La reforma de pensiones impulsada por el gobierno de Nicolás Sarkozy, rechazada por millones y que entre otras cosas plantea subir la edad de jubilación de 60 a 62 años, comenzó a ser debatida este martes en el Senado. La discusión en la cámara alta se produce después de una semana de intensas jornadas de […]
La reforma de pensiones impulsada por el gobierno de Nicolás Sarkozy, rechazada por millones y que entre otras cosas plantea subir la edad de jubilación de 60 a 62 años, comenzó a ser debatida este martes en el Senado.
La discusión en la cámara alta se produce después de una semana de intensas jornadas de protesta en contra de la modificación de la ley de Pensiones, en las que más de tres millones de personas han rechazado la normativa.
Sin embargo, el presidente Sarkozy, la continúa calificando como una medida «estrella» y reiteró que tanto él como su gabinete la seguirán defendiendo.
«Esta reforma constituye la única vía para hacer frente al envejecimiento de la población», afirmó.
Sarkozy se refería a lo dicho por su ministro del Trabajo, Eric Woerth, quien justificó la reforma alegando que que «se pasa de 60 a 62 años porque la vida ha cambiado. Hoy se vive más y es normal, natural prolongar la vida laboral».
Dentro del Senado francés se han manifestado en contra de la medida los socialistas y los aliados centristas. Hasta ahora se espera que los dos grupos mantengan su rechazo para «alargar el examen de la propuesta» y poder lograr una nueva reflexión acerca de la norma.
En este sentido, el primer ministro, Francois Fillon, afirmó que el corazón de la reforma no cambiará aunque dejó abierta la posibilidad a modificaciones del texto, a lo que refirió explicitamente que no se cambiará el retraso para la jubilación.
«No tocaremos el retraso de la edad mínima de jubilación hasta los 62 años y hasta los 67 el derecho a la pensión completa», reafirmó.
De la misma forma, el ministro de Trabajo, Eric Woerth, responsable de defender el texto entre los senadores, afirmó que el Ejecutivo está abierto a «progresar» hacia más «justicia», y subrayó que «están dispuestos a recibir algunas propuestas de los centristas», como ciertas medidas a favor de las mujeres.
«Gobierno tensa más la situación»
Mientras la reforma se discute en el Senado, la polémica generada por ella se mantiene en las calles. Este martes, la representante del Partido Socialista francés (PS), Martine Aubry, señaló que la posición del Gobierno lo que hace es «tensar más la situación» y que por ende, «será responsable de lo que ocurra».
Aubry pidió una vez más a las autoridades que se «suspenda el debate. Que siente a la mesa a todas las organizaciones sindicales y que retome la reforma».
«Da la impresión de que el Gobierno la está tensando (la situación) y mientras siga así será responsable de lo que ocurra (…) Otra reforma es posible. Más justa, más eficaz», exclamó.
Del mismo modo, señaló que su partido está dispuesto a participar en un diálogo con los representantes gubernamentales.
«La exasperación creciente en este país, no es sana (…) deje de hacer oídos sordos, de humillar a quienes han tenido el valor de salir a la calle. Empiecen de cero», reiteró.
Aseguró que es injusto el planteamiento de postergar la edad mínima para cobrar jubilación completa y que si el Ejecutivo mantiene su postura de «no escuchar», lo más probable es que los sindicalistas lleven el caso a «situaciones más radicales».
«Lucharemos hasta el final, como lo hacen las organizaciones sindicales«, señaló.
Huelga general indefinida
Por otro lado, la Confederación General del Trabajo (CGT), ha llamado a una «huelga indefinida» pautada para el próximo 11 de octubre para protestar contra la reforma.
Este llamado se da luego de otras cinco huelgas y varias manifestaciones en contra de la medida del Gobierno francés.
La última protesta masiva fue el pasado sábado, en la que casi tres millones de franceses de todo el país expresaron su «rotunda oposición» a la reforma que pretende aplicarse.
El Presidente francés afirmó que no desistirá y que confía en que la reforma sea adoptada a finales de octubre, y entonces «empezará a preparar la última etapa» de su mandato de cara a la elección presidencial de 2012, arrancando con una remodelación de su gabinete.