“A 42 años de la Masacre de la Embajada de España y a 40 años de la masacre de la fiesta de San Sebastián en San Cristóbal Verapaz”.
En Guatemala, no es que la mazorca se está desgranando, si bien es cierto que quienes ahora están fuera del gabinete o del equipo de gobierno de Giammattei, han cometido errores o torpezas en sus funciones, no fue eso el motivo para que se estén yendo (Brolo y Gendry). Hay muchas hipótesis al respecto, pero hasta ahora nada es conclusivo. Lo que nos debe quedar claro, es que ésta es la forma como opera el pacto criminal que tiene controlado al Estado y ahora a la sociedad. Traslada a sus peones y alfiles, sobre todo a quienes fueron fieles y capaces de morir por la causa a otros lugares a ocupar puestos de no tanta trascendencia, pero a seguir con su misión.
No estamos en los tiempos de las purgas, a no ser que el funcionario o el sicario haya abusado de la confianza, pero en estos casos, no hubo abuso en contra de los jefes y tampoco quisieron sobrepasarse de las decisiones del pacto de criminales y corruptos. El trabajo lo hicieron bien, hasta el último momento. No, es nuestro interés detenernos que hicieron, lo que si es cierto que ambos (Gendry y Brolo), como parte del pacto criminal y corrupto, actuaron bajo la venia de este grupo criminal. Mientras esto se da, Benito, se entrega porque sabe que saldrá bien librado y hacer el mate de que estaba prófugo, fue para esperar el momento oportuno, para evadir la justicia.
Lo que tenemos, es solo un cambio de personas en dos ministerios importantes y la presentación ante la justicia de un exministro que sabe mucho, pero que cantará hasta donde se lo permitan. No olvidemos, que este año es preelectoral, no necesariamente campaña abierta, pero ya se están amarrando los tamales para las próximas elecciones. Tampoco debemos olvidar el papel que juega el CACIF, FUNDATERROR, AVEMILGUA, ACDEPRO, así como las religiones pentecostalistas y neo-pentecostalistas, como quienes promueven la campaña de ayuno para Guatemala, bajo el nombre “Levántate Guatemala”.
¿Cuál es el objetivo de fondo de este grupo criminal para afianzarse en el poder? ¿estamos volviendo a un proceso de más militarización para salvaguardar los intereses del pacto criminal y corrupto? ¿cómo se está configurando el narcoestado guatemalteco? ¿qué se está jugando con la comisión de postulación para la nueva fiscal o la estructura de la nueva comisión de derechos humanos del congreso, teniendo a un anticomunista a la cabeza para elegir al nuevo PDH? ¿y la nueva represión en los territorios indígenas, qué? ¿Estados Unidos, que es lo que se está jugando, ahora que Xiomará Castro es presidenta de Honduras? ¿en perspectiva que esperamos de la próxima campaña electoral? En fin, muchas preguntas surgen y que deben ser pensadas y discutidas a profundidad, no con respuestas mágicas, si desde la realidad concreta de nuestro país y la región y que afectará nuestra situación política, económica, social y cultural.
Estos cambios como los que vendrán, deben ser parte de nuestro análisis, para construir futuras estrategias, para saber cómo se están moviendo los grupos de poder, ahora que todo el aparato legal está a su favor. No olvidemos que las últimas sentencias por los casos de genocidio, no los tienen muy entusiasmados, los reclamos de territorio por los pueblos indígenas, la lista de los no queridos por Estados Unidos, así como la llegada de un nuevo bloque de izquierda (Boric, Lula, Castillo, Arce, Castro) que, heterogéneo le está diciendo mucho al grupo de Lima, conformados por presidentes denunciados por corrupción, pero es el equipo que tiene de vanguardia Estados Unidos en la región, para impulsar su programa de nueva contrainsurgencia. En lo cercano, las elecciones de Honduras, con Xiomara Castro a la cabeza, los tiene igual muy sentidos y por eso se harán movimientos en el Tribunal Supremo Electoral y el Registro de Ciudadano, para fortalecer a los partidos del pacto criminal.
En Guatemala, el problema no es que vuelven los militares a ocupar piezas claves, sino la preocupación es, ¿estaremos a las puertas de un nuevo fascismo?, que implica una represión a todo nivel ¿comenzarán a jugar todo por el todo? ¿es tanto el cinismo que dejara de nuevo a Consuelo Porras como Fiscal? Pues habría que ver, como se comporta la comisión de postulación, que, según las entrevistas a algunos miembros de la comisión, que hemos escuchado, no están dispuestos a que sean sometidos por el crimen organizado.
La tamaleada guatemalteca está amarrada, cocinada y negociada. El crimen organizado sigue controlando la institucionalidad del Estado y sus alfiles y peones siguen ocupando puestos, ya sea en el país o fuera de las fronteras. No olvidemos que el 2022 es año pre-electoral, entonces los puestos y las pagas de factura será el postre preferido de este año. Lo veremos desde los puestos en las municipalidades, pasando por los puestos departamentales como gobernadores y los nacionales. Los que aún no han tenido puestos visibles lo tendrán, porque al fin y al cabo son pagos de facturas por favores de campaña o porque son las negociaciones con los diferentes cárteles del crimen organizado.
Mientras tanto, debemos estar atentos con el trabajo que está haciendo la Comisión Postuladora para el nuevo o la nueva fiscal, que, por lo visto, no nos ofrece nada bueno. Además, seguir de cerca los juicios por genocidio. Por otro lado, preocupa la escalada de criminalización contra líderes comunitarios como la detención de Timoteo Valdez, la intimidación en contra de dirigentes comunitarios de las comunidades Tres Lagunas y Oxib Kej de Sayaxche, Petén.
Kajkoj Maximo Ba Tiul. Maya Poqomchi, antropólogo, filósofo, teólogo, investigador y profesor universitario.
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