Europeo y Tribunal de Justicia) no lo son. El Consejo es el conjunto de los ministros/as de los Gobiernos nacionales. La Comisión sería una especie de órgano ejecutivo, elegido a dedo por el Consejo.
A pesar de ser el único organismo elegido directamente, las atribuciones del Parlamento Europeo son muy limitadas. Por ejemplo no elige el Gobierno de la UE (como el Parlamento español). Tampoco tiene iniciativa legislativa (no puede proponer las directivas que suponen alrededor del 80% de las legislaciones nacionales después). Y además, la ratificación de las leyes propuestas por la Comisión la hace junto al Consejo. Esto es como queda reflejado en el Tratado de Niza actualmente en vigor, pero el de Lisboa, pendiente de aprobar, no cambia sustancialmente esos aspectos.
La organización ecologista no deja ahí su critica, sino que plantea que las multinacionales y los grupos de presión del gran capital son el verdadero poder en la sobra en la UE.
En concreto señala a la ERT (Europan Round Table of Industrialits -Mesa Redonda Europea de Industriales). La ERT es un lobby creado en 1983, que agrupa a los presidentes de las 47 principales empresas multinacionales de Europa. La misión de la ERT es dar a conocer sus intereses al poder político, y presionarlo para que los tenga en cuenta a la hora de legislar. Prácticamente ninguna política europea prospera si previamente no tiene el beneplácito de la ERT. Esto es lo que ha ocurrido en la rebaja del Reglamento REACH de control de los contaminantes químicos, o con las sucesivas negativas a una legislación europea que grave fuertemente a la industria más contaminante.
La ERT, si bien es importante, «sólo» es uno más de los más de 4.000 lobbies que hay en Bruselas. Entre todos suman un@s 15.000 lobbistas (unos 6 por europarlamentari@).
A esto hay que añadir las ya famosas puertas giratorias: altos cargos de la Comisión que pasan a ser directivos de empresas y viceversa. Son los casos de Martin Bangemann (pasó de ser Comisario Industria y Telecomunicaciones a alto directivo de Telefónica), Loyola de Palacio (de Comisaria de Transportes y Energia a ponente de Foroatom) u otros ex-comisarios europeos que ficharon por la industria, como Etienne Davignon, Peter Sutherland o Leon Brittan.
De este modo, Ecologistas en Acción denuncia que los lobbies son auténticos gobiernos en la sombra en la UE y provoca a la sociedad con la pregunta «Y tú, ¿a qué multinacional vas a votar?».