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Izquierda Europea, hoy comenzamos

Fuentes: Liberazione

Traducción urgente de Javier Aguilera El pasado fin de semana se constituía en Roma el Partido de la Izquierda Europea. Alrededor de trescientos participantes de unas dieciséis fuerzas políticas comunistas, socialistas, verdes, pacifistas y feministas. El actual Secretario General del Partido de la Refundación Comunista de Italia, Fausto Bertinotti, ha sido elegido Presidente de ésta […]

Traducción urgente de Javier Aguilera

El pasado fin de semana se constituía en Roma el Partido de la Izquierda Europea. Alrededor de trescientos participantes de unas dieciséis fuerzas políticas comunistas, socialistas, verdes, pacifistas y feministas. El actual Secretario General del Partido de la Refundación Comunista de Italia, Fausto Bertinotti, ha sido elegido Presidente de ésta nueva formación política de la izquierda europea. Se traduce para Comunesycorrientes el texto del artículo aparecido en el diario del PRC.

Con este congreso constituyente colmamos un retraso. El retraso en la construcción de un nuevo sujeto de la izquierda europea.

En años, como los que vivimos, de grandes cambios, mientras Europa y el planeta entero cambian radicalmente debido a la guerra y el terrorismo, atravesadas igualmente por el gran movimiento pacifista, se ha echado en falta aquel sujeto político. La necesidad de su construcción se ha hecho apremiante.

Cada día nos lo recuerda la cuestión social, su ausencia ante las grandes injusticias que atraviesan ésta nuestra parte del mundo en que vivimos, un partido como uno de los actores principales de la construcción de un nuevo movimiento obrero. Un movimiento obrero en el permanezcan firmes los objetivos de liberación y de transformación de la sociedad, pero que es «nuevo» porque es consciente de los errores del pasado y porque sabe que sólo con una renovación radical de su cultura en su modo de actuar y de estructurarse, se puede abrir con fuerza y determinación la cuestión de la revolución en Europa y en Occidente.

La renovación pasa hoy por la contaminación y el debate de todas las culturas críticas, las de origen ecologista, feminista y pacifista. El movimiento de los movimientos es ya un espacio de contaminación. Ese es el modo en que una nueva generación ha encontrado y sigue encontrando su modo de hacer política cada día. Ese es el lugar en el que se producen nuevas prácticas individuales y colectivas. Su horizonte es nuestro horizonte. Nosotros, en el movimiento y con el movimiento, creemos que otro mundo es posible.

Europa es hoy el punto de atención de los países pobres del mundo del que esperan un nuevo protagonismo. Lo mismo se exige desde el interior del viejo continente, tras la reanudación del conflicto social y de aquellas luchas que durante mucho tiempo han estado sofocadas por las ilusiones de una globalización que ya entró en crisis. Pero hoy Europa no responde a aquellas esperanzas. El mismo Tratado constitucional confirma un alejamiento de la Europa de la moneda, de los bancos y mercados, respecto de los pueblos, de los nuevos sujetos que exigen las paz y la justicia social.

Nosotros creemos que otra Europa es posible. Creemos que es posible construirla. En el mundo de la globalización capitalista y de la guerra, estamos convencidos de que el viejo continente puede reencontrar su mejor vocación contribuyendo al nacimiento de una civilización distinta, de un distinto modelo económico y social, de una democracia profunda y real. Construyendo una opción de paz y de cooperación con los otros.

Esta Europa es posible sólo si nace una izquierda alternativa. Hoy las fuerzas conservadoras se oponen a los impulsos y a las exigencias de la sociedad, también ante el fracaso de las políticas neoliberales. Las fuerzas reformistas, ante la crisis de las políticas llevadas a cabo cuando estaban en el gobierno en casi toda Europa, en un ciclo político que ya ha quedado atrás, dudan y están divididas entre el retorno a la vieja política, volviendo a proponer la tercera vía y la exigencia de salir de ella. Sólo la izquierda alternativa puede proponer hoy una política contra el neoliberalismo y contra la guerra. Sólo la izquierda alternativa puede construir en y con el movimiento otra Europa. Hoy comenzamos.