«Somos como ceibas puras de amarga corteza Ningún imperio nos hará perecer»Rosa Escobar La debacle de la respuesta al Huracán María, del imperio y sus alzacolas coloniales en la nación borincana, nos enseña lecciones fundamentales sobre la naturaleza y carácter de nuestra gente. Se derrumban los mitos de la incapacidad del boricua, de su capacidad […]
Ningún imperio nos hará perecer»
Rosa Escobar
La debacle de la respuesta al Huracán María, del imperio y sus alzacolas coloniales en la nación borincana, nos enseña lecciones fundamentales sobre la naturaleza y carácter de nuestra gente. Se derrumban los mitos de la incapacidad del boricua, de su capacidad organizativa y su sentido de comunidad y nación. A más de un mes del fenómeno atmosférico por nuestra archipiélago-nación; los avances, los progresos que hemos alcanzado han sido logrados por el tesón, la perseverancia, la lucha, la energía indomable y creativa de las comunidades boricuas, con el apoyo solidario de las comunidades boricuas exiliadas a consecuencia de la colonia. Aquí, el imperio y sus lacayos, se han graduado de mediocridad, impunidad, corrupción, ineptitud y enajenación. A pesar de ellos y ellas, el pueblo, la gente ha sabido erguirse con valentía, entereza y esfuerzo y han logrado con estoico empeño crear instancias colectivas para proveer y auto-proveerse lo necesario para sobrevivir el día después del huracán. El Huracán María nos ha enseñado valiosas lecciones que si son asimiladas pueden y deben ser parte de la zapata para construir una nación libre, soberana, justa y solidaria.
Primera lección: El paso del huracán María ha desnudado la realidad de una colonia erigida sobre una profunda desigualdad económica-social que corresponde claramente con la ideología y creencias capitalistas-neoliberales que han agravado y extendido esas desigualdades económicas haciendo notables e innegables la pobreza que afecta la gran mayoría de nuestra pueblo, que es resultado directo de la explotación económica a la que hemos sido sujetos por más de 100 años de coloniaje estadounidense nuestra nación.
Segunda Lección: Ni la administración colonial que está subordinada y supeditada a las instituciones militares-políticas del gobierno federal no tienen como prioridad la salud y bienestar del pueblo Boricua. Sus intereses de lucro y sus ideologías imperialistas son su norte. Ejemplo de esto es el rechazar las brigadas de médicos y hospitales y profesionales de salud que ofreció en solidaridad caribeña el hermano pueblo cubano; el rechazo de 100, 000 cajas de comida y de barcos con diesel que ofreció la Hermana República Bolivariana de Venezuela, honrando la visión continental Bolivariana; el rechazo por parte de la gerencia de la AEE y el Cuerpo de Ingenieros, de las brigadas solidarias gestionadas por la UTIER, de Cuba, Canadá, México y República Dominicana, para dar contratos a compañías privadas que cobran 7 veces más lo que se le pagan a los trabajadores de la AEE.
Tercera Lección: La comunidad en general y la juventud en específico se ha levantado y auto-convocado para crear espacios colectivos comunitarios para limpiar, abrir paso, proveer asistencia, rescate y ayuda a quienes más lo necesitan en sus comunidades. Son incesantes las historias que se han compartido de la gente, ayudándose unos a los otros, durante y después del huracán…Las brigadas de jóvenes que asumieron con entereza y militancia la tarea de rescatar y salvaguardar las vidas de sus compatriotas y al otro día del huracán, levantarse y tirarse a la calle a limpiar plazas, remover escombros, organizar programas para proveer suministros a las comunidades más afectadas. Hay sangre solidaria y comprometida con el bien colectivo.
Cuarta lección: A pesar de la campaña de demonización que ha tenido como consecuencia que se han sido diezmados como clase trabajadora, los trabajadores públicos, han sido los que han dado la cara y se ha entregado en pasión, militancia y amor solidario por sus comunidades, por su nación hacer el trabajo para normalizar a la nación…No han sido los perfumados asesores de aire acondicionado de la rama ejecutiva, han sido los maestros, maestras, trabajadores de obras públicas, se han empeñado en buscar la manera de aportar y reconstruir la nación, a pesar de la ineptitud de los lacayos y batatas políticas que se pasan en aire acondicionado y en sus caravanas con carros de lucecitas.
Quinta Lección: Las políticas públicas de «planificación», manejo de recursos naturales, construcción de vivienda y de vías de rodajes públicos, es y no corresponde a enfrentar las condiciones geográficas, ambientales en las que se localiza nuestra nación. El desparramiento urbano por ejemplo, la visión ideológica de tratar a Boriken no como un archipiélago pero como un continente, calcando visiones ideológicas estadounidenses, nos pasan factura hoy. No son las fundamentales que nos pueden servir para amortiguar los impactos de un huracán. La destrucción de los terrenos anegados, la deforestación masiva de las cuencas hidrográficas de nuestros ríos, nos pasan factura hoy.
Sexta Lección: Los estadounidenses nos desprecian y le importan tres pepinos angolos el bienestar, la salud y la dignidad de los boricuas. Su único interés es salvaguardar las estructuras de explotación económica que les garantiza el status colonial y ahora implementan los mecanismos para guisar y explotar al otorgar contratos de ganancias en una economía de desastre natural. Tal como hicieron con Katrina, utilizan la terapia de shock para empujar la agenda de privatización de la AEE, el sistema de educación pública, de lo que queda de la Autoridad de Carreteras, de la disposición de desperdicios sólidos y los sistemas de retiro.
Séptima Lección: Los trabajadores de la AEE, principalmente la UTIER, ha tenido la razón en sus denuncias de la campaña para destruir y privatizar la AEE. Las medidas tomadas y los contratos otorgados para dizque reparar el sistema eléctrico son el preludio que busca consolidar la desaparición de la AEE para entregar la producción a la empresa privada. Ya se escucha como se han propuesto 5 Alianzas Públicas Privadas para generación en la costa norte de Puerto Rico.
No hemos de cejar la organización de base comunitaria para integrar y potenciar las cientos de iniciativas que ocurren a lo largo y ancho de la nación Boricua y reafirmamos el derecho y la necesidad de derrocar el régimen colonial que ha dejado patentemente que esto ha agravado la posibilidad de enfrentarnos con mayor celeridad y efectividad a las consecuencias del huracán María pero a pesar de eso el pueblo ha demostrado que somos inquebrantables y solidarios.
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