El conflicto entre los gobernantes panameños, al servicio de los grupos monopólicos mineros de Canadá, Corea del Sur y EEUU, con el pueblo ngobe en la comarca al oeste de Panamá, llegó a un nuevo nivel. El Movimiento 10 de Abril intentó cerrar la carretera central – que une a Panamá con Centro América – […]
El conflicto entre los gobernantes panameños, al servicio de los grupos monopólicos mineros de Canadá, Corea del Sur y EEUU, con el pueblo ngobe en la comarca al oeste de Panamá, llegó a un nuevo nivel. El Movimiento 10 de Abril intentó cerrar la carretera central – que une a Panamá con Centro América – en protesta por la falta de respeto gubernamental a los acuerdos de San Lorenzo pactados a principios de 2012. En aquella ocasión el gobierno se comprometió a realizar un estudio de impacto ambiental de la hidroeléctrica de Barro Blanco.
El gobierno no cumplió con su compromiso y la construcción de la represa continúa poniendo en peligro la sobrevivencia de muchas comunidades en la Comarca Ngobe-Buglé. La protesta fue organizada por sólo un sector de la comunidad lo que le permitió a las fuerzas represivas del gobierno dispersar a los activistas.
Mientras el pueblo ngobe protestaba, en los círculos gobernantes se procedía a negociar con otras empresas interesadas en despojar a Panamá de sus riquezas minerales. La empresa canadiense Inmet, que es dueña de la concesión para explotar los yacimientos de cobre en Petaquilla, está siendo desplazada por otra corporación que también tiene su sede en Canadá. Se trata de First Quantam, empresa de origen sudafricano y que tuvo intereses en Zimbabwe. Según un periódico local, First Quantam estuvo involucrada en una masacre en la zona minera del Congo (República Democrática). Igualmente, manipularon la contabilidad de sus inversiones en Malawi (otro país africano) para robarle a ese país parte importante de sus ingresos.
En la actualidad, pretenden llegar a un acuerdo con los accionistas de Inmet convenciéndolos que en Panamá pueden reducir costos y aumentar sus ganancias. Los costos se reducen mediante políticas de destrucción de los bosques naturales (minería a cielo abierto), reduciendo los salarios de los trabajadores, eliminando las inversiones en la comunidades y acabando con el pago de impuestos.
First Quantum le está ofreciendo a los accionistas de Inmet un total aproximado de 4.97 mil millones de dólares por la concesión que tiene en Panamá. El principal accionista (16 por ciento) de Inmet, Leucadia National, quiere aceptar la oferta. En cambio, en este momento, la junta directiva de Inmet ha rechazado la oferta inicial de los posibles compradores. La pregunta aquí sería ¿porqué los accionistas aceptarían el liderazgo de First Quantum y abandonarían a Inmet? La respuesta parece ser sencilla: First Quantam le ofrece a los accionistas mayores ganancias. Ganancias que sólo serían posibles a costilla de Panamá, los trabajadores y el medio ambiente.
El gobierno canadiense tiene que aprobar la transacción, en función de los intereses de ese país como señala su legislación. El gobierno panameño también tendría que hacer lo mismo. En el caso de Canadá, en la actualidad tiene un gobierno conservador que abanica proyectos depredadores. Sin embargo, hay unas elecciones en el horizonte y el gobierno tiene que cuidarse de no aparentar estar realizando negociados que perjudican los intereses nacionales.
En el caso de Panamá también tenemos un gobierno «conservador» que promueve negocios de todo tipo y tamaño. En el caso de la explotación del cobre, tiene puesto sus ojos en la mina de Cerro Colorado (para lo cual sus miembros más conspicuos son socios de la hidroeléctrica Barro Colorado y otras 40 iniciativas similares en Chiriquí) y no se le escapa Petaquilla (en el distrito de Donoso, provincia de Colón) cuya concesión es de la canadiense Inmet. Cada uno de los cuatro jugadores que especulan con la riqueza nacional panameña – gobierno canadiense, Inmet, First Quantum y el gobierno panameño – representa fuerzas contradictorias que no tienen claridad en cuanto al futuro. El único que podría poner orden es el gobierno panameño, señalando reglas de juego que tuvieran por encima de todo los intereses del país. Desafortunadamente, este no es el caso.
Según otra fuente «el caso de Financial Pacific, en el que se ha vinculado al presidente Ricardo Martinelli en el uso de información privilegiada para manipular el mercado accionario en la minería, está relacionado con los proyectos hidroeléctricos». En su momento, se especulaba que la minera Inmet estaba negociando con el gobierno coreano para realizar una inversión conjunta en Panamá con el aval de los miembros del gobierno.
«Esto involucraba los proyectos de oro y de cobre (en Petaquilla)». Muchos han dicho que el presidente Martinelli y su grupo eran concientes de esto, por lo que la posible manipulación de las acciones de Inmet también toca al caso Financial Pacific.
Los manejos oscuros de la minería no se limitan a Martinelli. «Recordemos, dice la otra fuente, al ministro de la Presidencia de Martín Torrijos, Ubaldino Real, quien dijo que había comprado una concesión hidroeléctrica en 50,000 dólares y después valía 5 millones. En 2005, un grupo de personas vinculadas al gobierno de aquel entonces registraron 12 empresas para desarrollar proyectos hidroeléctricos.
Todo indica que si no se cambian radicalmente las reglas de juego en Panamá, la empresa minera mercenaria First Quantum hará fiesta con aquellos sectores corruptos dispuestos a vender el país al mejor postor.
Marco A. Gandásegui, hijo, profesor de Sociología de la Universidad de Panamá e investigador asociado del Centro de Estudios Latinoamericanos Justo Arosemena (CELA) http://marcoagandasegui11.blogspot.com
Fuente: http://alainet.org/active/62425