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Iniciativa Internacionalista, una puerta abierta

Fuentes: Corriente Roja

Como era previsible, la presentación el pasado 17 de abril de la candidatura de Iniciativa Internacionalista, encabezada por Alfonso Sastre y Doris Benegas, no ha suscitado ni una línea en los medios de comunicación públicos y comerciales. Sí ha sido noticia destacada en webs alternativas [i] , marcando una vez más el abismo entre ambos […]

Como era previsible, la presentación el pasado 17 de abril de la candidatura de Iniciativa Internacionalista, encabezada por Alfonso Sastre y Doris Benegas, no ha suscitado ni una línea en los medios de comunicación públicos y comerciales. Sí ha sido noticia destacada en webs alternativas [i] , marcando una vez más el abismo entre ambos medios.

La candidatura de Iniciativa Internacionalista une, por primera vez en la historia de los pueblos del Estado español, sujetos políticos y sociales de las izquierdas independentistas, de la izquierda anticapitalista de ámbito estatal, del sindicalismo de clase y combativo, del movimiento feminista, de los movimientos sociales y de destacados intelectuales.

El movimiento obrero de clase y combativo está representado por hombres y mujeres destacados en luchas contra los EREs – Antonio Rodriguez representa la lucha y la victoria de los trabajadores de UPS- , contra los despidos y las privatizaciones. El símbolo de todo ello es Josep Garganté, número tres de la Candidatura, destacado dirigente de la huelga más emblemática de los últimos tiempos – modelo de sindicalismo asambleario, de unidad y de implicación del movimiento ciudadano – la de los trabajadores de autobuses de Barcelona.

Participan también en la candidatura destacados hombres y mujeres de la cultura. Además de Alfonso Sastre – el ejemplo más brillante del compromiso intelectual hasta sus últimas consecuencias – ocupan puestos destacados Gloria Berrocal, Alicia Hermida, Jaime Losada y Antonio Maira, miembro de la UMD y co-creador de InSurGente, todos ellos miembros de la Alianza de Intelectuales Antiimperialistas.

La candidatura se organiza en torno a un Manifiesto [ii] en el que, junto a la reivindicación de los derechos de los pueblos, contra la discriminación por razones de sexo-género, de la lucha contra la Europa del capital y la guerra, de la soberanía alimentaria, etc, se destaca la imperiosa necesidad de construir una respuesta de clase a la crisis capitalista y de exigir democracia y derechos políticos primarios negados en el Estado español.

Esta Candidatura, más allá de las elecciones europeas, manifiesta su voluntad de abrir un espacio de construcción política, abierto a otras organizaciones que en el futuro puedan sumarse, en torno a los dos ejes estructurales del proyecto emancipatorio de los pueblos del estado español: la lucha de clases y la necesidad de romper con el imperialismo español.

Ambos temas han marcado las luchas populares, de recorridos diferentes en cada pueblo, enfrentadas y hegemonizadas por las clases dominantes en cada periodo histórico. Sólo en la explosión de revolución popular que significó, de forma contradictoria la II República, se acercaron políticamente reivindicaciones nacionales y proyecto socialista. Desde el punto de vista de la lucha social el otro precedente histórico fue la enorme movilización obrera y popular en torno al Proceso de Burgos en 1970, suscitada en todo el Estado e internacionalmente. La lucha conjunta de la izquierda abertzale y de otras organizaciones independentistas, junto a organizaciones políticas del resto del Estado, incluido de forma destacada el PCE, logró la masa crítica suficiente para anular sentencias de muerte que Franco había decretado.

Esa peligrosa conjunción de voluntades capaz de ganarle el pulso a la Dictadura, fue en años posteriores cuidadosamente desarticulada. En las sentencias de muerte de 1975 contra luchadores antifascistas, ya no participó el PCE, quien dio orden a sus abogados de no participar en su defensa y a la militancia de no considerar a los acusados como compañeros de lucha. La cuña de la división se había introducido. La Transición había comenzado.

La evolución de las izquierdas institucionales desde la Transición hasta este momento expresa su alineamiento, en el caso del PSOE, con el programa general de las clases dominantes de opresión de los trabajadores y de los pueblos En el caso de IU, la confusión y la impotencia de una organización heredera del PCE [iii] que acepta y apoya el discurso «antiterrorista» del poder – la votación de la Ley Antiterrorista por su Grupo Parlamentario en 1980 es emblemática- desemboca en el mismo objetivo: el abandono de cualquier proyecto de transformación social.

La contribución de CC.OO. Y UGT ha sido decisiva, tanto para debilitar hasta la extenuación al movimiento obrero, como para introducir entre los trabajadores y trabajadoras una ideología de tintes fascistas de apoyo al papel del Estado por encima de los intereses de clase y de negación de los derechos de los pueblos.

En estos momentos el escenario está marcado por la mayor crisis de la historia del capitalismo, sin horizonte para millones de trabajadores que no sea el paro, la ausencia de protección social para la masa de trabajadores precarios y el riesgo de que se agote para el resto, la pérdida de la vivienda por impago de hipotecas y la amenaza de liquidar los pocos derechos laborales que aún existen.

La destrucción del poco tejido productivo que quedaba tras una incorporación a la Unión Europea que ya liquidó industrias, agricultura y ganadería, dejó al capitalismo parasitario del Estado español pastar en el suculento espacio, de altísima rentabilidad a corto plazo, de las privatizaciones de monopolios públicos, la especulación inmobiliaria y el turismo.

 

Si el capitalismo es siempre indisociable de la corrupción, las clases dominantes españolas – históricamente dependientes hasta el esperpento de la compra de voluntades políticas y de todos los aparatos del Estado – muestran descarnadamente en momentos de crisis, como el actual,hasta qué punto todos los estamentos del poder están a su servicio.

 

Las consecuencias de la violencia estructural del sistema son percibidas día a día en las agresiones contra las mujeres, en la caza al emigrante sin papeles, en los accidentes laborales, en los EREs, en deslocalizaciones y cierre de empresas, en la privatización de servicios públicos, en los desahucios, y en definitiva, de forma sorda y cotidiana, en la infernal maquinaria que depreda de seres humanos, inteligencia, creatividad, convivencia y solidaridad.

Este brutal engranaje del capitalismo que destroza cada día la vida de millones de personas se produce sin que desde el Gobierno se adopte otra medida que dar dinero público a la banca, con el apoyo de la izquierda institucional y de los llamados «sindicatos mayoritarios de clase».

La violencia social de la minoría de privilegiados contra la mayoría de desposeídos solo se puede ejercer mediante la represión política. La maquinaria estatal político-jurídico-policial, supuestamente impotente frente a la corrupción, descarga toda su dureza contra luchas obreras, estudiantiles o de los pueblos que reivindican sus derechos. Partidos ilegalizados, centenares de personas encarceladas condenadas por «terrorismo» sin que se haya demostrado su participación en actuación violenta alguna, jóvenes antifascistas o de colectivos okupas criminalizados, trabajadores perseguidos por la defensa de sus derechos, de estudiantes y trabajadores en lucha contra la privatización, o la censura sorda desde los medios de comunicación públicos y privados de cualquier convocatoria de movilización no controlada, configuran un escenario cotidiano asfixiante para todo colectivo que se atreva a cuestionar el orden establecido.

Estos son los ingredientes de un profundo malestar social que no encuentra expresión política, que inevitablemente se enfrenta con un engranaje institucional emanado de la Transición sobre la clave de bóveda de la Monarquía y construido a la medida de las clases dominantes de la Dictadura, a la que se han incorporado los nuevos ricos resultado de las políticas de los gobiernos del PSOE y del PP.

La convocatoria de Huelga General el 21 de mayo por la mayoría sindical vasca – excepto CC.OO y UGT – exigiendo medidas contra la crisis capitalista, mientras estas últimas organizaciones aparecen como garantes de la paz social frente al clamor de los trabajadores y trabajadoras en el resto del Estado que asisten impotentes a despidos y EREs, es un ejemplo de lucha y de lo que podría hacerse desde un sindicalismo de clase y combativo.

El apoyo a la Huelga General del 21 de mayo debe ser una muestra de solidaridad y un paso más en la construcción de la unidad del sindicalismo no cooptado por la patronal o el Estado.

Para Corriente Roja,   frente a la camisa de fuerza sindical y política, que no ofrece salida alguna, en defensa de los derechos legítimos de los trabajadores y los pueblos, para intentar poner fin a la dispersión de organizaciones políticas y sindicales de la izquierda y en la búsqueda de imprescindibles formas de actuación conjunta frente al enemigo común, el propósito de unir a organizaciones revolucionarias de ámbito estatal y a organizaciones independentistas y soberanistas, es un objetivo estratégico. Por ello hemos decidido participar decididamente en la constitución – como un primer paso, como una puerta abierta hacia un camino de encuentro más amplio necesario e insoslayable – de la Candidatura de Iniciativa Internacionalista – La Solidaridad entre los Pueblos.

Estamos convencidos de que el proceso que se abre es la única vía posible.

Esta candidatura se sale de todos los marcos al uso. Es una propuesta de lucha y de compromiso, que retoma intentos abortados en otros momentos de la historia de unir sujetos políticos imprescindibles para enfrentar los grandes retos históricos pendientes y dar respuesta a las necesidades acuciantes actuales.

La historia de nuestros pueblos y la lucha de clases exige la construcción de sujetos históricos emancipatorios buscando de formas de unidad entre las reivindicaciones nacionales y la lucha por el socialismo.

Es hora, en este momento, cuando es evidente que no hay otra salida, es preciso retomar el camino que dejaron abierto e inconcluso quienes nos precedieron dejando su juventud y su vida por la libertad de los pueblos y la justicia social.

 

 

 

 

 

[i] Ver video de presentación de la candidatura de Iniciativa Internacionalista enhttp:// www.kaosenlared.net/noticia/videos-ya-disponibles-kaosenlared-retransmitio-directo-presentacion-in

[ii] Ver Manifiesto en http://www.kaosenlared.net/noticia/manifiesto-presentacion-candidatura-para-elecciones-parlamento-europeo

[iii] Un importante texto sobre la evolución histórica del PCE escrito por Iñaki Gil de San Vicente puede verse en: http://www.lahaine.org/index.php?p=37507