Recomiendo:
0

La Tercera Guerra Mundial en Abya Yala

Fuentes: La Jornada

La Academia de Modernidad Democrática se distingue por su incansable esfuerzo por presentar las ideas y experiencias del Movimiento de Libertad Kurdo y su paradigma de modernidad democrática, a través de publicaciones que abordan temas relacionados con la búsqueda de alternativas radicales a la modernidad capitalista, como la autonomía democrática, el entrelazamiento de líneas de resistencia social, la sociología de la libertad, la liberación de la mujer, la autonomía de la juventud, la ecología social, la economía comunal, así como el arte y la cultura, esforzándose por realizar sus visiones y utopías, bajo el lema de que un mundo diferente no sólo es posible, sino que —en vista de la situación global— es desesperadamente necesario. 

En una de estas publicaciones,  La Tercera Guerra Mundial en Abya Yala  (https://n9.cl/5tq6c), se debate el significado del concepto de la Tercera Guerra Mundial a partir de las tesis del líder kurdo Abdullah Öcalan y las ideas desarrolladas por la resistencia de este pueblo durante más de 50 años, centrándose, en este caso, en nuestro continente, Abya Yala, y su posición en el contexto de las políticas globales. Se argumenta que el sistema es uno e integral en sus planes de dominar el mundo entero: tiene múltiples caras y formas, pero está unido por un paradigma ideológico: el de la modernidad capitalista. Asimismo, las luchas locales en todas partes están conectadas en cómo enfrentar el sistema capitalista. 

En resumen, la Tercera Guerra Mundial se caracteriza por el control dominante de los medios de comunicación como arma, alcanzando el nivel más personal del individuo y convirtiendo a los ciudadanos en defensores del sistema capitalista. Las mujeres son el blanco principal de la guerra, ya que históricamente han sido defensoras de la paz y de valores opuestos a los del sistema capitalista. 

La violencia sexual se convierte en un arma de terror sistemático, arraigada en una mentalidad patriarcal. Además, esta guerra puede caracterizarse por: 1) guerra prolongada y de baja intensidad; 2) guerra económica; 3) alianzas débiles; 4) guerra mediática; y 5) guerra biológica. 

Se aclara que no toda la humanidad se ha rendido al conformismo impuesto por el sistema, aunque no se ha logrado una respuesta adecuada a la situación que enfrenta la humanidad. Muchos grupos comunistas y socialistas siguen analizando el mundo en términos de dos bloques. Los movimientos feministas y ambientalistas a menudo se pierden en la cooperación con el mismo Estado y pierden su esencia combativa. 

Los grupos anarquistas y libertarios a menudo se aíslan de la sociedad y confunden la lucha contra el sistema con ideas de rebelión individualista. Muy pocos movimientos de izquierda practican el comunalismo y el anticapitalismo en su vida cotidiana, y es necesaria una lucha interna contra la mentalidad patriarcal-capitalista. 

Se reconoce que los movimientos indígenas tienen mucho que enseñar a las luchas antisistema, por ejemplo, su autonomía territorial y sus filosofías y prácticas arraigadas en la naturaleza. Sin embargo, no han logrado protegerse de la infiltración del Estado en sus movimientos, y el patriarcado existente, a menudo disfrazado de ascendencia, es evidente. 

Se especifica que la guerra global se da entre dos paradigmas de pensamiento, mentalidad y valores, y no necesariamente entre geografías o estados específicos. Por un lado, el paradigma de la modernidad capitalista; por otro, el paradigma del pensamiento de los pueblos y las fuerzas democráticas en conflicto, que es la mentalidad contemporánea de las comunidades, la modernidad democrática. 

Oriente Medio es el eje central de esta guerra, pues constituye un punto clave en los planes de dominación global del sistema capitalista moderno. Es allí donde se clarifican las relaciones de poder proyectadas al resto del mundo, donde la brutalidad y la naturaleza genocida del sistema capitalista global se expresan en tiempo real. 

La Tercera Guerra Mundial en Abya Yala  se desarrolló en el contexto histórico de la conquista e invasión de las potencias coloniales europeas, que establecieron una relación de explotación y despojo que persiste hasta nuestros días, con proyectos globalistas configurando la recolonización de territorios y la perdurable presencia de Estados Unidos como potencia económica, política y militar dominante, imponiendo el  narcoestado  y la militarización, que van de la mano con la destrucción del medio ambiente. 

Los pueblos y comunidades, los movimientos indígenas, campesinos y obreros, y las organizaciones feministas se enfrentan a todo esto. Es necesario salir de las posiciones defensivas, imaginar nuevas formas de vivir y construir juntos, recuperar la iniciativa en nuestras vidas y no esperar nada del Estado. 

Sin duda, este texto nos interpela y nos llama al pensamiento crítico.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.