Delegados/as de 18 países del continente se reunirán en Venezuela para considerar formas de resistencia frente al aumento de la injerencia militar de Estados Unidos en la región, y también estrategias para cerrar la tristemente célebre Escuela de las Américas donde Estados Unidos continúa entrenando militares latinoamericanos. Entre los/las delegados/as hay educadores/as, abogados/as, religiosos/as y […]
Delegados/as de 18 países del continente se reunirán en Venezuela para considerar formas de resistencia frente al aumento de la injerencia militar de Estados Unidos en la región, y también estrategias para cerrar la tristemente célebre Escuela de las Américas donde Estados Unidos continúa entrenando militares latinoamericanos. Entre los/las delegados/as hay educadores/as, abogados/as, religiosos/as y activistas de derechos humanos.
En la localidad de Sanare, Venezuela, se reunirán, entre el 21 y el 25 de junio, líderes de movimientos sociales de América Latina, Estados Unidos y Canadá para discutir las implicancias que tiene la continua intervención militar del gobierno estadounidense en la región.
Dentro de los temas que trataran está el uso de siete bases militares en Colombia por parte de militares de los Estados Unidos. En marzo pasado más de 30 organizaciones sociales de Colombia, entre ellas el Colectivo de Abogados «José Alvear Restrepo», presentaron una solicitud ante la Corte Constitucional para que declare inexequible el acuerdo complementario para la cooperación y la asistencia técnica en defensa y seguridad entre los gobiernos de la República de Colombia y el de los Estados Unidos ya que «es contrario a los principios de separación de poderes y la soberanía».
En el mismo sentido, causa preocupación las once bases navales que se piensan instalar en Panamá y que fueron confirmadas por el ministro panameño de Gobierno y Justicia, José Raúl Mulino, en el diario local «La Prensa». De acuerdo al profesor de relaciones internacionales, Julio Yao, quien participará en el encuentro en Venezuela, «Estados Unidos puede solicitar su uso apelando al Tratado Salas-Becker».
Otro punto que estará en la agenda de los/las participantes es la implicancia para las democracias latinoamericanas del golpe de Estado del 28 de junio del 2009 en Honduras. Recordemos que uno de los cabecillas del golpe, el general Romeo Vásquez, es un graduado de la Escuela de las Américas. Además, para expulsar al Presidente Manuel Zelaya del país, se utilizó la base militar de Palmerola, donde hay personal militar estadounidense. Esto último, incluso, fue confirmado por el portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley.
Entre los/las líderes del Sur que participan figuran Bertha Oliva, Coordinadora del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos de Honduras; Alicia Lira, presidenta de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos de Chile; el Presidente del Servicio Paz y Justicia de Panamá, profesor en relaciones internacionales, Julio Yao; y la Argentina, Rina Bertaccinni, presidenta del Movimiento por la Paz, la Soberanía y la Solidaridad entre los Pueblos (Mopassol).
De Estados Unidos participarán, entre otros/as, John Lindsay-Poland, director del Programa Latinoamericano Confraternidad de Reconciliación (Fellowship of Reconciliation, FOR); Dale Sorensen, directora del Equipo Ecuménico de las Américas de Marin; la activista Mara Bard, exiliada Argentina, parte de SOAW desde los años 90: y Laura Slattery una ex militar que hoy da entrenamiento en no violencia activa a los/las activistas que participan de las manifestaciones contra la Escuela de las Américas en Fort Benning en los Estados Unidos.
El Encuentro fue convocado por el Observatorio de la Escuela de las Américas (SOAW por sus siglas en inglés), la organización que trabaja desde 1990 para cerrar la Escuela de las Américas.
El evento estará presidido por su fundador, el sacerdote Roy Bourgeois, quien ha señalado que «tenemos mucha esperanza en este encuentro y en poder conectarnos unos con otros para trabajar juntos por la paz, por el cierre de las bases militares y de la Escuela de las Américas que nada bien hacen a nuestros pueblos», agregando que «los pueblos de América Latina no necesitan bases militares, ni golpes de Estado, ni graduados en la Escuela de las Américas. Los pobres necesitan hospitales, alimentos, medicina y es eso lo que debiera entregar Estados Unidos a sus países hermanos».