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Italia

La vuelta del Caimán

Fuentes: Marcha

Il Cavaliere nunca se fue. Tras las bambalinas seguía de cerca los movimientos de propios y ajenos esperando que se disipara el ruido generado por sus lujuriosas fiestas y escandaluchos eróticos. A los 76 años, y con más de la mitad pasados tejiendo redes de poder, sabe muy bien como pergeñar un retorno con suspenso […]

Il Cavaliere nunca se fue. Tras las bambalinas seguía de cerca los movimientos de propios y ajenos esperando que se disipara el ruido generado por sus lujuriosas fiestas y escandaluchos eróticos. A los 76 años, y con más de la mitad pasados tejiendo redes de poder, sabe muy bien como pergeñar un retorno con suspenso y poner en jaque al hombre que lo sustituyó tras su ruidosa caída. Es sin duda una vuelta con cierto estilo, por más que no logre retornar a los sillones más encumbrados del poder italiano.

Berlusconi vuelve a hacer hablar de sí. Obliga a los italianos a hacerlo. «Berlusconi Vuelve», es el título a toda página del periódico Il Giornale, propiedad de la familia del caimán, como lo ha apodado el cine italiano en el crepúsculo de su poderío. El jueves, sus fieles seguidores del Pueblo de la Libertad (PDL) dieron la nota en un senado que había sido de lo más tranquilo en los últimos meses. Tanto el centro derecha, comandado por el PDL, como el centro izquierda del Partido Democrático, habían cerrado filas detrás del tecnócrata Mario Monti en pos de resguardar los intereses del Estado en riesgo ante la crisis económica más grande después del final de la Segunda Guerra Mundial. El ejecutivo contaba con el apoyo de los dos principales movimientos políticos italianos, y solo pocas y pequeñas voces fuera del coro se oponían la izquierda, los reformistas del Movimiento 5 Estrellas -liderados por el cómico Beppe Grillo-, y los conservadores secesionistas de la Liga del Norte. Pero las estrategias del viejo caudillo de los empresarios comenzaron a girar una vez más. Y no es que Berlusconi se destaque por sus habilidades de estratega. Sino que como viejo magnate del espectáculo, sabe perfectamente cuando ha llegado el climax necesario para dar la estocada justa y dejar el público -que, para él, poco se diferencia como concepto del de electores- boquiabierto.

Ayer, el PDL retiró su apoyo a Monti. Lejos de ser un golpe de escena teatral, la jugada parece más la introducción para un nuevo conato berlusconiano de cara a las elecciones previstas para el próximo abril. La escusa, muy simple. El ministro de industria de Monti, Corrado Passera, declaró en los últimos días que una vuelta a la escena política de Il Cavaliere sería un golpe a la imagen internacional de Italia. Y como forma de protesta, los senadores del PDL se retiraron hoy de la sesión que debía resolver la moción de confianza del poder legislativo hacia el ejecutivo. ¿Qué mejor para la vuelta del genio de la tv chatarra, que una polémica barata servida en bandeja?

Las declaraciones de Passera surgen tras la dolida constatación por parte de Berlusconi de que «Italia está hoy al borde del precipicio», reproducida por varios medios conservadores italianos. «No puedo permitir que mi país caiga en una espiral de recesión sin fin», aseguró el magnate de los medios retomando el libreto de salvador con el cual «entró a la cancha» en 1993. Bien podría haber lanzado una propaganda donde aparezca caminando en un bosque, con aires angelicales, diciendo que «algunos están enojados conmigo», y la sensación sería la misma.

Sin embargo eligió un terreno incómodo para relanzarse a la vida pública. La acción del PDL tiene consecuencias concretas en la política italiana. Pier Luigi Bersani, recientemente coronado candidato a presidente por el PD, tomó la ocasión para hacer notar que, de retirarse el centro derecha, Monti podría no contar con el apoyo parlamentario necesario para continuar su artificial mandato, y de esa manera, el presidente de la república Giorgio Napolitano, debería llamar a elecciones anticipadas. Una jugada bastante obvia. Según las encuestas, Bersani cuenta con más del 30% de intención de voto para los próximos comicios, mientras que el PDL, que todavía no tiene candidato, no supera el 15 en casi ningún caso. Pero, justamente ahí está el punto. El presidente del PDL, Angelino Alfano, ya aseguró que en caso de que Berlusconi acepte candidatearse nuevamente para el lugar de primer ministro, las primarias del partido perderían todo tipo de sentido. Ante esta noticia, la bolsa de Milán sufrió un desplome, cerrando aún más abajo que las de otros países europeos, también a la baja.

Con un gobierno extremadamente debilitado y cuestionado, y una centro izquierda que después de décadas parece haber encontrado un rumbo muy frágil pero propio, ya no importaría una derrota electoral para el viejo caimán. Para el paladín de la libertad, el show nunca acaba.

http://www.marcha.org.ar/1/index.php/elmundo/106-europa/2630-la-vuelta-del-caiman

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