El 30 de enero de 1972, la localidad irlandesa de Derry fue escenario de la masacre de civiles conocida como «Bloody Sunday». Soldados del Ejército británico reprimieron con disparos una manifestación a favor de los derechos civiles dejando un balance de 14 muer- tos y más de una treintena de heridos. A pesar de los años transcurridos, los familiares de las víctimas siguen esperando a que se haga justicia y a que se depuren responsabilidades.
Derry acogerá hoy, como todos los años desde 1972, la marcha en recuerdo de los sucesos conocidos como «Bloody Sunday» -Domingo Sangriento-. La edición de este año estará marcada por el retraso hasta el próximo otoño del informe de conclusiones de la segunda investigación de los hechos que anunció en 1998 el entonces primer ministro británico, Tony Blair.
La anterior investigación del caso data de 1972 y se realizó en apenas un año. El Ministro de Justicia británico, Lord Widgery, exoneró a los soldados de las muertes al entender que actuaron en defensa propia ya que alegaron que todas las víctimas eran miembros del IRA que iban armados, aunque nunca se demostró que portaran armas o explosivos.
En un hecho sin precedentes, el Gobierno británico reconocía, al ordenar una segunda investigación, que la primera albergaba muchas dudas. El juez Lord Saville inició en 1998 una investigación que se ha prolongado durante años, recopilando información y tomando declaración a cientos de testigos. El coste del proceso habría superado los 300 millones de euros y debería de haber sido presentado antes de que finalizara 2008. Sin embargo, el juez informó en noviembre del aplazamiento de la resolución hasta el próximo otoño.
Los familiares de las víctimas acogieron con enfado el anuncio. John Kelly ha ejercido de portavoz de la asociación de familiares Bloody Sunday Trust desde su fundación y señala que aunque entiende que Lord Saville «necesite tiempo para hacer bien su trabajo», reclama que lo haga «cuanto antes».
Recuerda que a día de hoy tan sólo queda vivo uno de los padres de las personas que murieron y que siete de los heridos han fallecido, por lo que denuncia que «el tiempo pasa, todos nos vamos haciendo más viejos y cada vez queda menos gente viva para escuchar la sentencia».
Kelly ha dedicado prácticamente toda su vida a reclamar justicia para las víctimas del «Bloody Sunday». Su hermano, Michael, fue una de las personas que murió a consecuencia de los disparos efectuados por miembros del cuerpo de paracaidistas del Ejército británico.
Han pasado casi cuatro décadas desde entonces, pero tiene grabada en la memoria aquella jornada que ha marcado toda su vida. Tenía 23 años cuando se produjeron los hechos y recuerda con rabia las «terribles mentiras» que se contaron sobre los incidentes. La versión oficial británica difundió que los soldados se vieron obligados a disparar al enfrentarse con miembros del IRA. Kelly discrepa y denuncia que «ninguno» de los muertos era miembro de la organización armada irlandesa. «Todos eran civiles», exclama. Además, dice que «muchos fueron tiroteados por la espalda cuando intentaban escapar. Nunca encontraron armas ni evidencias de haber utilizado bombas o cócteles molotov. El mundo sabía que nuestra gente era totalmente inocente».
«Ésa es la verdad», insiste. «Mi hermano fue el mas joven de los que murió. Tenía 17 años, pero otros seis de los muertos tenían su misma edad. El mayor tenía 59 años. Y hasta una madre con catorce hijos fue tiroteada y gravemente herida ese mismo día», indica.
En su opinión, aquel día enviaron al regimiento de paracaidistas a Derry «para matar a gente inocente, destruir el movimiento por los derechos civiles y sacar a la gente de las calles». «Fueron unas muertes predeterminadas, a los soldados se les mandó actuar de esa manera», asegura.
En aquel entonces, la zona por donde transcurrió la movilización era conocida como Free Derry -Derry Libre-. Desde 1969, las barricadas levantadas por los vecinos de los barrios nacionalistas irlandeses del oeste de la ciudad en las entradas no permitían el paso a la Policía ni al Ejército británico.
Campaña para reabrir el caso
Hasta 1992 las familias de las víctimas tan sólo se reunían una vez al año con motivo del aniversario de aquellos trágicos acontecimientos. Las diferencias políticas entre los partidarios de Sinn Féin y el SDLP hacían imposible un funcionamiento colectivo. Pero a partir de esa fecha consiguieron aglutinar a todas las familias, partidos políticos y movimientos sociales y dieron comienzo a una campaña para reclamar justicia. Recibieron apoyo económico desde EEUU y la presencia del obispo resultó también clave para conseguir su propósito.
El punto álgido llegó coincidiendo con el 25 aniversario, al reunirse más de 40.000 personas en las calles de Derry. Ese mismo año fundaron la asociación Bloody Sunday Trust para ayudar a los familiares y doce meses más tarde, Blair anunciaba la nueva investigación.
John Kelly reconoce que la noticia le produjo una enorme satisfacción y espera que por fin se puedan depurar responsabilidades. «Espero, y creo que lo conseguiremos, que el informe reconozca que todos los muertos eran inocentes. Eso es lo primero. Asimismo, debería reconocer que resultaron muertos por disparos de los paracaidistas y que, por ello, los soldados sean puesto delante de un tribunal. Igual no ocurre, pero es lo que me gustaría», sostiene.
El alto coste de la nueva investigación ha sido muy criticada por parte de políticos unionistas y británicos, aunque Kelly indica que a los familiares «no nos importa el coste. La vida de mi hermano no tiene precio, no puedes ponerle un precio a la verdad y a la justicia».
En este sentido, el aniversario de este año coincide también con el informe de recomendaciones sobre las víctimas del conflicto en el norte de Irlanda hecho público esta misma semana. La polémica ha estallado porque los familiares de los casi 4.000 muertos contabilizados percibirán la misma indemnización de 13.000 euros hayan sido miembros del IRA, de organizaciones lealistas, policías, militares o civiles.
El portavoz de Bloody Sunday Trust considera un insulto que ofrezcan un dinero que cataloga como «manchado de sangre» y critica que así se pretende comprar su silencio. A su juicio, lo más preocupante es que lo que se intenta con estas recomendaciones es dejar de investigar los casos que quedan pendientes de aclarar.
Lección de igualdad y respeto
Kelly trabaja en la actualidad en el museo de Free Derry, situado a la entrada del Bogside. Inaugurado hace apenas dos años ha recibido más de 30.000 visitantes durante ese tiempo. «Aquí se aprende nuestra historia. Es un museo del pueblo para el pueblo y con las historias del pueblo. Invito a que la gente acuda, mire y pueda aprender», explica. En el museo están presentes los acontecimientos ocurridos en Derry durante los últimos 30 años y, según asegura, entre las personas que los han visitado se encuentran también antiguos miembros del RUC y ex soldados británicos.
John Kelly entiende que el museo debe desempeñar una labor de formación y educación para aprender de lo ocurrido y que no se vuelva a repetir. Al respecto, destaca también la situación en el Ayuntamiento de Derry, donde todas las formaciones se relevan cada año en las tareas de gobierno. A pesar de que SDLP -el actual alcalde pertenece a esta formación- y Sinn Féin podrían gobernar la ciudad con una mayoría absoluta, respetan a la minoría unionista. «Aunque los unionistas nos han tratado mal en el pasado, los católicos estamos preparados para compartir la ciudad y edificar los Seis Condados desde la igualdad», declara.
Por lo que respecta a la marcha de este domingo, espera que se puedan reunir miles de personas en Derry y revela que este año se denunciará la masacre israelí contra la población de la franja de Gaza. Para ello, está previsto que sean portadas un millar de banderas palestinas en recuerdo de los muertos durante los últimos ataques del Ejército sionista.
Jackie Duddy (17 años), Patrick Joseph Doherty (31), Bernard McGuigan (41), Hugh Gilmore (17), Kevin McElhinney (17), Michael G. Kelly (17), John Pius Young (17), William Noel Nash (19), Michael M. McDaid (20), James Joseph Wray (22), Gerald Donaghy (17), Gerald (James), McKinney (34), William A. McKinney (27), John Johnson (59).
La investigación de lo ocurrido el día de «Bloody Sunday» ha acaparado la atención de los medios y ha sido denunciado en canciones como la realizada por la banda irlandesa de pop U2. Sin embargo, sólo en Derry tienen contabilizadas otras 70 muertes de civiles a manos de policías y militares que no han sido investigadas durante los últimos 40 años. El centro Pat Finucane se encarga de prestar ayuda a las familias y de buscar información para esclarecer los hechos. La asociación adoptó el nombre del abogado republicano que murió en 1989 tras sufrir en su casa un atentado realizado por miembros de organizaciones lealistas.