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EE.UU agrupa tropas muy cerca de las áreas tribales

¿Le toca ahora a Pakistán?

Fuentes: Peace Reporter

Traducido por Gorka Larrabeiti

Cientos de civiles pakistaníes están huyendo de sus pueblos en el norte de Waziristán por miedo a un ataque inminente y masivo de la OTAN, que lleva días concentrando tropas y medios de combate cerca de la frontera.

Algo se está cociendo. Desde el lunes por la noche, helicópteros de transporte Chinook empezaron a descargar grupos de soldados, tanques, vehículos blindados y piezas de artillería a lo largo de la frontera entre la provincia afgana de Jost y la localidad pakistaní de Lowara Mandi. Protegidos desde el aire por helicópteros de guerra que sobrevuelan sin cesar la zona, los militares -todos estadounidenses- están fortificando posiciones y excavando trincheras. Las fuerzas armadas pakistaníes están en estado de alerta máxima y los jefes tribales pashtun -no los talibanes- avisan de que se producirá una resistencia popular masiva en caso de ataque. Uno de ellos, Hayy Mohammad Afzal, durante una rueda de prensa de jefes tribales celebrada ayer en la ciudad de Miranshah, dijo: «Como pongan los pies en nuestro territorio, tres millones de miembros de las tribus se rebelarán contra ellos».

Represalias sin fin. Estaba claro que a Washington se le estaba a punto de agotar la paciencia ante la falta de acción por parte de Pakistán contra los talibanes. El sábado pasado el Jefe del Estado Mayor de las fuerzas armadas de EE.UU, almirante Michael Mullen, se presentó por sorpresa en Islamabad amenazando con «acciones unilaterales» si el gobierno pakistaní no se comprometía a combatir contra los baluartes talibanes en las áreas tribales. Pero la situación se precipitó después de que el domingo por la mañana nueve soldados estadounidenses murieran en la frontera de la provincia afgana de Kunar al ser asaltado el destacamento de EE.UU en Wanat por doscientos guerrilleros. Los soldados estadounidenses se vieron obligados a huir y los guerrilleros conquistaron sus posiciones. Un ataque con el que los talibanes querían vengar la matanza del 4 de julio, cuando en la aldea cercana de Katgal bombas de EE.UU cayeron en una fiesta de matrimonio: 47 civiles resultaron muertos, la esposa entre ellos.

Fuente: http://www.peacereporter.net/dettaglio_articolo.php?idc=&idart=11642