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La Unión Europea y la crisis de los refugiados e inmigrantes

Fuentes: Rebelión

Podría parecer inoportuno este artículo, cuando estamos de riguroso luto, el corazón encogido y desasosiego en la razón, por la cadena de atentados sufrida por el pueblo de Francia, el pasado viernes noche en París. Por el contrario entiendo por rigor que es necesario. Creer que todos los musulmanes son terroristas es injusto, como imprudente […]

Podría parecer inoportuno este artículo, cuando estamos de riguroso luto, el corazón encogido y desasosiego en la razón, por la cadena de atentados sufrida por el pueblo de Francia, el pasado viernes noche en París. Por el contrario entiendo por rigor que es necesario. Creer que todos los musulmanes son terroristas es injusto, como imprudente pensar que ninguno lo es. En el equilibrio está la salud. Es justo decir que los refugiados e inmigrantes que sufren la calamidad del éxodo, nada tienen que ver con los sucesos terroristas. Mis lágrimas y recuerdo a los cientos de víctimas de París, por causa del desequilibrio religioso y la sin razón del autollamado Estado Islámico criminal.

Centrémonos en lo que se pretendía y estaba previsto. No hay voluntad política para resolver la crisis de los refugiados e inmigrantes, que ha alcanzado tal dimensión, solo comparable a la que originó la Segunda Guerra Mundial. Los representantes de los países miembros de la Unión Europea, no están dispuestos a que estas personas entren por sus fronteras, se queden ni transiten por su territorio. En un delirio de generosidad, el gobierno de España ha acogido a doce personas, doce, reubicados según el plan UE.

Según datos de Frontex (Agencia Europea para la Gestión de la Cooperación Operativa en las Fronteras Exteriores de los Estados miembros), un millón doscientas mil personas han accedido irregularmente a Europa en lo que va de año. Mientras los refugiados que huyen de las guerras, desangran su dignidad entre frontera y frontera, o simplemente se ahogan en las aguas mediterráneas, la UE pacta con África el desembolso de 78 millones de euros, de un total de 1.800, en un plan de acción para gestionar los flujos migratorios hacia Europa, que se pondrá en marcha en 2016. La generosidad europea no conoce límites, a la hora de dar soluciones rápidas a necesidades urgentes.

Los dirigentes políticos europeos quieren frenar la llegada de migrantes desde África y los gobernantes africanos reclaman vías legales, para controlar el tránsito hacia Europa a cambio de dinero y perspectivas de emigrar legalmente. La UE ofrece ser más generosa en la concesión de visados, al menos para tres colectivos muy concretos: estudiantes, investigadores y emprendedores, pero no es suficiente. La ayuda económica y las medidas sociales, tiene como contrapartida mejorara el control de fronteras en los países de origen y una mayor colaboración en la política de readmisión de los sin papeles devueltos. Que no vengan a Europa y si vienen que se vayan, es el objetivo.

Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, consideran que el papel de Turquía es esencial, en cuanto a principal puerta de entrada, por lo que habrá que entenderse con Erdogan y hacerle una propuesta, que no pueda rechazar: una financiación especial de 3.000 millones de euros. Todo deshumanizado para evitar acoger a las víctimas y políticamente salvar la cara del Acuerdo de Schengen, para el control de las fronteras exteriores. Tanto Suecia como Alemania ya han anunciado controles temporales en sus fronteras y Eslovenia ha reforzado su frontera con Croacia.

Son dos crisis en una. Refugiados e inmigrantes; distintas situaciones y procedencias, con un denominador común: tragedia humana. Las peticiones de asilo a septiembre alcanzan las 800.000, de las que la UE acogerá a 160.000 personas; de momento solo se ha reubicado a 130 (0,08% del total). La gran asignatura pendiente en la política europea, pasa por un replanteamiento urgente de las políticas migratorias, con el objetivo de resolver la situación creada por la avalancha de refugiados que intentan entrar en Europa, desde el origen del problema: cuáles son las causas, dónde se produce, qué medidas y políticas se han de adoptar, establecer mecanismos obligatorios permanentes de acogida y acabar con las guerras allí en donde se hallen.

Desde el comienzo de la guerra, según Amnistía Internacional, las personas que han abandonado Siria superan los cuatro millones y más de siete millones se han desplazado a otros lugares dentro del país. Más de la mitad de la población siria han tenido que abandonar sus hogares. Muchos más tendremos que contar, si tenemos en cuenta a los huidos de las guerras en Eritrea, Siria, Irak o Afganistán, que buscan asilo y refugio. Europa tiene que ofrecérselo y favorecer el fin de los conflictos armados.

La inmensa mayoría (el 95%) de las personas provenientes de Siria han huido a los países vecinos: Líbano, Jordania, Turquía, Irak y Egipto. El viaje en busca de un lugar seguro es difícil y peligroso. Quienes huyen se enfrentan a restricciones fronterizas cada vez más fuertes, al riesgo de ser expulsados del país y enviados de vuelta a Siria. Las mujeres y las niñas son especialmente vulnerables y están expuestas a sufrir graves abusos: la estigmatización y los matrimonios a temprana edad, acoso y violencia sexual, especialmente en los campos de refugiados. Por otra parte, decenas de miles de niños y niñas malviven sin acceso a la educación ni a una atención sanitaria básica.

La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) califica el proceso de reubicación de refugiados, desesperadamente lento. De seguir al ritmo actual, se necesitarían 154 años para reubicar a los 160.000 refugiados, que la UE ha acordado acoger y ubicar. A finales de julio, los gobiernos nacionales acordaron acoger y reubicar a 40.000 personas y como el flujo migratorio aumentó durante el verano, el Consejo Europeo acordó acoger a otras 120.000, hasta septiembre de 2016. No parece que la «manifiesta necesidad de protección internacional», tenga carácter de urgencia para Europa. Finlandia (48 personas), Suecia (38), Luxemburgo (30), Francia (19), y España (12) han acogido a los primeros refugiados. Cifras que reflejan el grado de generosidad, en relación con la dimensión del problema humanitario.

La solución a la crisis de los refugiados está enquistada. Mientras las reuniones se suceden, los refugiados continúan llegando a las costas griegas e italianas. Este goteo continuo ha puesto en jaque los recursos de acogida de ambos países. Frontex y la Oficina Europea de Apoyo al Asilo (EASO) coordinan las llegadas de refugiados en las islas italiana de Lampedusa y Lesbos en Grecia. La UE también encuentra problemas para atender a los refugiados en tierra firme. Croacia, Serbia y Eslovenia solicitaron la ayuda para atender a las miles de personas que se han asentado en su territorio. A esta llamada han acudido 10 de los 28 países. España, si ha oído, no ha contestado.

ACNUR se encuentra limitado por la falta de compromisos de financiación. Los países más prósperos del mundo, están fallando a los refugiados. La UE no debe abandonar a su suerte a las personas que buscan refugio y asilo. AI, considera que los compromisos de reasentamiento y admisión humanitaria han de incrementarse y reforzar la capacidad de búsqueda y salvamento en el Mediterráneo para localizar barcos en peligro y auxiliar a las personas naufragas.

A estas alturas de la crisis, un programa de reubicación, por sí mismo, no es suficiente para estabilizar la situación. ACNUR ha propuesto una serie de medidas para resolver de manera colectiva una situación ya insostenible. Es necesaria la creación inmediata de instalaciones en Grecia, con capacidad para recibir, dar asistencia, registrar e identificar a quienes lleguen por mar. Es preciso iniciar de inmediato el proceso de reubicación desde Grecia e Italia. Hay que establecer mecanismos para el retorno, en condiciones dignas, de quienes no necesiten protección internacional y que no puedan beneficiarse de otras vías legales para regularizar su estancia. Hay que adoptar con urgencia medidas para estabilizar la situación en las zonas colindantes con Europa.

Cruz Roja Española urge a una rápida respuesta a tan dramática situación, que pone en riesgo a miles de vidas humanas, en unas condiciones que exigen intervenciones de emergencia, alertando de que la proximidad del invierno supondrá un terrible escenario humanitario. Amnistía Internacional pide que al final de 2016 hayan sido reasentados al menos el 10 por ciento de los refugiados más vulnerables de Siria.

La comunidad internacional no está dando una respuesta generosa y necesaria a esta crisis humanitaria. Las escasas ofertas de reasentamiento son insuficientes. De otra parte es importante que se garantice que las personas rescatadas reciban un trato digno y tengan acceso a los procedimientos de asilo, así como que se garantice el fin de las operaciones ilegales de devolución informal.

Además de potenciar el desarrollo en África, con ayudas económicas y sociales, hay que acabar con la guerra en Siria, Libia y con los extremismos en Eritrea y Afganistán; y establecer medidas para evitar el tráfico de seres humanos y que las mafias actúen sin limitaciones. Hay que establecer un procedimiento de asilo estándar, proporcionar una alternativa segura, rápida y realista para alcanzar Europa de forma legal. Por su parte, los países del Golfo deben implicarse y aceptar refugiados, como hace Europa. Sólo una respuesta de emergencia unificada permitirá hacer frente a la actual crisis humanitaria.

Sigo sintiendo horror, por los atentados de País, que flaco favor han hecho a la causa de los refugiados e inmigrantes. Por cierto alguna fuente oficial, tendrá que contarnos cuáles son los países que ayudaron a organizarse y armaron al ISIS o al EI.

@caval100

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.