La reciente decisión del Tribunal Internacional de Justicia bendiciendo la independencia de Kosovo (aunque hace unos años decían lo contrario), trae de nuevo al primer plano de la actualidad la tragedia de la ex-Yugoslavia. Es un buen momento para aportar algunos elementos de reflexión que nos permiten denunciar que la independencia de Kosovo obedece, más […]
La reciente decisión del Tribunal Internacional de Justicia bendiciendo la independencia de Kosovo (aunque hace unos años decían lo contrario), trae de nuevo al primer plano de la actualidad la tragedia de la ex-Yugoslavia. Es un buen momento para aportar algunos elementos de reflexión que nos permiten denunciar que la independencia de Kosovo obedece, más que a la «voluntad de de los pueblos», a turbios intereses militares y económicos de los países occidentales, con los Estados Unidos a la cabeza.
Camp Bondsteel
Kosovo debe su existencia como país independiente a la necesidad de los Estados Unidos de disponer de una base militar en la zona. Esta base militar se llama Camp Bondsteel y es la mayor y más cara de todas las que tienen desplegadas los Estados Unidos por todo el mundo desde la guerra de Vietnam.
Antes del comienzo de la guerra contra Yugoslavia, The Washington Post señalaba que «dada la creciente fragilidad de la situación en Oriente Medio, necesitamos nuevas bases y derechos de utilización del espacio aéreo para proteger nuestros intereses relativos al petróleo del Caspio». Y es que por aquellas fechas ya estaba decidida la construcción de la base militar de Camp Bondsteel como uno de los objetos esenciales de la guerra que se iba a desatar. Si miramos un mapa, fácilmente no daremos cuenta que Kosovo es un punto estratégico de primer orden, pues desde su territorio se puede actuar sobre Oriente Medio, el Caucaso, Irak, Irán, o -y tampoco hay que pasarlo por alto- sobre Moscú.
La base está ubicada cerca de la frontera con Macedonia. Alberga a unos 10.000 solados norteamericanos.
El paro entre la población kosovar de la zona llega al 80%. Los salarios del personal nativo contratado son extraordinariamente bajos, entre 1 y 3 dólares la hora; todo ello para que la inflación no se dispare, según fuentes norteamericanas.
Debido a la fuerte presencia de fuerzas de la OTAN en Kosovo, la prostitución se ha convertido en uno de los negocios más lucrativos. Kosovo tiene el triste récord de no «exportar» putas a todos los prostíbulos de Europa, como sucede con los otros países ex – socialistas, sino que tiene que «importar» jóvenes de Europa central y oriental para que se prostituyan a mayor gloria de las tropas de la OTAN. La explotación infantil forma parte de esta dura realidad: como señala Christine Dolan, de la Campaña Internacional Humanitaria contra la Explotación Infantil, «los empleados de los suministradores del ejército norteamericano se acuestan con la mafia y compran niños como objetos sexuales».
Los corredores energéticos
La base de Camp Bondsteel sirve también de perro guardián de un corredor energético que atraviesa la ex-Yugoslavia, un hecho que constituye una de las razones fundamentales de la agresión occidental a este país: en los planes imperialistas la traída de petróleo y gas del Caucaso y Asia Central a Occidente pasa por la ex-Yugoslavia.
Hay dos proyectos de corredores. Uno es alemán: nace en Constanta (puerto rumano en el Mar Negro) y sigue la línea Belgrado-Hamburgo. El otro proyecto es de los Estados Unidos y sigue le trazado Bulgaria-Macedonia-Albania. En 1999 el general Jackson, que entonces dirigía la OTAN, era muy claro cuando decía que «sin duda permaneceremos mucho tiempo para garantizar la seguridad de los corredores energéticos que atraviesan este país».
En 2004 se firmó el acuerdo AMBo, que permitía construir un oleoducto desde Burgas, en Bulgaria, a Albania (proyecto estadounidense). En 2007 los ministros de Economía de Rumania, Serbia y Croacia firmaron la puesta en marcha del «Corredor 10» (proyecto alemán), un oleoducto de 1.200 km.
Los trazados de carreteras siguen los intereses económicos que mencionamos, según la potencia que los patrocina. Así, la Agencia Europea para la Reconstrucción ha invertido 47 millones de euros en las carreteras y autopistas de Kosovo, mientras que la Agencia Norteamericana para el Desarrollo Internacional ha invertido 30 millones de dólares en la ruta Bulgaria-Macedonia-Albania. Estas «ayudas» occidentales las están pagando muy caras las poblaciones de los países ex-socialistas, que son las que finalmente han de devolver la inversión realizada. El gasto social de estos países y miles y miles de empleos están siendo el precio.
Kosovo en el paraíso capitalista
Kosovo es una fruta apetitosa para las grandes potencias occidentales, pues dispone de grandes reservas de carbón, zinc y níquel. Estas minas están sobretodo en las zonas de mayoría serbia, lo que explica uno de los motivos de la limpieza étnica contra los serbios.
La Kosovo Trust Agency, dependiente de la ONU, ha organizado el proceso privatizador de la economía kosovar: minas, instalaciones eléctricas, correos, aeropuerto, ferrocarriles, y un largo etcétera, han sido privatizadas a precio de saldo. Interpress News Service decía en un informe del 20 de enero de 2008 que la venta de 300 empresas públicas desde 2003 sólo ha supuesto 344,5 millones de dólares.
Las subidas de precios son imparables. Como ejemplo, señalemos que entre 2007 y 2008 el precio del pan pasó de 4 a 30 dinares; el kilo de carne de cerdo, de 180 a 260 dinares (con Milosevic estaba a 60, y la proporción vale para todos los productos que reseñamos); las patatas, de 7 a 12 dinares el kilo; el azúcar, de 25 a 50 dinares; el litro de aceite, de 36 a 70; el metro cúbico de gas, de 3 a 11,20 dinares.
Michael Collon relata un caso de Belgrado, que es aplicable para Kosovo y el resto del mundo ex-socialista: «Mis viejos amigos, una pareja de intelectuales de Belgrado, compran un plátano o un yogur, ya que no pueden pagar más. El café ya no se vende en paquetes de medio kilo, sino sólo en paquetes de cien gramos. Pero ya no lo toman, se ha convertido en un lujo (…) Sí, estamos bien, nos las arreglamos, me dicen, pero han perdido diez kilos. Una comida consistía en una lata de sardinas para tres, algunas páprikas, pan… Y ya no se contabilizan los suicidios de ancianos que ya no se pueden comprar sus medicinas» (Michael Collon, Rebelion, Esp., 21-01-03)
«Se ha acabado el acceso a las medicinas a bajo precio de las farmacias estatales; estas medicinas se han vuelto casi en inencontrables. En cambio, hay que tener unos ingresos muy sólidos para poder pagarse las medicinas de las farmacia privadas» (Michael Collon, Rebelion, Esp., 21-01-03)
La propaganda occidental hizo creer a sectores de la población de los países ex-socialistas que el capitalismo traería unas condiciones de vida superiores a las del socialismo. Seguimos con Michael Collon en 2003: «una gran ilusión domina actualmente a la juventud yugoeslava, porque es sobretodo ella la que más ilusiones alimenta respecto a las promesas de Occidente. La gran ilusión es creer que, aceptando las voluntades de las multinacionales y los dirigentes occidentales, la prosperidad vendrá a recompensar a la población yugoeslava. La cuestión decisiva sigue siendo cuánto valen las promesas de Estados Unidos y de sus aliados. Tentados por las promesas de prosperidad hechas en 1989, países como Rusia, Bulgaria o Albania se pusieron de rodillas ante el imperialismo occidental. ¿Acaso sus pueblos viven mejor hoy? Los hechos han respondido» (Michael Collon, Rebelión, 21-01-03).
Kosovo y las mafias
Kosovo está en manos de las mafias. El informe de 2007 de Maceij Zaremba, periodista del diario sueco Dagens Nyheter, tras pasar 6 meses en Kosovo, revela las estrechas relaciones entre los dirigentes internacionales de la UNMIK (la misión de la ONU) y la mafia albanesa, con el visto bueno de la ONU: Kosovo es un lugar sin ley, un centro de comercio de mujeres y droga; viniendo del aeropuerto hay una gasolinera cada 6 kilómetros, «un record fantástico que, desgraciadamente, sirve únicamente para el blanqueo de dinero del contrabando de droga y armas, y de la esclavitud sexual» (Rebelión, Esp, 19-12-07); sólo hay electricidad unas horas al día, «¿Cómo, entonces», nos preguntamos, «mientras que el Estado está dirigido por Naciones Unidas que ha invertido 700 millones de euros en las dos centrales eléctricas en una región tan rica en lignito que podría alumbrar todos los Balcanes, Kosovo no puede producir bastante electricidad y, en cambio, contamina el aire 70 veces más que la norma permitida por la Unión Europea?» (Rebelión, Esp., 19-12-07); los siete «gobernadores», los jefes de la UNMIK, sólo han hablado en sus informes de la estabilidad y de los progresos de la situación, pero las fuentes británicas señalaron a Zaremba que la sede de las fuerzas de policía de la ONU está desbordada de informes sobre la criminalidad, que nadie ha abierto nunca. «La mayoría de los crímenes no se han investigado nunca, pero, viendo la composición de la UNMIK, ¿quién iba a hacerlo aunque lo deseara?» (Rebelión, Esp., 19-12-07); «si roban a alguien no hay prácticamente ninguna posibilidad de que se encuentre al ladrón, a pesar de que Kosovo tenga el mayor número de policías por habitante de Europa. En los tribunales esperan 300.000 casos no resueltos. Si uno es serbio o gitano, le pueden quemar a uno la casa mientras que los soldados de la ONU miran tranquilamente el incendio. Y esto ha ocurrido muchas veces». (Rebelión, Esp., 19-12-07).
Marie Fuchi, que dirigió la Kosovo Trust Agency en 2003-04 afirma que la ayuda internacional va a parar a manos de la mafia local; Francia consiguió que la telefonía se privatizara a favor de Alcatel: los precios son los más altos de la zona y los beneficios van a parar a Francia y Mónaco, con el visto bueno de la ONU. Der Spiegel reproduce las declaraciones de unos policías alemanes destacados en Kosovo: «Uno se indigna cuando ve cómo los peores mafiosos disfrutan ahí manifiestamente de la protección de los estadounidenses» (Rebelión, M.Collon, 24-03-04). En Pristina, una legión de «funcionarios» occidentales, que no trabajan pero que cobran sueldos desorbitados, protegen a las mafias locales que trafican en la heroína afgana (otro país ocupado por la OTAN).
En los últimos años la comunidad internacional ha llevado a Kosovo unos 20 millones de euros, pero nadie sabe dónde están. En julio de 2002 investigadores de la Unión Europea descubrieron en diversas cuentas en Gibraltar 4,5 millones de euros.
También las tropas españolas se vieron involucradas en la trama mafiosa. Reproducimos varios párrafos de una carta que dirige Pedro Javier Sánchez Zarca, Secretario de Prensa de la Unión Federal de Guardias Civiles a Michael Collon: «El caso que nos ocupa es que a seis compañeros, que integraron el contingente de Kosovo hasta el 2 de agosto de 2007, se les repatrió sin explicación alguna de Istok, por haber descubierto una serie de irregularidades que pudieron ser constitutivas de delito, quedando la base sin policía militar ni órgano de control ante la corrupción, que no nos atrevemos a calificar de generalizada, en el propio Ejército Español. (…) «Los compañeros estuvieron recopilando pruebas que demostraban que el personal que contratan las empresas de la UTE (Unión Temporal de Empresas) estaban bajo el dominio de las mafias, sin control ninguno, sin seguro médico y sin contrato, como el ministerio de Defensa Español exige.(…) «También localizaron un posible delito de tráfico de anabolizantes en la base, de contrabando de tabaco y alcohol, que se vendía sin el control fiscal, ni la precinta (certificado de su pago a Hacienda), que los suministros que se mandaban desde España vía Grecia se desviaban a un almacén sin control del Ejército, donde se descargaban sin control alguno, pudiendo estar las empresas de la UTE desviando dicho material para su venta fuera de la base, o hacer contrabando con dicho material.(…) «Incluso le doy una pista, hubo un cargamento de carne procedente de Paraguay que no cumplía los requisitos sanitarios, que se detectó en la frontera, que sospechamos iba a ser revendido en España a través de la Base Española.(…) «El caso es que de la Base España se sustraía (o robaba) hasta el gasoil de la gasolinera, ya que la encargada de la misma también mantiene una relación sentimental con el empleado del cátering de la base. Poseemos fotos de dicho gasoil en el almacén donde se desviaba todo el material que el Gobierno Español mandaba como pertrechos a nuestros soldados». (Rebelión, Esp., 31-01-08)
Como afirma Chossudovsky «los barones de la droga de Kosovo, Albania y Macedonia se han convertido en las nuevas elites económicas, frecuentemente vinculadas a importantes intereses comerciales occidentales. Los ingresos financieros procedentes del tráfico de drogas y armas se han reciclado a otras actividades ilegales como las redes de prostitución. Altos responsables del régimen del Presidente albanés Berisha han estado implicados en el tráfico de drogas y en el tráfico ilegal de armas con Kosovo. Tráficos que pudieron florecer impunemente a pesar de la presencia, desde 1993, de un importante contingente de tropas norteamericanas. En los últimos años, este tráfico de drogas ha permitido a la UCK poner en pie de guerra a treinta mil hombres en poco tiempo. La OTAN he hecho un matrimonio de conveniencia con la mafia». Los servicios de policía europeos lo confirman, especialmente la Agencia Criminal Federal de Alemania: «Los albaneses son actualmente el grupo más importante para la difusión de la heroína en occidente».
Si exceptuamos a Rugova, los dirigentes de Kosovo de los últimos años tienen un curriculum poco enviadiable.
– En diciembre de 2004 es nombrado primer ministro Ramush Haradinaj. Antiguo guerrillero, es responsable de crímenes de guerra contra la población serbia de Kosovo entre 1998 y 1999. En Serbia tiene 108 acusaciones por «crímenes en guerra y en paz». Su nombramiento es impugnado por Solana, Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europa, pero la administración civil de la ONU opinó lo contrario. Finalmente, el Tribunal Penal Internacional acusa al primer ministro de Kosovo de crímenes de guerra, por lo que tiene que dimitir.
– Agim Ceku, nuevo primer ministro de Kosovo en mayo de 2006, está acusado por un Tribunal de Belgrado de crímenes en Croacia y en Kosovo. Los norteamericanos han obligado a la Interpol a retirar la orden internacional de búsqueda y captura, aunque esto sólo puede hacerlo el tribunal que ha emitido la orden.
– Hashim Tachi, vencedor en las elecciones de 2008, es un criminal de guerra del UCK y uno de los dirigentes del cartel criminal de Kosovo. Forma parte del Grupo Drenica, sindicato criminal asociado a las mafias albanesas, macedonias e italianas dedicadas al tráfico de heroina procedente de Turquía, Pakistán y Afganistán.
El UCK
En la agresión a Yugoslavia, la CIA y el Bundes Nachrichten Dienst (BND, servicio secreto alemán) han ido de la mano. Los primeros pasos en la creación de la UCK los dieron los alemanes: los terroristas kosovares utilizaron uniformes y armamento alemanes… y dinero de la droga.
La financiación de las operaciones imperialistas con la droga es el modelo que se utilizó en América Central con Oliver North, Haití o Afganistán. Apareció por primera vez en la guerra del Vietnam, con la financiación a las fuerzas reaccionarias de Laos en los años 60 del siglo pasado. En Rambouillet (negociaciones de paz) los dirigentes de la UCK iban de la mano de Madeleine Albrigtht, secretaria de Estado Estados Unidos, al tiempo que la Europol (la Organización de la Policía Europa) reunía pruebas e informes de la conexión de la UCK con los traficantes de drogas albanos.
Arabia Saudita y Kuwait financiaron abiertamente al UCK, con fondos y mercenarios. En la invasión a Kosovo instructores alemanes, turcos y afganos adiestraron al UCK. El comandante de las fuerzas de élite del UCK era Mohamed Al-Zawahiri, hermano del médico egipcio Ayman Al-Zawahiri, número dos de Osama bin Laden.
Antes de la invasión de 1999 Holbrooke, secretario de Estado Estados Unidos, llegó a un acuerdo con Milosevic en 1998, por el que las fuerzas de seguridad yugoeslavas se retiraban de Kosovo y eran reemplazadas por una Misión de Verificación de Kosovo (KVM en inglés), proporcionada por la OSCDE. Así se retrasaba, al menos unos meses, la agresión bélica a Yugoslavia. Quien no se retiró de Kosovo fue el UCK, que realizó todo tipo de tropelías, y preparó, junto con la KVM, el incidente de Racak, que justificaba la agresión de la OTAN. El enlace de la KVM con la UCK fue William Walker, ex embajador en El Salvador de 1988 a 1992, creador de los escuadrones de la muerte y autor intelectual del asesinato de 6 jesuitas en 1989.
La UCK es una organización fascista, separatista y racista que quería la guerra (está escrito en sus propios documentos) para imponer una «Gran Albania» étnicamente pura.
La opinión de Occidente sobre la UCK era muy distinta en los años 90 del siglo pasado. En febrero de 1998 el enviado especial de Estados Unidos en la región, Robert Gelbard, declaró en tres ocasiones ante la prensa internacional: «No hay la menor duda de que la UCK representa un grupo terrorista». Lo que confirmó el ministro de asuntos exteriores norteamericano: «Responsables de la UCK amenazaron con asesinar a campesinos e incendiar sus casas si no se unían a sus filas. La amenaza representada por la UCK adquiere tales proporciones que los habitantes de seis pueblos de la región de Stimlje se preparan para huir».
Los ajustes de cuentas también llegaron a los albaneses después de la guerra, como señala el semanario alemán Der Spiegel el pasado 21 de septiembre, en entrevista a Bujar Bukoshi, ex-«primer ministro» de los kosovares albaneses en el exilio. «Después de la guerra las eliminaciones más crueles tuvieron lugar entre albaneses. Bajo el pretexto de que eran «colaboradores», los dirigentes de la UCK liquidaron a sus adversarios políticos»
Kosovo y Milosevic
Milosevic, asumiendo su autodefensa en el juicio a que le sometió el TPI responsabilizó a Alemania de la desintegración de Yugoslavia y de financiar a la guerrilla albanokosovar: «Alemania instigó la desintegración y Estados Unidos encendió la llama» (El País, Esp. 16-02-02); el senador yanki Bob Dole «colaboró con el ELK «(El País, Esp. 160202), así como el equipo negociador de paz Rambouillet (en este equipo se encontraba Solana, aunque Milosevic no lo menciona por su nombre); Klaus Kinkel, que era ministro alemán de exteriores, organizó la financiación del UCK a través de los servicios de inteligencia alemanes; también Bin Laden colaboró desde Albania ayudando al UCK. Añade que «las guerras civiles en Croacia -entre serbios y croatas- y en Bosnia -entre serbios, croatas y musulmanes- son la consecuencia de las llamas que se atizaron fuera de las fronteras de Yugoslavia» (La Jornada, Mex., 19-02-02).
Milosevic interrogó al testigo de la acusación Mahmut Bakali, antiguo gobernador comunista de Kosovo. Bakali tuvo que aceptar que en Kosovo la mayoría albanesa había sido manipulada para atacar a la minoría serbia. Milosevic documentó el caso de miles de serbios expulsados de Kosovo, cientos de asesinados, secuestrados y desaparecidos y ataques contra monumentos serbios. Bakali tuvo que reconocer que en Kosovo había tráfico de armas y que el UCK aún estaba operativo y atacando el sur de Serbia y Macedonia. Bakali no pudo demostrar la tesis occidental de que los albanokosovares habían sido apartados de los puestos clave de las empresas y la administración, en época de Milosevic. Dos días más tarde el TPI presenta a Agim Zeqiri como testigo de las «atrocidades» cometidas contra los albanokosovares. Hizo un relato confuso, lleno de acusaciones; cuando Milosevic le interroga para sacar a la luz que se trata de un elemento del terrorista UCK, Zeqiri dice sentirse indispuesto y pide irse.
Otro testigo, Halit Batari, presentó una lista presuntamente elaborada por la policía serbia, sobre los «Albaneses que deben ser sumariamente ejecutados». Milosevic dice que el documento es falso, basándose en que está lleno de errores ortográficos y gramaticales, y que dichos errores sólo pueden ser atribuidos a «extranjeros, especialmente albaneses» (Yahoo 01-03-02).
Unos días más tarde Milosevic presentó documentación del FBI de diciembre de 2001 que demuestra la implicación de Bin Laden y al Qaeda en la guerra de Kosovo, Bosnia y Chechenia.
En sesiones posteriores, Milosevic aborda otro tema clave: afirma que en Racak (Kosovo) se colocaron los cuerpos de 45 combatientes del UCK en una fosa común para que pareciera una matanza. Este hecho sirvió como pretexto a la OTAN para iniciar los bombardeos contra Yugoslavia en 1999. Días más tarde presenta una serie de fotografías sin manchas de sangre en el suelo (que prueban el montaje de la supuesta «matanza») y una fotografía de un mismo cadáver con y sin sangre.
Rugova también salió huyendo de los interrogatorios de Milosevic. Este le recordó que la prensa occidental hablaba del UCK como una «pandilla de gángsters y mercenarios». Los jueces impidieron que continuara el interrogatorio el lunes siguiente porque las preguntas de Milosevic eran «irrelevantes».
El testigo de la acusación Radmir Markovic, ex jefe de Seguridad del Estado, se ve obligado a mantener una de las principales líneas de defensa de Milosevic: que no hubo crímenes de guerra en Kosovo contra los albanokosovares, que no se planeó ninguna expulsión masiva y que no hubo ningún plan de desaparición de cadáveres. Markovic era la gran esperanza de los acusadores a Milosevic. «¿Recibió alguna vez algún tipo de informe,» le preguntó Milosevic, «o oyó alguna vez hablar de una orden, de expulsar a los albaneses de Kosovo?» «No, nunca oí algo semejante. Jamás nadie ordenó que se expulsara a los albaneses de Kosovo,» replicó Markovic. «¿Recibió alguna información sobre algún plan, sugerencia o influencia de facto de que había que expulsar a los albaneses?» preguntó Milosevic. Respuesta: «No, nunca escuché una sugerencia semejante, de que se expulsara a los albaneses de Kosovo.» «En las reuniones en las que participó, ¿es verdad que se dijo exactamente lo contrario, es decir que siempre insistimos en que había que proteger a los civiles, y que no debían ser afectados en el proceso de las operaciones antiterroristas?» «Por cierto,» dijo el testigo, «la tarea no era sólo la protección de los serbios, sino también de los civiles albaneses.» «¿No es cierto que tratamos de persuadir a los refugiados de que se quedaran, y de que el ejército y la policía los protegerían?» preguntó el antiguo presidente. «Sí, fue la instrucción que recibimos y fueron ésas las tareas.» «¿Sabe que el Ejército de Liberación de Kosovo le dijo a la gente que se fuera, y que organizaran un éxodo?» «Sí,» dijo Markovic. «Estoy al tanto de ese hecho.» (Rebelión, Esp., 11-09-02 John Laughland, The Mail on Sunday).
Markovic acaba confesando que las nuevas autoridades yugoeslavas, después de torturarle, le habían prometido liberarlo de prisión y una nueva identidad en Occidente si testimoniaba contra Milosevic. Además, añadió que el Tribunal había falsificado y modificado la declaración escrita que había presentado.
Anteriormente, otro testigo «crucial» se había hundido en sus propias contradicciones. Radomir Tanic resultó ser un agente secreto de los países capitalistas occidentales y no tenía relación con las autoridades yugoeslavas como para declarar nada.
Pese a las maniobras de los jueces (le quitaron la palabra a Milosevic en varias ocasiones) y que la «enfermedad» de Milosevic comenzaba a manifestarse, nadie ha podido probar en el TPI que el gobierno de Belgrado agrediera lo más mínimo a la población kosovar. Lord Owen, ex mediador de la Unión Europea en las guerras de Croacia y Bosnia, declaró como testigo de la acusación a Milosevic, y dijo que el dirigente yugoslavo «no era de aquellos que quería expulsar a todos los musulmanes fuera de Serbia ni de la República Sprska (la entidad serbia de Bosnia)» (El Mundo, Esp., 03-11-03)
«El TPI está financiado por el gobierno de Estados Unidos, por multinacionales norteamericanas y por el supermillonario especulador George Soros, que tanto en Yugoslavia como en el este ha financiado, a golpe de cientos de millones de dólares, a los medios para atacar a Milosevic y a fundaciones para promover el capitalismo. También ha financiado a los separatistas albaneses. ¿Se puede ser a la vez juez y parte?» (Michael Collon, Resumen Latinoamericano, 21-02-02)
En Kosovo ha habido limpieza étnica, pero contra los serbios
«Una auténtica limpieza étnica ha expulsado de Kosovo a la mayoría de los no-albaneses: serbios, judíos, gitanos, musulmanes, turcos, egipcios….Todas estas nacionalidades son expulsadas sistemáticamente por medio del terror: atentados con bomba, asesinatos, destrucción de sus casas, amenazas permanentes…230.000 personas han tenido que refugiarse en Serbia, Montenegro, Macedonia o en otros lugares. Los que se han quedado se encuentran bloqueados en pequeños enclaves-ghetto de los que sólo raramente pueden salir escoltados por las tropas de la OTAN.» (Michael Collon)
Lo reafirma James Bisset, ex embajador canadiense en Yugoslavia: «Kosovo sigue siendo una sociedad sin ley, completamente intolerante respecto a las minorías étnicas y uno de los lugares más peligrosos de la tierra».
El 13 de febrero de 2008 se publicaron las Declaraciones del Grupo Pro-Derechos de las Minorías: » En ningún otro lugar de Europa hay tanta segregación como en Kosovo… En ningún otro lugar existen tantas ciudades y pueblos «étnicamente puros» diseminados en una zona tan pequeña. En ningún lugar reina semejante nivel de temor por parte de tantas minorías de verse hostigadas simplemente por ser quienes son. Mientras siguen las discusiones sobre el futuro estatuto, los serbios y las otras minorías, que sufren la expulsión de sus hogares, las discriminaciones y las restricciones de hablar su propia lengua, temen que el modelo de violencia que han soportado durante tanto tiempo se convierta en ley en el nuevo Kosovo».
Alvaro Gil Robles, Comisionado para los Derechos Humanos del Consejo se Europa, al visitar la prisión del campo Bondsteel en 2005, declaró: «Lo que fui a ver allí, la situación de los prisioneros, era tal que podría absolutamente reconocerse a partir de las fotografías de Guantánamo. Los prisioneros estaban encerrados en barracas pequeñas de madera, algunos en solitario, otros de dos en dos o de tres en tres. Cada barraca estaba rodeada de alambradas de espino, y los guardias patrullaban entre ellas. Alrededor de todas ellas había un muro alto con torres de vigilancia. Como había sido el ejército el que había directamente arrestado a todos aquellos seres, no tenían derecho alguno a acceder al sistema judicial. No tenían abogados. No contaban con la posibilidad de apelar. No había siquiera ordenes exactas acerca de cuánto tiempo tenían que estar allí prisioneros.» (Rebelión, Esp., 20-02-08)
En 2006 la OTAN se había opuesto a que el Comité para la Prevención de la Tortura visite las cárceles de Kosovo. Estos hechos han sido denunciados por el secretario general del Consejo de Europa, Terry Davis.
El Informe de Amnistía Internacional es contundente: «Cientos de casos de crímenes de guerra, desapariciones y crímenes interétnicos siguen sin resolver (a menudo sin que haya habido investigación alguna); cientos de casos han sido cerrados, sin tratar de buscar ni reunir pruebas efectivas. Los familiares de las personas perdidas y ‘desaparecidas’ informan que han sido entrevistadas demasiadas veces por la policía internacional y fiscales sin avance alguno. Respecto al reclutamiento de personal, parece que en ninguna etapa se llevaron a cabo esfuerzos serios para identificar y reclutar para los diversos puestos de trabajo a los candidatos más cualificados y apropiados y con más experiencia en el mundo. Un elemento de preocupación acerca de la equidad de los juicios dirigidos por jueces y fiscales internacionales es la falta de atención concedida a los derechos de la defensa. Gran parte del procedimiento en los juicios se desarrolló en un idioma que el acusado o su abogado no entendían. No había traducción simultánea, sino meros resúmenes. En algunos casos, no se dispuso de las transcripciones de los procedimientos judiciales hasta mucho tiempo después que se hubiera agotado la posibilidad de apelación. Es inquietante que en los casos presentados de crímenes de guerra, sólo uno se refiriera a una víctima no albanesa. En ese caso, una de las 25 víctimas era serbia.» (Rebelión, Esp. 20-02-08)
Los juicios se llevaban a cabo «en ausencia»; se «utilizaban testigos anónimos»; «las reconstrucciones del crimen» tenían lugar «sin que el acusado ni su abogado estuvieran presentes»; «escasa traducción e interpretación y utilización de resúmenes por parte de los intérpretes en lugar de la traducción textual»; «decisiones pobremente razonadas, confusas e ‘incomprensibles’; «juicios basados en testimonios de testigos que entraban en contradicción con las pruebas forenses o con anteriores testimonios de los testigos»; «discrepancias entre la prueba y el veredicto o pruebas insuficientes para apoyar el veredicto»; y «diferencias importantes entre el juicio oral y el juicio escrito.» (Rebelión, Esp. 20-02-08)
El obispo Artemije, de la Iglesia Ortodoxa Serbia de Kosovo: «Quedó expulsada en estos años dos tercios de la población cristiana: 250 000 serbios, gitanos, egipcios y otros no albaneses» y que, con la protección de la OTAN, se habían producido «asesinatos, incendios, explosiones, secuestros, violaciones, profanación de iglesias y monasterios»; «numerosos cementerios serbios a lo largo de Kosovo y Metohija fueron profanados, los crucifijos y las lápidas destruidas, los restos mortales exhumados y dispersados en el entorno, sin que nadie aún haya pagado por esas fechorías». (Granma, Cu., 30-10-07)
Human Rights Watch hizo la siguiente declaración, reproducida en El País de 12-12-07: «Después de una intervención de la OTAN en 1999 justificada en nombre de los Derechos Humanos, y de más de ocho años de subsecuente administración internacional, Kosovo sigue siendo un caso perdido en Derechos Humanos, en el que la violencia política, la impunidad para los crímenes comunes y políticos, la intimidación y la discriminación son moneda común». (…) «Las poblaciones albanesa y serbia de Kosovo están por lo general separadas geográficamente, pero los incidentes contra la seguridad siguen siendo frecuentes en las zonas étnicamente mezcladas, incluidos los asaltos físicos, los robos y las disputas sobre la propiedad». (…) Por ejemplo, «ocho iglesias y monasterios serbios ortodoxos han sido atacados y saqueados este año». (…) «Las minorías romaní, ashkali y egipcias siguen siendo vulnerables y marginadas, sujetas a discriminación y amenazas». (…) «Los refugiados y desplazados serbios y de otras minorías que desean regresar a sus hogares no pueden hacerlo con seguridad y dignidad». (…) «Los abusos contra los Derechos Humanos en Kosovo se deben en parte a la debilidad del sistema de justicia y a la falta de voluntad por parte de la administración de la ONU, desde 1999, para enfrentarse a los que utilizan la violencia política». (…) «Los fiscales para crímenes de guerra se encuentran en una posición particularmente débil», y «la falta de voluntad política, el escaso interés de los jueces y fiscales internacionales y la negativa de los jueces locales a perseguir a los sospechosos, a los que se ve como héroes de guerra, suponen que en muy pocos casos son llevados a juicio». (…) «La inadecuada protección de testigos es un importante impedimento a la justicia, especialmente para los crímenes de guerra, el crimen organizado y los ataques a minorías». (…) «Cada vez que un defensor de los derechos de las personas se vuelve demasiado crítico con la ONU, se le retira su mandato de vigilancia a la misión y sus funciones se entregan al Gobierno provisional» (El País, Esp., 12-12-07)
El progrom antiserbio de marzo 2004
A partir del 18 de marzo de 2004 tienen lugar violentos incidentes durante varios días entre albanokosovares y serbios en una docena de localidades. Los incidentes peores se producen en Mitrovica. Se saldan con 31 muertos y cientos de heridos. Son los peores disturbios desde 1999. ¿Dónde estaban las fuerzas «liberadoras» occidentales?
El esquema ya se ha dado otras veces: falsos rumores de muertes de niños albaneses provocan la respuesta de esta etnia contra los serbios. Al producirse a la vez los disturbios en varias ciudades, se piensa en una acción planificada y coordinada. El portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Ron Redmond, declara: «No quedan muchas minorías étnicas en Kosovo, 220 mil personas (de origen serbio) escaparon desde 1999. No queremos que se vayan más» (La Jornada, Mex., 20-03-04). Hasta el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Adam Ereli, tiene que declarar: «Reafirmamos nuestro llamado a todos aquellos que están implicados, pero particularmente a la comunidad albanesa de Kosovo, a cesar inmediatamente la violencia » (La Jornada, Mex., 20-03-04). El jefe del mando sur de la OTAN, Gregory Johnson, habla de «limpieza étnica»: «Este tipo de actos equivale prácticamente a una limpieza étnica y no pueden continuar. Para eso vinimos a Kosovo en su día» y que la violencia había sido «orquestada» (La Jornada, Mex., 20-03-04)
Solana tuvo la cara dura de declarar en junio, tras una inspección personal, que la comunidad internacional «no puede tolerar ni tolerará» la violencia contra los serbios en Kosovo, y añade que está «horrorizado por la brutalidad» de los ataques: «Es terrible. Han destruido escuelas donde deben ser educados los alumnos, han matado a gente, han destruido iglesias» (El Periodico, Esp., 25-03-04), aclarando que «la comunidad serbia no ha estado bien protegida en Kosovo» (El Periodico, Esp., 25-03-04). También dijo que la reconstrucción «no terminará nunca» si continúa al ritmo actual (La Estrella Digital, Esp., 08-06-04)
A modo de resumen
Las palabras de George Kenney, alto funcionario para Yugoslavia del Departamento de Estado de los Estados Unidos, en los años 90 del siglo pasado, son el mejor resumen para todo lo que acabamos de exponer: «En la Europa después de la Guerra Fría, no había lugar para un vasto Estado socialista con pretensiones independientes y que se resistiese a la mundialización».
Fuente: http://www.argenpress.info/2010/07/kosovo-independencia-para-albergar-la.html