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Israel y EEUU, policía malo y policía bueno

Fuentes: IPS

Las últimas declaraciones del jefe del Comando Central de Estados Unidos, David Petraeus, sobre un posible ataque de Israel a Irán generó un debate en el gobierno de Barack Obama sobre si la amenaza israelí puede ser utilizada para estimular futuras negociaciones con Teherán.

  El vicepresidente Joseph Biden, a cargo de la agenda del gobierno contra la proliferación nuclear, rechazó la idea. «No creo que el primer ministro (Benjamín) Netanyahu lo haría (lanzar un ataque)», dijo a la cadena de noticias estadounidense CNN el martes. «Pienso que estaría mal asesorado si hace eso», añadió.

Sus declaraciones sugieren que cualquier propuesta para explotar la amenaza de un ataque israelí como parte de una estrategia «policía bueno, policía malo» contra Irán tendría una fuerte oposición en el gobierno de Obama, ya que se basaría en el supuesto de que esa amenaza es real y que Estados Unidos no pondría obstáculos a su concreción.

Petraeus manejó la idea de un ataque israelí en su testimonio ante el Comité de Servicios Armados del Congreso legislativo el miércoles. «El gobierno israelí podría, en última instancia, verse tan amenazado por la posibilidad de un arma nuclear iraní que podría tomar acciones militares preventivas para desbaratarla o demorarla», afirmó.

En contraste con pasadas declaraciones de funcionarios de Estados Unidos sobre el tema, añadió que nada indica que Washington se oponga a un ataque así o que esté preocupado por sus consecuencias.

Más aun, un portavoz del Comando Central dijo más tarde a IPS que el testimonio de Petraeus había sido revisado con anticipación por la Oficina del Secretario de Defensa (OSD), sugiriendo que tenía el apoyo del jefe del Pentágono, Robert Gates.

Pero ahora esa cartera parece distanciarse de las afirmaciones de Petraeus. En un mensaje de correo electrónico a IPS, Mark Wright, un funcionario de prensa de la OSD declinó confirmar o negar que el testimonio ante el Congreso hubiese sido revisado por esa dependencia. Wright insistió en que sería «inapropiado identificar las opiniones del general con las del Pentágono», y derivó el tema al Comando Central.

No obstante, el propio Gates pareció coincidir con Petraeus en una entrevista publicada el 1 de este mes por el periódico británico Financial Times, en la que insinuó que Irán podría ser atacado si cruzaba una «línea roja». Cuando se le preguntó directamente sobre la posibilidad, respondió: «Creo que voy a decir que me sorprendería… si (Israel) actúa este año».

«Creo que tenemos más tiempo que ése», dijo, refiriéndose al momento en que el avance de Irán en su programa nuclear podría provocar una ofensiva de Israel. «Cuánto tiempo no lo sé. Es un año, dos años, tres años… Sería algo en ese espacio…», afirmó.

Sin embargo, en las mismas 24 horas, el jefe del Estado Mayor, Michael Mullen, como Biden varios días después, reiteró públicamente sus reservas sobre cualquier acción israelí, al participar de una reunión con la mesa editorial del periódico neoconservador The Wall Street Journal el 2 de este mes.

Aunque reconoció que el gobierno israelí «no toleraría» un Irán nuclear y que sus militares podrían infligir serios daños en el programa atómico de Teherán, Mullen también alertó que un ataque así supondría «riesgos excepcionalmente altos» para los intereses de Estados Unidos en la región, según un registro de l encuentro citado a IPS por la oficina del militar.

En una editorial sobre la reunión publicado el lunes, el diario subrayó que Mullen entendía que las ambiciones nucleares de Teherán eran «un asunto de ‘vida o muerte’ para el Estado judío», pero minimizó la amenaza.

Mullen, de hecho, ha hablado constantemente en contra de un ataque a Irán desde comienzos de julio de 2008 cuando, tras regresar de una serie de consultas con su par de Israel, públicamente alertó sobre una ofensiva que, dijo: Además de desestabilizar la región, sería «extremadamente estresante para nosotros».

El tema se ha vuelto más urgente en Washington desde que en Israel se instaló un gobierno de ultraderecha liderado por el Partido Likud, de Netanyahu, quien se ha mostrado duro con Teherán y escéptico de que la estrategia diplomática de Obama tenga resultados.

Funcionarios israelíes llamaron a Estados Unidos a limitar estrictamente el tiempo que le dedicará a los esfuerzos diplomáticos antes de apelar a medidas punitivas, una demanda también hecha por congresistas clave, tanto del opositor Partido Republicano como del gobernante Partido Demócrata, considerados cercanos al llamado «lobby israelí».

Algunos funcionarios de la administración blandieron la amenaza de un ataque israelí como medio de ejercer presión a Teherán incluso antes de sumarse al gobierno de Bush.

Dennis Ross, ahora «asesor especial» sobre Irán para la secretaria de Estado (canciller) Hillary Clinton, había aprobado un borrador de un informe publicado el mes pasado por el Instituto de Washington para Políticas de Medio Oriente, centro de estudios que por lo general refleja las opiniones del gobierno, en el que se incluía la declaración: «Si la comunidad internacional se muestra incapaz de detener el progreso nuclear de Irán, Israel decidirá actuar en forma unilateral».

Tanto Gary Samore, el nuevo coordinador de la Casa Blanca sobre asuntos de armas de destrucción masiva, como Ashton Carter, ahora subsecretario de Defensa para la adquisición de tecnología y logística, expresaron su apoyo a la estrategia de explotar la amenaza israelí para presionar a Irán, al hablar en un foro organizado en septiembre de 2008 por la Escuela Kennedy de la Universidad de Harvard.

Al referirse a la negociación con Teherán sobre el tema nuclear, Samore dijo: «Mi opinión es que, a menos que exista la alternativa de una darle una fuerte paliza, probablemente no tendrá éxito».