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La candidatura de Daniel Ortega y el desafío de la Izquierda en Nicaragua

Fuentes: El Nuevo Diario

Pensemos, ¿realmente sobrevendría el colapso del FSLN sin la candidatura de Daniel Ortega? Por otro lado, el entusiasmo concitado por la candidatura de Herty [1] , ¿representa una «diabólica» amenaza para el partido? En las bases sandinistas hay gran inquietud y los adversarios del Frente están a la expectativa. Pero, ¿cuáles son realmente los desafíos […]

Pensemos, ¿realmente sobrevendría el colapso del FSLN sin la candidatura de Daniel Ortega? Por otro lado, el entusiasmo concitado por la candidatura de Herty [1] , ¿representa una «diabólica» amenaza para el partido? En las bases sandinistas hay gran inquietud y los adversarios del Frente están a la expectativa. Pero, ¿cuáles son realmente los desafíos del presente para el FSLN?

1. Debemos brevemente recordar nuestra práctica reciente. Después de la derrota electoral del 90 la mayor parte del sandinismo se propuso resistir el proceso de restauración del régimen oligárquico y burgués. Sin embargo, esta propuesta no fue expresada en un programa, en una estrategia y tácticas a seguir. El enfrentamiento de aquellas complejas coyunturas impuso la lógica de priorizar las tareas inmediatas y con ello se pospuso la urgente necesidad de crear una nueva visión estratégica. Al pasar de los años, en la práctica, los objetivos inicialmente proclamados fueron diluyéndose. Como recién ha señalado Humberto Ortega, del «radicalismo» pasamos al realismo político.

Frente al empuje del proceso de restauración, las organizaciones populares libraron duras batallas en función de necesidades eminentemente políticas. Las luchas reivindicativas pasaron a ser directamente dictadas por esos intereses y no como expresión de la dinámica propia de los sectores sociales. Eso incluyó la tendencia a pasar rápidamente a la confrontación y la resistencia con métodos violentos, «quemando» las posibilidades de masificar las protestas, que se convertían rápidamente en confrontaciones de grupos políticamente decididos y disciplinados, pero minoritarios.

Daniel Ortega – hay que reconocerlo – se mantuvo a la cabeza del partido y fue convirtiéndose en el principal y casi único representante del FSLN y el negociador de todas esas luchas. Debilitada la conducción política colectiva, carentes de una renovada estrategia, el movimiento social poco acostumbrado a representarse a sí mismo, terminó siendo intermediado por los nuevos intereses políticos del partido, tempranamente penetrado por los nuevos valores del mercado y el lobby del emergente «grupo empresarial sandinista». Con ello se fue debilitando la beligerancia de la lucha popular.

En el 94 cuando tuvimos que enfrentar las posiciones del «ramirismo» [2] , no sólo el FSLN venia de sufrir una derrota, sino que toda la izquierda mundial pasaba por una crisis profunda. En aquel contexto de desplome de los grandes paradigmas, en el que el neoliberalismo se proclamaba como el gran vencedor de la historia humana, ocurrió que muchos dirigentes revolucionarios e intelectuales de renombre mundial, pensaron que la izquierda había concluido su ciclo histórico y Nicaragua no fue la excepción. Humberto, Sergio, Dora Maria [3] y muchísimos cuadros pensaron que el momento había llegado de movernos hacia el centro o al centro izquierda.

Nosotros desde la Izquierda Democrática [4] combatimos entonces esas posiciones. Fue una batalla política en el seno del FSLN, lucha política e ideológica, una batalla de ideas en el que las bases participaron activamente y ellas libremente tomaron partido. Al final en un congreso por votación democrática se impusieron las posiciones de la Izquierda. Sergio y sus compañeros obtuvieron un significativo respaldo no menor del 30%. En esa lucha de ideas por la hegemonía en el Frente en el que no pocos daban a Daniel por vencido, (había perdido la Bancada y el control de la asamblea sandinista) nosotros como izquierda defendimos y fortalecimos entonces su liderazgo.

2. Pero la historia siempre nos sorprende con cambios impredecibles. Una vez que muchísimos cuadros se fueron a crear el MRS [5] o se retiraron de la vida política, ya con todos esos dirigentes fuera del partido, Daniel desde su liderazgo fortalecido, giró de manera progresiva, pero firme hacia el centro. Exactamente en la misma dirección de » co-gobierno « [6] que había criticado al MRS pero sin los énfasis de democracia interna que estos con justeza habían planteado para el desarrollo de la vida política del partido.

Este viraje de Daniel se expresó primero marginando a los principales dirigentes de la Izquierda Democrática, congelando la lucha popular y la lucha ideológica. Progresivamente optó por sustituir la lucha social por la lucha por los espacios de poder. Reemplazó la lucha cotidiana por el electoralismo. La lucha popular por el Pacto. La utopía por el pragmatismo. El llamado realismo político ocupó el lugar de la conciencia crítica. La dirección colectiva, por la promoción exclusiva de su liderazgo. Sustituyó en la dirección del partido a cuadros político- ideológicos por empresarios sandinistas. Sin ofrecer resistencia, favoreció desde el parlamento las políticas de privatizaciones, la legislación que restauraba la plenitud de la economía de mercado.

Estos nuevos rumbos políticos estremecieron la Ética sandinista. Los corruptos arnoldistas se convirtieron en los mejores y más firmes aliados. La lealtad a la causa fue reemplazada por la lealtad a su persona. Los símbolos de lucha roji-negros desaparecieron de las plazas públicas y fueron sustituidos por el rosado-chicha y el himno del Frente dejó de clausurar los actos de masas. El fetichismo religioso, sustituyó al laicismo. Daniel estableció el principio de que sin él como candidato sobrevendría el caos para el FSLN y el enmascaramiento ideológico como imperativo del marketing electoral se estableció como política permanente del partido.

3. Las bases del FSLN desprovistas de información adecuada, amenazadas y acosadas por la contrarreforma, hundidas en la pobreza, carentes del instrumental ideológico para enfrentar las adversidades de las nuevas condiciones, con la desaparición de la vida colectiva del partido y frente a la ausencia y repliegue de muchos dirigentes y la marginación de otros terminó interiorizando como único liderazgo el del secretario general. De ahí quizás una de las causas mas inmediatas del llamado caudillismo

Poco a poco en todos estos años, los sectores populares fueron dejando de ser los activos sujetos políticos, para convertirse sencillamente en boletas electorales o bien en los pasivos recipientes de algunas bondadosas concesiones y de publicitadas leyes adoptadas desde arriba por las cúpulas.

La acción oficial del FSLN priorizó de manera casi exclusiva la lucha electoral, los pactos y las negociaciones de reparto de los principales cargos de las instituciones. Para ello no ha existido ningún límite ni siquiera ético. Los bamboleos diarios de la política criolla han llevado al absoluto maridaje con los corruptos, que llega al paroxismo de atribuirle al reo Arnoldo Alemán, el rol de «factor de la lucha antiimperialista y antioligárquica», de reconciliación y fortalecimiento de la Democracia. Todo ello acompañado de un siempre oportuno discurso anti-imperialista. Un discurso para las masas y otro distinto para las élites del poder.

Ha sido un cambio dramático de orientación para el que no estaba ni preparado ni diseñado el FSLN. De Sandino [7] todos cantábamos que el nunca quiso ser presidente, ahora las bases tienen que asumir que su futuro y el de la nación depende de que el Secretario General sea Presidente, y que nadie mas puede aspirar a serlo porque entonces se produciría la autodestrucción del FSLN y con ello el triunfo de la derecha.

4. Desde 1995, y como resultante de las presiones de las bases, se estableció el principio de la elección democrática de los candidatos a cargos públicos. En el año 95 por primera vez en la historia del Frente se realizó un proceso amplio, participativo y limpio para elegir a los candidatos públicos. Ya en las siguientes elecciones (2000) el proceso empezó a ser contaminado con las maniobras que garantizan que sólo aquellos considerados»leales» pueden ocupar dichos cargos. La democracia interna terminó de ser aniquilada.

Es en el contexto mas arriba señalado que hay que entender la naturaleza de la disputa que hoy se presenta en el FSLN. La determinación de Herty Lewites de competir frente a las bases por la candidatura presidencial ha topado con las decisiones administrativas que pretenden impedir unas verdaderas primarias. Algunos piensan que se trata del viejo conflicto pero las razones y el contexto son totalmente diferentes, aunque algunos rostros nos den la impresión de que se trata de la misma cosa.

Daniel creó el liderazgo político de los empresarios sandinistas, del que Herty resultó al final el símbolo más visible. Hoy se ve amenazado por su propia política. Daniel creó en las bases del Frente la falsa ilusión de que sólo ganando el gobierno se puede cambiar el país y las condiciones de vida de los pobres. Hoy una buena parte de esa base, piensa de manera «realista y pragmática» que en el mercado electoral Herty es mejor carta ganadora que Daniel. La gente quiere ganar, no quiere perder. Muchos tienen en su corazón a Daniel, otros ya no, pero a todos les indica la razón que con Daniel pierden. Y además entre ambos no existen grandes diferencias ideológicas. Cierto, se trata de la controversia por una candidatura, pero tiene implicaciones mas de fondo para el FSLN.

Para muchos apoyar a Herty no se reduce al apoyo a una candidatura presidencial, es la expresión de un cuestionamiento implícito a la conducción del partido, a los pactos con los corruptos, al autoritarismo prevaleciente en las filas. Para muchos es la oportunidad de reclamar el retorno a los principios. Es la posibilidad de abrir una ventanita a la discusión política y fraterna del quehacer del FSLN hoy. En este contexto las viejas tácticas de la descalificación, o los recursos administrativos, no resolverán esta necesidad política. La podrán evadir temporalmente o imponer sin persuadir, lo que seria un camino pedregoso. Herty es indudablemente un empresario políticamente conciliador y de centro, pero ello no justifica su aplastamiento. Además ¿Quién podría creerles que un respetable poeta revolucionario como Ernesto Cardenal sea un agente del imperialismo, que Carlos Mejia Godoy [8] es un trovador del Pentágono, que la Gioconda [9] es»una sonrisa congelada» o que Modesto [10] es un ambicioso empresario ricachón?

5. El futuro del pueblo nicaragüense no puede descansar únicamente en que un único candidato o una fuerza aunque se autoproclame de izquierda, llegue al gobierno. En las condiciones actuales los gobiernos progresistas sólo son capaces de realizar cambios favorables al pueblo en la medida en que exista también hegemonía popular, es decir múltiples formas de la sociedad organizada, movimientos capaces de plantear sus propias agendas, sus propias reivindicaciones y sus propias luchas. Los movimientos populares y sociales en América Latina, actuando con independencia y autonomía incluso de los partidos políticos han sido capaces de construir transformaciones, enfrentando a gobiernos neoliberales, y esa misma fuerza actúa como vigorosa presión ante gobiernos progresistas o de izquierda para seguir arrancando las transformaciones. Para mencionar un solo ejemplo: El Movimiento de los Sin Tierra de Brasil.

Desde que nos alfabetizamos ideológicamente sabemos que son los pueblos los actores de su propio futuro y no ningún partido, ningún caudillo, ni ningún ungido. Por lo tanto querer colocar la candidatura a la presidencia como un asunto de principios y de carácter vital para el futuro de la gente es seguir engañando al pueblo.

El FSLN podría ganar las elecciones con un presidente de centro, como Herty, pero si hay movimiento social autónomo, del gobierno y de los partidos, si hay lucha de masas, habrá cambios, lo quiera o no ese candidato. Es mas, ni siquiera podría administrar el gobierno sin el respaldo del FSLN. El desgobierno de Bolaños ha ayudado a entender esta lección elemental. A contrario sensus, un presidente con antecedentes y un discurso radical, pero con un ausente movimiento de masas, subordinado y falto de su propia agenda, terminará actuando – independientemente de su voluntad – en los estrechos marcos que impone el raquitismo de la economía nacional, la globalización neoliberal y los organismos financieros internacionales, como ha ocurrido ya con varios presidentes latinoamericanos.

El desafío sigue siendo pues el de la construcción de la conciencia crítica del pueblo, el «soltar» a las organizaciones, desmovilizadas por liderazgos enquistados en espacios de poder, el desafío es el de la lucha de calles, como la de los maestros, el de arrancar al sistema las transformaciones a punta de combatividad e inteligencia, el de la formación política y de la educación para que el pueblo sea capaz de realizar sus propias transformaciones. El desafío sigue siendo presionar a quienes en nombre del pueblo ocupan espacios institucionales, para que realmente actúen en función de los intereses populares y no en función de los suyos propios o de los dirigentes que los colocan en esos puestos. El desafío al fin, es el del asedio perpetuo a la opresión, la construcción de un proyecto alternativo al neoliberalismo y el de robustecer la sociedad civil frente al Estado.

La disputa a lo interno del FSLN por el tema de la candidatura es una oportunidad. Abre el espacio para debatir sobre estos verdaderos desafíos, abre la posibilidad de superar la lógica con la que se han estado manejando las cosas en el FSLN, de cuestionar el modelo de mando familiar en el estrecho entorno de complacientes incondicionales. Daniel tiene hoy en la estructura orgánica mas poder que nunca, pero ¿Será capaz de hacer una correcta lectura de la situación interna, en un contexto además en que la izquierda esta en auge en América Latina y en el que el neoliberalismo está siendo cuestionado en todo el planeta?

La verdad es que sólo rectificando, corrigiendo errores, sólo girando de manera auténtica hacia la izquierda, sólo rompiendo con los pactos y el electoralismo. Sólo reconociendo la importancia de la beligerancia conciente de las bases, sin exclusiones ni atropellos, en el que se acate su derecho a decidir ellas mismas su futuro y sus candidatos, sólo aprendiendo nuevamente a respetarnos sin prejuicios y reconstruyendo una amplia alianza y unidad sandinista, sólo de esa manera podrá el frente salir fortalecido, aprovechando además las favorables condiciones nacionales y regionales.

Para las elecciones del 90 Fidel [11] sugirió a la dirección sandinista la necesidad de prever la posibilidad de la derrota electoral. No se supo atender la sugerencia. Ojalá esta vez, el mesianismo y triunfalismo interno, no aborten la previsión de la victoria.



Mónica Baltodano es ex miembro de la Dirección Nacional FSLN.

[1] Herty Lewites hasta hace poco Alcalde sandinista de la Capital.

[2] Manera como se designó la corriente sandinista dirigida por Sergio Ramírez

[3] Comandante Guerrillera Dora Maria Tellez

[4] Corriente de izquierda dentro del fsln

[5] Movimiento de Renovación Sandinista.

[6] Alianza bajo el gobierno de doña violeta de Sergio, Humberto Ortega y Antonio Lacayo

[7] General Sandino, Héroe Nacional antiimperialista.

[8] El mas importante compositor sandinista

[9] Gioconda Belli reconocida escritora sandinista

[10] Seudónimo del famoso guerrillero Comandante de la Revolucion Henry Ruiz

[11] Fidel Castro Ruz