El 31 de marzo y sin aviso previo, los diez Estados miembros de la Unión de Europa Occidental (UEO) anunciaron la disolución de esa estructura. Los órganos administrativos que la componían dejarán de existir a finales de junio de 2011, a más tardar. La decisión se aceleró ante el anuncio, el 13 de marzo, de […]
El 31 de marzo y sin aviso previo, los diez Estados miembros de la Unión de Europa Occidental (UEO) anunciaron la disolución de esa estructura. Los órganos administrativos que la componían dejarán de existir a finales de junio de 2011, a más tardar. La decisión se aceleró ante el anuncio, el 13 de marzo, de la inminente anulación del Tratado de Bruselas (1948) por parte del Reino Unido.
Alemania, Bélgica, España, Francia, Grecia, Italia, Luxemburgo, Holanda, Portugal y el Reino Unido señalan que el Tratado de Lisboa incluye una cláusula que estipula la defensa mutua y decidieron considerar, por consiguiente, que la Unión Europea toma el lugar de la UEO, justificando así el desmantelamiento de esta última organización.
La realidad es que los órganos ejecutivos de la UEO estaban inactivos desde hace tiempo y sólo su Asamblea parlamentaria se mantenía en funcionamiento. Otra realidad es que, contrariamente a las múltiples recomendaciones emitidas en ese sentido, el Tratado de Lisboa no contempla la creación de ningún órgano de control interparlamentario sobre la Política Europea de Seguridad y Defensa (PESD) y ni siquiera transfiere al Parlamento Europeo los poderes de la Asamblea Parlamentaria de la UEO.
Como resultado de este verdadero acto de prestidigitación, Europa se encamina -sin que haya mediado ningún tipo de consulta con los electores de los Estados miembros- hacia un nuevo marco institucional que pondrá la política europea en materia de defensa y seguridad en manos de… la Asamblea Parlamentaria de la OTAN. Mientras tanto, sólo existirán los controles parlamentarios nacionales, lo cual resulta insuficiente y abre la puerta a todo tipo de abusos de poder.
En Bruselas, la Alta Representante Cathy Ashton dirige esencialmente el Colegio Europeo de Seguridad y Defensa, el Instituto Europeo de Estudios de Seguridad, el Centro Satelitario (EUSC) y la Agencia Europea de Defensa (EDA) así como el Servicio Europeo de Acción Exterior (un servicio de inteligencia actualmente en proceso de formación). Las tropas de la Unión están presentes en el Golfo de Adén, en Bosnia Herzegovina y Chad.
Durante la última conferencia sobre la seguridad celebrada en Munich, el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Guido Westerwelle, se había pronunciado por la constitución de un ejército europeo integrado. Este proyecto, ya rechazado por Francia en 1954, busca fortalecer la subordinación de la defensa europea a la OTAN, como se estipula en el artículo 42 del Tratado de Lisboa (que retoma palabra por palabra el texto del artículo I-41 del Proyecto de Tratado Constitucional Europeo rechazado por los electores franceses y holandeses).