Según el diario La Nación, el gobierno argentino aceptaría la reanudación de ejercicios militares conjuntos con EE.UU y otros países en territorio argentino coordinados por EEUU (lo que de facto significaría la ruptura de la nueva doctrina militar diseñada para la región por los gobiernos que suscribieron la UNASUR), con lo que cobraría fuerza la […]
Según el diario La Nación, el gobierno argentino aceptaría la reanudación de ejercicios militares conjuntos con EE.UU y otros países en territorio argentino coordinados por EEUU (lo que de facto significaría la ruptura de la nueva doctrina militar diseñada para la región por los gobiernos que suscribieron la UNASUR), con lo que cobraría fuerza la hipótesis de que el objetivo de dicha entrevista sería reconducir los pasos del Gobierno argentino para su ingreso en el Acuerdo del Pacífico, siguiendo la teoría kentiana del garrote y la zanahoria.
Sherman Kent en su libro «Inteligencia Estratégica para la Política Mundial Norteamericana» publicado en 1949, expresó: «La guerra no siempre es convencional: en efecto, una gran parte de la guerra, de las remotas y las más próximas, ha sido siempre realizada con armas no convencionales: […] armas […] políticas y económicas. La clase de guerra en que se emplean […] (son la) guerra política y la guerra económica.»
Los fines de estos tipos de guerra fueron descritos por este autor de la siguiente manera: «en estas guerras no convencionales se trata de hacer dos cosas: debilitar la voluntad y la capacidad de resistencia del enemigo y fortalecer la propia voluntad y capacidad para vencer» y más adelante añade que los instrumentos de la guerra económica «consisten en la zanahoria y el garrote: el bloqueo, la congelación de fondos,el ‘boicot’, el embargo y la lista negra por un lado; los subsidios, los empréstitos, los tratados bilaterales, el trueque y los convenios comerciales por otro».
Dicho Acuerdo del Pacífico recientemente promovido por Estados Unidos y secundado por México, Colombia, Chile y Perú tiene como objetivos a medio plazo aglutinar el Arco del Pacífico para integrar además a Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá e incorporar por último al Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay).
La importancia del Acuerdo del Pacífico fue destacada por el analista y economista Jorge González Izquierdo, quien dijo a la AFP que este bloque en lo político «es un contrapeso al grupo que quiere formar el presidente Hugo Chávez de Venezuela», en alusión a la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA), integrada por Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Dominica, Ecuador, San Vicente y Las Granadinas y Antigua y Barbuda.
Campaña desestabilizadora contra Cháve
Se trataría, por tanto, de una refinado proyecto de ingeniería geopolítica cuyo finalidad última sería dinamitar el proyecto integracionista representado por la UNASUR e intensificar la política de aislamiento de los gobiernos progresista-populista de la región (en especial del Gobierno populista-progresista de Chávez). Así, EEUU podría estrechar lazos comerciales y militares con el presidente dominicano, Leonel Fernández Reyna ante el peligro de contagio mimético de los ideales revolucionarios chavistas al depender el país dominicano de la venezolana Petrocaribe para su abastecimiento energético.
Consciente de ello, Chavez ha advertido a EEUU «que nadie se atreva a venir aquí para aplicar la fórmula líbia o lo pagará muy caro«, para lo que ha pedido un crédito de 4.000 millones de dólares para «fortalecer y equipar la rama técnico-militar del país y destinado a proyectos petrolíferos, de gas e industriales», compra que según fuentes oficiales rusas asciende a casi 11.000 millones de dólares, convirtiendo así a Venezuela en el mayor importador de armas de Moscú en América Latina.
En el 2012 se celebrarán elecciones presidenciales en Venezuela, por lo que (descartada la intervención militar exterior), asistiremos a una sistemática e intensa campaña desestabilizadora que incluirá el desabastecimiento selectivos de artículos de primera necesidad, la amplificación en los medios de la creciente inseguridad ciudadana y de la fragilidad de la salud de Chávez y con la inestimable ayuda logística de Colombia (convertida en el portaaviones continental de EEUU) podrían llegar a desestabilizar el régimen de Chávez, no siendo descartable la gestación de una trama endógena que intentara un golpe de mano contra el mandatario venezolano teniendo como brazo ejecutor a unidades de élite de la Armada venezolana (UOPE).
¿Inicio de conversaciones para el cese del bloqueo de EEUU contra Cuba?
Las medidas cosméticas tomadas por la Administración Obama (relajación de las comunicaciones y el aumento del envío de remesas a la isla así como el posible inicio de una ronda de conversaciones sobre temas de inmigración), dejan intacto al bloqueo y no cambian sustancialmente la política de Washington pero reflejan el consenso de amplios sectores del pueblo norteamericano a favor de un cambio de política hacia la Isla auspiciado por la decisión del régimen cubano de terminar con el paternalismo estatal y permitir la libre iniciativa y el trabajo por cuenta propia.
Tras estos preliminares, subyacerían las conversaciones secretas entre el cubano-judío y Profesor de la Universidad de Denver, Arturo López -Levy y las autoridad cubanas para negociar el trueque de Gross por los Cinco, lo cual representaría eliminar un significativo escollo en el largo camino para restablecer la normalidad en las relaciones entre EEUU y Cuba (Arturo López -Levy acaba de terminar una beca de postgrado de verano del Instituto Carter en Atlanta, Georgia y ´tendría acceso directo a Raúl Castro al estar su primo (hijo de un general de las FAR) casado con una hija del mandatario cubano).
Sin embargo, la renovación automática por parte de EEUU por un año más del embargo comercial a la isla podría suponer para Cuba pérdidas estimadas en cerca de 50.000 millones de $ y abocar al régimen de Raúl Castro a la asfixia económica y a la firma de un nuevo tratado de colaboración militar con Rusia que incluiría la instalación de una base de Radares en la abandonada base militar de Lourdes para escuchar cómodamente los susurros de Washington y la instalación de bases dotadas con misiles Iskander y con aviones estratégicos con armas nucleares (los temibles TU-160 conocidos en Occidente como BlackJak), reeditando la Crisis de los Misiles (octubre, 1.962).
El rol emergente de Brasil
Rusia y Brasil forman parte de los llamados países BRIC (se emplea la sigla BRIC para referirse conjuntamente a Brasil, Rusia, India y China), y aunque se descarta que dichos países forman una alianza política como la UE o la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN), dichos países tienen el potencial de formar un bloque económico con un estatus mayor que del actual G-8 (se estima que en el horizonte del 2050 tendrán más del 40% de la población mundial y un PIB combinado de 34.951 Billones de $).
El objetivo ruso sería duplicar la facturación de los intercambios comerciales ruso-brasileños (10.000 millones de $ al año), tras lo que subyacería la firme decisión de Putin de neutralizar la influencia de EEUU en el cono sur americano y evitar la posible asunción por Brasil del papel de «gendarme de los neoliberales» en Sudamérica, pues Brasil juega un rol fundamental en el nuevo tablero geopolítico diseñado por EEUU para América Latina, pues le considera como un potencial aliado en la escena global al que podría apoyar para su ingreso en el Consejo de Seguridad de la ONU como miembro permanente con el consiguiente aumento del peso específico de Brasil en la Geopolítica Mundial.
Caso de no ser sensible el Gobierno de Dilma Rousseff a las tesis de EEUU, no sería descartable el retorno a la política del Big Stick o «Gran Garrote», (cuya autoría cabe atribuir al presidente de Estados Unidos Theodoro Roosevelt), sistema que desde principios del siglo XX ha regido la política hegemónica de Estados Unidos sobre América Latina, siguiendo la Doctrina Monroe, «América para los Americanos».
Así, a comienzos de los años sesenta, el miedo al mimetismo cubano había llevado a los EEUU a apoyar los golpes militares del que serían paradigmas en Centroamérica los casos de El Salvador, (donde una junta militar se apoderó del poder en 1961), de Guatemala (el presidente Idígoras Fuentes fue derrocado por los militares en marzo de 1963) y Honduras (el presidente Villeda, acusado de poca firmeza frente a la subversión comunista, fue derrocado en octubre de ese mismo año).
En América del Sur los militares tomaban el poder en Perú en julio de 1962, el presidente ecuatoriano Otto Arosemena era derrocado a su vez en julio de 1963 por «complacencia ante el castrismo», el ejército boliviano tomó el poder en noviembre de 1964, en Argentina el general onganía hizo lo propio en junio de 1966 y finalmente en Brasil, el 31 de marzo de 1964 las fuerzas armadas derrocaban a Goulart.
De todo ello, se deduce que estaríamos en vísperas de la irrupción en el escenario geopolítico de América Latina de una nueva ola desestabilizadora (cuyos primeros bocetos ya están perfilados y que terminará de dibujarse en esta década) y que tendrán a Honduras, Paraguay, Nicaragua, Guatemala, Ecuador, Brasil, Granada y Panamá como paradigmas de los llamados «golpes virtuales o postmodernos «que protagonizará EEUU en esta década en el nuevo escenario panamericano que surgirá tras el retorno al proteccionismo económico y consiguiente finiquito a la economía global.
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