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Leonel, Cisneros y Bill Gates

Fuentes: Rebelión

Leonel Fernández, presidente de la República Dominicana, se vio hace algunas semanas con Gustavo Cisneros, magnate venezolano con pinta transnacional. Amigo de Carlos Andrés Pérez. Protector de la oposición ultra reaccionaria a Chávez. Gustavo le presentó a Bill Gates y se reunieron en la villa del primero en Casa de Campo, La Romana. ¿Algo tendrá […]

Leonel Fernández, presidente de la República Dominicana, se vio hace algunas semanas con Gustavo Cisneros, magnate venezolano con pinta transnacional. Amigo de Carlos Andrés Pérez. Protector de la oposición ultra reaccionaria a Chávez.

Gustavo le presentó a Bill Gates y se reunieron en la villa del primero en Casa de Campo, La Romana.

¿Algo tendrá esto que ver con el escándalo alrededor del Portal Electrónico del Gobierno?

¿En algo se relacionará con el conflicto entre las ventajas de Petrocaribe y la resistencia de los magnates privados del negocio de los combustibles, expresada a través del Presidente de la Refinería Dominicana, Arístides Fernández Succo, y los ejecutivos de la Shell (co-dueño junto al Estado dominicano de esa empresa de refinería de crudo)?

El proyecto de «Portal Electrónico» fue inicialmente canalizado bajo el paraguas del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), a un estimado de dos millones de dólares, para ser financiado con recursos externos.

Leonel Fernández sorpresivamente objetó el financiamiento externo para esos fines y propuso hacerlo con «recursos nacionales».

Con esos fines encargó al Director de la Oficina de Información Electrónica del Poder Ejecutivo, Lic. Domingo Tavárez (quien a su vez tiene funciones parecidas en la Fundación Global que preside el propio Leonel Fernández), de organizar la licitación del referido proyecto.

Coincidencialmente esa licitación, organizada al margen y en sentido contrario a los parámetros de BID, fue asignada a la empresa Microsoft, propiedad de Bill Gates.

El costo del proyecto en esta nueva ocasión fue estimado en 13 millones de dólares, es decir, once millones por encima de lo estimado originalmente.

La diferencia conmovió algunas áreas del gobierno y provocó la renuncia de Gustavo Montalvo, prestigioso técnico y dirigente histórico del partido de gobierno. Y por esa vía, el escándalo interno trascendió a la sociedad.

Hasta el momento Domingo Tavárez no ha podido explicar el porque de la diferencia de 11 millones en el costo del mismo proyecto.

Hasta ahora Leonel Fernández ha guardado silencio respecto a un escándalo que lo toca directamente.

Para Bill Gates la sobrevaluación de ese contratito es menos que un grano de arena en el desierto. Pero siempre habrá que tener presente que granito a granito es que se le llena a la gallina el buche. Además de entender que la apertura de un «portal» puede servir para lograr toda la expansión posible dentro del mundo cibernético de Domingo y de Leonel.

La música que toca Cisneros es muy diferente a la de Chávez; y ya antes, ciertas ventajas del acuerdo de Caracas, fueron desviadas hacia los amigos de Cisneros y la oposición venezolana. Eso aconteció durante la pasada Administración de Hipólito Mejia.

¿Qué hay detrás del choque entre Arístides Fernández Succo y el Embajador de Venezuela, Belisario Landis?

Pienso que esas son las dos puntas de dos «iceberg»: las implicaciones de Petrocaribe en cuanto a autodeterminación caribeña y los nefastos designios del imperio, sus empresas y sus socios políticos aquí y en Venezuela.

Leonel se mueve entre dos lealtades: necesita a Petrocaribe y quiere complacer a Cisneros y a Bill Gate. Al magnate venezolano ya lo ha beneficiado con un jugoso contrato vial. Con Bill Gate ha iniciado sus nuevos amores.

Dos lealtades totalmente contradictorias, que él quisiera mezclar, contaminando Petrocaribe con los viejos negocios espurios en el suministro de combustibles. Ese es el papel de Fernández Succo, designado por él y aparentemente enfrentado a otros funcionarios de su gobierno.

Él, como en el caso de Microsoft, guarda silencio. Se ubica por encima del mal y el bien, con Dios y con el Diablo, o como la «gatita de Maria Ramos: tirando la piedra y escondiendo la mano«.

El problema es que ambas pedradas rompieron los cristales que no eran.

Domingo Tavárez no está a la altura de los negocios de Bill Gates. Y el amor por un Gustavo generó el desamor de otro Gustavo de signo contrario. Gustavo Olivo, el tercero, se ha encargado de divulgarlo a través de clavedigital.com

Y es que es imposible querer bailar a la vez con Bush y con Chávez; y se equivoca de medio a medio. Leonel, cuando ha pretendido calificar las diferencias entre ambos como simple «diferencias retóricas».

En el caso el verbo envuelve dos proyecto diametralmente diferentes para nuestra América.

Y por demás, una cosa piensa Domingo Tavárez y otra piensa Montalvo sobre el rol de los funcionarios del gobierno. El primero se sirve, el segundo trata de servir.