Introducción El objetivo del presente trabajo es analizar algunos elementos de una teoría social que se ha producido en América Latina: la teoría de la dependencia. Hablaré de tres teóricos de dicha corriente: Fernando Henrique Cardoso, Teothonio Dos Santos y Ruy Mauro Marini. Los integrantes de dicha teoría, dista mucho de ser similares en su […]
Introducción
El objetivo del presente trabajo es analizar algunos elementos de una teoría social que se ha producido en América Latina: la teoría de la dependencia. Hablaré de tres teóricos de dicha corriente: Fernando Henrique Cardoso, Teothonio Dos Santos y Ruy Mauro Marini. Los integrantes de dicha teoría, dista mucho de ser similares en su postura teórica. De la misma manera también difieren en su posición social. De aquí que trataré de diferenciarlos en esas dos posiciones, porque debemos decir que los teóricos de la dependencia no son un grupo uniforme ni homogéneo. Por ejemplo, Cardoso tiene una posición muy diferente que la de Dos Santos y Marini. Estos últimos fueron militantes revolucionarios, mientras que el primero, más bien fue un ideólogo de las clases dominantes de la época, y un privilegiado de las mismas. En ese sentido, daré algunos rasgos históricos y teóricos de las posiciones en que se encontraron, pero también del momento en que surgió la teoría de la dependencia en general. Del que primero partiré.
Antecedentes históricos y teóricos
La teoría de la dependencia no se puede entender sin las relaciones de fuerza que se manifestaron en la historia de América Latina en la primera mitad del siglo XX. La historia del subcontinente está muy relacionada con la teoría, por lo menos en esta región, pero claro está, debemos decir también desde qué posición se habla, porque desde los desposeídos, la teoría surge inseparablemente o relacionada con la realidad concreta de la sociedad. Es así como podemos entender que la teoría de la dependencia es resultado de luchas por liberarse del poder dominante, no sólo político y económico sino también ideológico.
La historia de América Latina es muy compleja; las grandes luchas que se han dado por modificar las condiciones o hacerse del poder, ya sea de las clases dominantes o las dominadas, la han complicado, pero podemos ver desde un acontecimiento que ha transcendido no sólo en el momento en que se dio sino que ha jugado un papel muy importante en la historia y se convierte en un punto de referencia en las luchas sociales de nuestros días. Es decir, parto del triunfo de la Revolución Cubana, que en el aspecto político, social, económico y cultural tuvo una influencia importante en el subcontinente y en el mundo. Y no digamos en la parte teórica, que aportó nuevas herramientas de análisis social para los revolucionarios, y dentro del marxismo, renovó la posición crítica que antes de este acontecimiento se había dejado de lado.
Una gran parte de la teoría de la dependencia surge desde el marxismo; de ahí que debemos partir para ver el surgimiento de esta corriente de pensamiento, es decir, preguntarse cuál era la posición del marxismo en América Latina. El marxismo latinoamericano ya tenía una historia más o menos larga pues algunas décadas hasta antes del surgimiento de la teoría de la dependencia, podemos ver un proceso histórico interesante. Adrián Sotelo, citando a Raúl Fornet-Betancourt, menciona siete etapas del marxismo en América Latina: «a) Etapa preparatoria o de confusión del marxismo (1881-1883), b) Deslinde ideológico y encuentro del marxismo a través de los partidos comunistas latinoamericanos (1918, 1919-1929), d) Etapa de naturalización del marxismo y del significado de la obra de Mariátegui (1928- 1930), e) Etapa de las polémicas filosóficas sobre el marxismo o de su incorporación al movimiento filosóficos latinoamericano, f) Etapa stalinista y de estancamiento dogmático del marxismo (1941-1958), g) Fase actual (1959-1991): intentos de naturalizar el marxismo» (Sotelo, 2005: p. 182).
Esta división coincide con la propuesta de otro estudioso del marxismo latinoamericano: Michael Löwy, que para Sotelo pareciera que no existe, siendo Löwy un antecesor de éstos en los estudios del marxismo latinoamericano. Si bien los autores citados coinciden en que la Revolución Cubana abre el camino al resurgimiento del pensamiento latinoamericano y en particular desde el marxismo. Antes del surgimiento de la teoría de la dependencia, era la hegemonía del estalinismo en el marxismo, pero con su muerte (en 1953) y XX congreso (en 1956), se modifica. Influenciados y dirigidos por las decisiones de la URSS, los partidos comunistas latinoamericanos adoptan una posición sumamente moderada ante las clases dominantes, apoyando a los gobiernos supuestamente progresistas (Löwy, 1982: p. 43). En ese pequeño periodo, los cambios revolucionarios no fueron reales, o por lo menos, no en la realidad concreta, aunque teóricamente hubo algunas aportaciones como el trabajo de Sergio Bagú titulado Economía de la sociedad colonial de 1949 (Ibíd).
Con el triunfo de la Revolución Cubana, vino a transformar las condiciones, cambió no sólo las condiciones políticas, sino también las posturas teóricas dentro del marxismo latinoamericano. Según Löwy, con la revolución «se vuelve a adoptar algunas de las ideas más vigorosas del ¨primer comunismo¨ de los años veinte. No existe continuidad política e ideológica directa entre ambas épocas, pero los castristas se valen de Mariátegui y sacan del olvido a Mella y a la revolución del Salvador. El dirigente y pensador revolucionario que mejor resume y simboliza este nuevo periodo del marxismo en América Latina es Ernesto Che Guevara (1928-1967), no sólo por su papel en la revolución cubana, sino sobre todo por la influencia profunda de su obra y de su práctica en las nuevas corrientes revolucionarias del continente» (Ibíd, p. 48). A partir del nuevo ambiente revolucionario, se origina un nuevo repunte en el ámbito político, pero en el teórico, genera un intenso debate y avance en el pensamiento social marxista, que tiene influencia en el quehacer de la historia pero también en la sociología, pasando por la economía y la ciencia política. De ahí que debemos entender el surgimiento de la teoría de la dependencia.
A mediados de los sesenta se da un gran debate, producto de ello dejó una gran aportación al pensamiento social con una base sólida y que se manifestó hasta bien entrados los setenta, dándose en varios países latinoamericanos y teniendo repercusiones en otras partes del mundo. Pero curiosamente, no toda América Latina se pudo ver lo mismo, pues no tuvo el mismo papel en el interior de Brasil, en donde la mayoría de sus portadores fueron originarios; esto lo veremos más adelante.
La teoría de la dependencia, cabe decir, no se limitaba a ver la realidad desde una posición cómoda y muy simplista, como el lugar que excita y genera la academia, sino que algunos de sus integrantes fueron militantes de organizaciones revolucionarias como el caso de Ruy Mauro Marini, quien después de que abandonó Brasil, perseguido por la dictadura, formó parte del MIR chileno para perfilarse, por decirlo así, a la lucha revolucionaria de la época. La agrupación teórico-militante de los dependentistas se inscribieron el mismo Ruy Mauro Marini, Theotonio Dos Santos, Vania Bambirria, Gunder Frank, entre otros.
Los teóricos de la dependencia empezaron su actividad en 1964, en el momento en que se impone la dictadura militar en Brasil con la destitución del entonces presidente Joao Goulard. Según Dos Santos, entre 1964 y 1966 iniciaron los estudios sobre economía internacional, bajo condiciones muy difíciles (Dos Santos, 1982: p. 13), pues eran perseguidos por la primera dictadura de América Latina llamadas de Seguridad Nacional. La categoría central de análisis será el tema de la dependencia para generar estudios de las regiones periféricas, particularmente en América Latina. Dichos estudios eran, para los que habían vivido en carne propia la dictadura, necesarios y urgentes pues «iniciaba un proceso de fuerte integración de nuestra economía con la economía capitalista mundial, particularmente con Estados Unidos» (Ibíd.). El nuevo contexto dominado por EU en América Latina era la preocupación de estos teóricos revolucionarios. La persecución de la dictadura sobre los dependentistas acabó obligadamente por exiliarse en Chile en 1968, en donde continuaron con sus estudios que habían empezado en Brasil. Ahí crearon el Centro de Estudios Socioeconómicos (CESO) en la Universidad de Chile. Fue el punto de encuentro y desarrollo de las investigaciones de la teoría de la dependencia, por ejemplo, el caso de Theotonio, sus estudios se centrarán en el imperialismo (Ibíd). Fue el también el punto de contacto con otros militantes marxistas y no marxistas de otros países. Sin embargo, el golpe de estado sobre Salvador Allende en 1973, interrumpe la actividad de los dependentistas, y se ven en la necesidad de exiliarse nuevamente, pero ahora en México. En este país continuaron sus investigaciones en la UNAM, particularmente en el Instituto de Investigaciones Económicas y la División de Estudios Superiores de la Escuela Nacional de Economía (Ibíd.). Los cuales radicaron por muchos años, por ejemplo, Marini siguió desarrollando se actividad intelectual en ésta universidad por algunas décadas.
Hemos hablado de una corriente dentro de la teoría de la dependencia, y como decía antes, dicha corriente dista mucho de ser homogénea, en ese sentido, debemos recalcar que existió otra corriente. De acuerdo con Sotelo, la otra corriente es «la que surge como continuación de la teoría dominante de la CEPAL, donde comparecen autores como Cardoso, Faletto y Paul Singer» (Sotelo, 2005: p. 184). Estos autores no tienen nada que ver con la otra corriente, la misma que estaba más preocupada por las condiciones que vivían los países del subcontinente. En cambio la de Cardoso siempre estuvo apoyada y cobijada por la clase dominante de Brasil y de otros países latinoamericanos en los que fueron difundidos sus trabajos. Es curioso que mientras en otros países se daba un intenso debate, desde la postura de la dependencia marxista, en Brasil existía un pensamiento hegemónico dependentista dominado y dirigido por Cardoso, totalmente acrítico y en el que no existía o no se permitía un debate de los ensayos de estos ideólogos. Por ejemplo, dice Fernando Correa Prado: «En este país, en realidad, existió un no-debate, y en su lugar se desarrolló una lectura por lo menos unilateral en relación con las contribuciones vinculadas al marxismo y la lucha revolucionaria latinoamericana. Tales contribuciones, además de haber sido blanco de la censura y de la persecución política dictatorial, sufrieron un sistemático trabajo de censura intelectual, en la cual el ex presidente y sociólogo Fernando Henrique Cardoso tuvo un papel central, contando también con la complicidad de diversos intelectuales relevantes unidos a una tenaz inercia intelectual, que sólo de manera reciente ha sido parcialmente superada. En Brasil, se fue construyendo una especie de «pensamiento único» acerca del tema de la dependencia, centrado en larga medida en la perspectiva defendida por Cardoso, de tal modo que se estableció un relativo desconocimiento -e incluso deformación- de los aportes inscritos en la tradición marxista, dentro de la cual estarían las obras de André Gunder Frank, Theotonio dos Santos, Vania Bambirra y, principalmente, Ruy Mauro Marini» (Correa, 2013: p. 2).
La censura, la manipulación y descalificación hacía los estudiosos de la teoría de la dependencia marxista había sido causada por el privilegio, consentimiento y financiamiento que tuvo Cardoso en la dictadura militar y en el periodo de la mal llamada apertura democrática. Pero este dominio del pensamiento de Cardoso ayudó no solo a desprestigiar a los teóricos de la dependencia, sino también a que fueran censurados, y en el contexto de la dictadura, a que fueran prohibidos. De hecho muchos de sus militantes permanecían en el exilio. Y Cardoso, con todos los medios a su disposición, y sin ningún impedimento a que le fueran publicados ni muchos menos criticados sus trabajos en relación a dependentistas marxistas, realizó a una cantidad de ensayos que fueron difundidos en Brasil (por ejemplo en el Centro Brasileño de Análisis y Planeamiento) y en el exterior (Ibíd., p. 4). Según Correa Prado, la intensión de estos trabajos dirigidos por Cardoso «trataron de ofrecer un panorama del estado de los estudios acerca de la dependencia, de modo que el debate sobre la dependencia fue siendo sistemáticamente pautado por sus escritos» (Ibíd.). Una cantidad de escritos tenían la intensión de descalificar a los dependetistas marxistas, según cita Correa Prado; por ejemplo, veamos solo uno. El artículo «Notas sobre o estado atual dos estudos sobre dependencia», podemos ver la posición de Cardoso: «En este artículo, Cardoso empieza su crítica a Andre Gunder Frank y a Ruy Mauro Marini, pero ya demuestra cierta capacidad de invertir los argumentos para mejor criticarlos. En su comentario a Gunder Frank -en realidad solamente lo nombra, pero no cita ni hace la menor referencia a alguna de obra suya -, Cardoso deja abierta una falsa crítica que llegaría a ser futuramente la afirmación más recurrente, aunque incorrecta, sobre los autores de la vertiente marxista de la teoría de la dependencia: la afirmación de que para ellos «el capitalismo en la periferia es inviable». En relación a Marini, trata de resumir la tesis de «Dialéctica de la dependencia: la economía exportadora», pero invierte el argumento de Marini y, por ende, crea otra falsa polémica en relación a la función de la superexplotación de la fuerza de trabajo y de la plusvalía relativa» (Ibíd., p. 5). En este sentido no podemos hablar de lo mismo de los dependentistas marxistas y los desarrollista y neodesarrollistas como Cardoso, hablando históricamente. En cuanto teóricamente, resultan muy obvias sus posturas. Veamos.
Algunos apuntes de la teoría de la dependencia
En el contexto teórico la teoría de la dependencia, se distinguen por ciertas influencias muy importantes que le dieron cierta particularidad. Bambirra menciona algunos aspectos que influyeron y que fueron el punto de partida: «En su punto de partida se dispuso de toda una vasta tradición histórica polémica en el seno del pensamiento marxista a lo largo de su evolución. Son sus antecedentes teóricos y políticos los análisis de Marx y Engels sobre la cuestión colonial; la polémica de los socialdemócratas rusos y de Lenin en particular en contra de los narodniki-populistas; la teoría del imperialismo y sus alcances en la situación colonial elaborados de Hilferding, Bujarin, Rosa Luxemburgo y particularmente por Lenin; la polémica sobre la revolución colonial llevada a cabo en el II de la Comintern que culmina con le elaboración de las tesis sobre cuestión nacional y colonial por Lenin; las consideraciones posteriores hechas por Lenin mismo, de carácter disperso pero de todos modos muy significativas; la aplicación creadora del marxismo-leninismo expuesta Mao Tse Tung en varias de sus obras; y, finalmente, el intento de aplicación del método de análisis marxista para la compresión del fenómeno del subdesarrollo realizado por Paul Baran en los años cincuenta» (Bambirra, 1978: pp. 15-16). Si bien estas son sus próximas influencias, pero cada uno desarrolló sus propias formas de abordar la dependencia en América Latina.
Theotonio Dos Santos en su trabajo Imperialismo y dependencia, que son una serie de artículos que escribió (en el proceso de desarrollo de la teoría de la dependencia) en el exilio; entre otras cosas, se distingue por abordar la categoría de hegemonía (y de otras como dialéctica), con la cual va analizar al imperialismo (que le da el calificativo de contemporáneo) bajo la dirección de Estados Unidos, imponiéndose después de la Segunda Guerra y en el cual inicia un nuevo proceso del sistema capitalista. En un artículo en particular llamado «El imperialismo contemporáneo y sus contradicciones» intenta mostrar el carácter de clase de las relaciones económicas internacionales en donde se da el proceso de integración monopólica. En ese proceso, ve la contradicción principal del imperialismo contemporáneo y sus manifestaciones, principalmente cuando la relación entre países se manifiesta un desarrollo desigual, creando una relación de dependencia sobre todo para los países latinoamericanos (Dos Santos, 1982: pp. 39-73). En este sentido podemos decir que Dos Santos le da una particularidad a la teoría de la Dependencia, abordando la categoría de Imperialismo, que como hemos visto. En palabras de Dos Santos al empezar a analizar al imperialismo contemporáneo dice: «Nuestro trabajo empieza por determinar sumariamente el carácter de clase de las relaciones económicas internacionales, para situar dentro de ellas el proceso de integración monopólica mundial. Solo después de estos planteamientos introductorios entramos en el tema, estudiando la contradicción principal del imperialismo contemporáneo y sus manifestaciones. Este procedimiento se hizo necesario porque la definición de la contradicción principal del imperialismo contemporáneo exigía situar correctamente su naturaleza; a esta la determinan fundamentalmente su enfrentamiento interno y externo con el proletariado y el sistema socialista que lo representa, así como el alto grado de concentración monopólica a que han llegado las relaciones económicas internacionales dentro del capitalismo» (Ibíd., p. 39).
La obra de Ruy Mauro Marini tiene de la misma manera otra forma de abordar la dependencia. Según Sotelo, resulta ser uno de los teóricos dependentistas más acabados del grupo (Sotelo, 2005: p. 186), lo cual no debemos distinguir entre este y Dos Santos, pero si reconocer su gran aportación teórica que no ha dejado de ser útil en nuestros días. Menciona el trabajo Dialéctica de la Dependencia, el mismo que debemos retomarlo para reconocer su gran trabajo. Para Marini la dependencia se presenta con las relaciones que tuvo y tiene América Latina con los países del capitalismo central que son mucho más avanzados y dominantes. La relaciones de dependencia tiene un inicio «en que se configura la dependencia, entendida como una relación de subordinación entre naciones formalmente independientes, en cuyo marco las relaciones de producción de las naciones subordinadas o recreadas para asegurar la reproducción ampliada de la dependencia. El fruto de la dependencia no puede ser por ende sino más dependencia, y su liquidación supone necesariamente la supresión de las relaciones de producción que ella involucra» (Marini, 1977 p. 18).
Por último, la obra de Fernando Henrique Cardoso (y por lo tanto de Enzo Faletto), resulta ser un personaje ubicado como dependentista pero alineado con las élites, como hemos visto líneas arriba. Su postura se distingue en abordar el problema del desarrollo, cuestionando al desarrollo cepalino, que por los años sesenta había caído en descrédito y una crisis profunda, pero que también se inserta en el neodesarrollismo. Su análisis parte precisamente del desarrollo cepalino, pero criticándolo y añadiendo otros elementos, por ejemplo, no solo con el análisis dualista estructural basta para ver los componentes económicos y sociales sino ver también a partir de una integración de aquel con el proceso histórico. En su Dependencia y desarrollo en América Latina, define desarrollo «como resultado de la interacción de grupos y clases sociales que tienen un modo de relación que les es propio y por los intereses y valores distintos, cuya oposición, conciliación o superación da vida al sistema socioeconómico. La estructura social y política se va modificando en la medida en que distintas clases y grupos sociales logran imponer sus intereses, su fuerza y su dominación al conjunto de la sociedad» (Cardoso, 1986: p. 18). En tanto que dependencia lo define como el que «pretende otorgar significado a una serie de hechos y situaciones que aparecen conjuntamente en un momento dado y se busca establecer por su intermedio las relaciones que hacen inteligibles las situaciones empíricas en función del modo de conexión entre los componentes estructurales internos y externos. Pero lo externo, en esa perspectiva, se expresa también como un modo particular de relación entre grupos y clases sociales en el ámbito de las relaciones subdesarrolladas. Por eso precisamente tiene validez centrar el análisis de la dependencia en su manifestación interna, puesto que el concepto de dependencia se utiliza como un tipo específico de concepto ¨causal-significante¨ y no como concepto meramente ¨mecánico-causal¨, que subraya la determinación externa, anterior, para luego producir ¨consecuencias¨ internas» (Ibíd., p. 19).
Cardoso se distingue dentro del dependentismo con una postura moderada y tímida frente a las clases dominantes, una forma que Sotelo le llamó «de la vertiente reformista y socialdemócrata» (Sotelo, 2005: p. 92). Cabe decir que Cardoso fue cambiando de postura: primero en el algunos ubican como dependentista, luego en el neodesarrollismo, para terminar siendo un neoliberal empedernido. Esto es muy claro cuando ocupó la presidencia de Brasil. Y hoy tiene una gran influencia en las élites dominantes que se aferran en desprestigiar al gobierno actual para ganar terreno para el regreso de los neoliberales al poder.
Conclusión
La teóricos dependentistas surgen como resultado de las relaciones de fuerza que se dieron en los años sesenta en América Latina. En un contexto en que la Revolución Cubana modificó las relaciones de poder político, económico, social y cultural. Pero no solo eso, trajo cambios dentro de la experiencia revolucionaria, influyendo teóricamente. El marxismo renovó su postura, debido a las aportaciones de la revolución cubana y de sus militantes. Cambiando el curso del marxismo de una posición moderada a una posición crítica y militante, de ahí el surgimiento de la teoría de la dependencia que nace precisamente por los cambios que se estuvieron dando en el subcontinente.
Sin embargo debemos distinguir que en la teoría de la dependencia existieron dos enfoques o pertenecen a dos distintas posiciones, al menos en lo que vimos. Theotonio Dos Santos y Ruy Mauro Marini se distinguen por su posición militante y revolucionaria, no solo teóricamente sino en la vida social. En el caso de Fernando Henrique Cardoso (y Faletto), fueron más bien ideólogos de las clases dominantes, una especie de un personaje oportunista que posicionó de acuerdo a cómo se movían las élites dominantes para ser reconocido: primero como dependentista para acabar siendo un ideólogo neoliberal. Teóricamente, desde la dependencia, fue un pensador tímido y sumiso que se caracteriza por un reformista y socialdemócrata.
Cada postura muestra sus propias ideologías, en unas relaciones de fuerza contradictorias; muestra además de sus posiciones políticas, que son resultado de una historia que estaba atravesando el subcontinente latinoamericano. Las dos son interesantes de tomarlas en cuenta, porque son expresiones de la realidad histórica latinoamericana, son propuestas teóricas que se presentaron en su época y en realidades distintas de clases sociales y distintas en nuestro tiempo; es decir, estas relaciones de fuerza pertenecen a su tiempo, sin ser distantes del nuestro.
Bibliografía utilizada
Bambirra, Vania. (1978). Teoría de la dependencia: una anticrítica. México: ERA.
Cardoso, H. F.; Feletto, Enzo. (1986). Dependencia y desarrollo en América Latina. México: Siglo XXI.
Dos Santos, Theotonio. (1982). Imperialismo y dependencia. México: ERA.
Fernando Correa Prado. (2013). «Otras razones del neodesarrollismo (o por qué hubo que desconocer a la teoría marxista de la dependencia)» en http://www.rosa-blindada.info/, consultado el día 16 de diciembre de 2014.
Löwy, Michael. (1982). El marxismo en América Latina. (De 1909 a nuestros días). Antología. México: ERA.
Marini, Ruy Mauro. (1977). Dialéctica de la dependencia. México: ERA.
Sotelo Valencia, Adrián. (2005). América Latina: De crisis y paradigmas. La teoría de la dependencia en el siglo XXI. México: UOM, FCPyS, UNAM, Plaza y Valdés.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.