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Uruguay

López, héroe antimperialista (IV)

Fuentes: Rebelión [Imagen: Batalla Avay]

Esta obra, en su momento, fue publicada por la Universidad Estadual de Campinas (UNICAMP), Brasil.

La injerencia imperial

La liberalización de la economía tuvo sus consecuencias. El Paraguay virtualmente fue invadido y agredido por las potencias regionales e imperiales. James Buchanam, secretario de Estado norteamericano, fue uno de los primeros inversionistas radicados en el país, pero su empresa no tuvo ninguna intención de respetar las leyes paraguayas, lo que llevó al presidente López a expropiar sus bienes (fábrica de cigarro, ladrillos y otros) y prohibir la inversión extranjera. El grave incidente llevó a la amenaza de invasión de parte del emergente imperio norteamericano, que envió el vapor de guerra “Water Witch” hacia Asunción en 1.855. El buque fue interceptado en la confluencia del río Paraguay y Paraná, y duramente reprimido y perseguido a tiros por la cañonera Tacuarí.2

El imperio ingles también tendría injerencias en territorio paraguayo. En 1859, López descubre una conspiración, en la que estaba involucrado el ciudadano ingles Santiago Cansatt, quien es llevado a la cárcel. El gobierno británico exige la libertad y una indemnización por los “padecimientos” sufridos por Cansatt, y por la falta de respeto al “Gobierno de su Majestad”. El 29 de noviembre, los buques de guerra ingleses Burzard y Grapler, atacan en el río de la Plata a cañonazos al Tacuarí como represalia contra el gobierno paraguayo. En el buque volvía Francisco Solano López tras una misión, pero los paraguayos no responden a la agresión y Gran Bretaña amenaza con invadir el Paraguay. El incidente se solucionaría después por vía diplomática.

Frente al hostigamiento de los países vecinos y de los dos imperios ascendentes, López optó a retrotraer al país a la antigua política de aislamiento. En ese escenario, el Estado de nuevo volverá a ocupar su tradicional rol de dirigente de la nación, desplazando aún más a la burguesía emergente, y donde el pueblo tendrá un mayor protagonismo. Don Carlos consolida una forma de capitalismo de Estado rígido y centralizado, socavando el desarrollo de las fuerzas productivas privadas, que tendrá como consecuencia el reagrupamiento de los “legionarios” en el exterior, opositores a su régimen.3

El pueblo se rebela contra las medidas liberales

Una de las medidas del viejo López fue la restitución de algunas propiedades expropiadas por su antecesor. Los que poseían tierras de hecho (herencia de la colonia y reconocidas por Francia) tuvieron que regularizarlas poniendo en orden los documentos y pagar (5% sobre el valor de la tierra) un nuevo impuesto al Estado.4 Como consecuencia de la introducción de relaciones de producción capitalistas, la antigua pequeña burguesía rural (el mboriahu ryvatä, que durante el régimen de Francia se había mantenido en una economía de subsistencia (de abundancia mejor dicho) se fortalecería como clase, gracias a la comercialización de rubros como el algodón y tabaco, que le generó importantes ingresos.5 El proletariado rural, el mboriahu apí, que poseía menos extensiones de tierra, apegado a una economía precapitalista de tiempos de Francia, al que le bastaba trabajar para vivir en abundancia, empezaba a sentir los efectos del mercado, viéndose obligado a vender su fuerza de trabajo en las fincas agrícolas y ganaderas para poder mantenerse dentro de una sociedad más competitiva. El régimen mercantilista, que estimulaba el monocultivo de tabaco para la exportación y el abandono de la producción de subsistencia generó un desequilibrio en el régimen igualitario con graves consecuencias sociales, a tal punto que en 1.857 el país tuvo que importar alimentos de Buenos Aires para evitar una hambruna de la población más pobre.6 Los cambios liberales empezaban a generar conmoción en las capas populares que cuestionaban severamente la política mercantilista.

Francia había expropiado a la oligarquía extensas propiedades y dejó en manos del Estado más de la mitad de las tierras de la región Oriental y la totalidad del Chaco. López, por su parte, al expropiar las tierras de los 21 pueblos aumentó considerablemente las posesiones del Estado paraguayo.7 Liberó además el mercado local, permitiendo la radicación del capital multinacional, con lo cual emergía una importante clase de terratenientes y se fortalecía la burguesía rural comerciante hacía mediados de 1.850.

La concesión de tierras a propietarios privados y la apertura mercantil hizo que en el otro polo de la sociedad paraguaya surja por primera vez una clase de trabajadores libres, dependientes del capital privado.8 Nacía así una burguesía agraria y mercantil, que obtenía plusvalía haciendo de intermediación comercial entre el proletariado rural y el Estado, que monopolizaba prácticamente todo el comercio exterior. La clase mercantil inició su proceso de acumulación a través del comercio de la yerba mate, de gran demanda en el mercado internacional.9 Dentro de este esquema, el Estado compraba del comerciante (los “habilitados”) que a su vez contrataba al obrero para la explotación de los yerbales y la producción de otros rubros como el tabaco. Bajo este régimen, tanto el Estado como el comerciante extraían un importante excedente de la fuerza de trabajo.10

La liberación de la economía generó reacciones de las capas populares, que se opusieron tenazmente a los cambios liberales, reclamando la propiedad colectiva de la tierra como en el antiguo régimen de Francia. Fracciones de las clases hegemónicas, por su lado, exigían la liberación no sólo del comercio exterior sino también del comercio de la yerba mate controlado exclusivamente por el Estado.

Dos años después de la muerte de Francia, donde afloraban las fricciones entre la burguesía y las clases populares sobre el rumbo que debía tomar el país, el diputado Juan B. Rivarola, representante burgués en el congreso, propuso la liberación total de la economía, lo que generó una reacción popular. Tanta fue la conmoción que los propios soldados del ejército amenazaron con matar al disputado liberal.11 En este acontecimiento se nota claramente la existencia de una elite oligárquica que pretendía profundizar los cambios liberales, pero por otro lado, estaban las clases populares, los partidarios de Francia, que no iban a permitir esos cambios, y que reivindicaban el modelo igualitario construido por el fundador de la Patria.

El acelerado desarrollo de las fuerzas productivas generaba también una aguda contradicción entre el capital privado y las relaciones monopólicas de producción impuestas por el Estado, y que tenían el consenso popular. Pero la burguesía emergente era una clase con mentalidad reaccionaria y especuladora, cuya ganancia no era invertida en la reproducción ampliada del capital, tal como haría el Estado, de ahí que seguiría siendo una clase orgánicamente débil e incapaz de disputar al Estado el control político de la nación.12 Su exiguo número (unas 78 constituían las familias burguesas de Asunción)13, que luego de la guerra bajó a cinco, sería otro factor asociado a la debilidad burguesa como clase dirigente.

La concentración del poder estatal era tal que entre el congreso de 1.842 y el de noviembre de 1.856, el número de diputados bajaría a 100; para la legislación vigente solamente tenían derecho a votar y ser electos legisladores los propietarios privados.14 La drástica disminución de la cantidad de diputados significaba el ensanchamiento del Estado y la disminución de propietarios privados.15 No obstante, la exigencia de “propietarios”, entre los congresos de 1.842 y 1.861 se constata la presencia de diputados pardos y mulatos, lo que significa que López, presionado por las clases populares, continúo la tradición igualitaria heredada de Francia.16

Los apóstoles del libre mercado bloquean al Paraguay

Paraguay fue el primer país latinoamericano que sufriría el bloqueo comercial. Al constituirse en una provincia interior del Virreinato del río de la Plata sería hostigado sistemáticamente por Buenos Aires durante todo el periodo colonial y en la época independiente el bloqueo fue mayor. Argentina fue el último país en reconocer su independencia, recién el 17 de junio de 1.852, tras la caída de Juan Manuel de Rosas.

Durante la era independiente, Francia optaría por el aislamiento voluntario para evitar involucrarse en los conflictos regionales, consecuencia del complejo proceso de configuración de los nacientes estados nacionales. Dentro del régimen de férreo aislamiento, sin interferencias foráneas, Francia logró construir la unidad del pueblo en base a una inflexible ideología nacionalista y popular. La dinastía López, que originalmente pretendió liberalizar la economía para el mercado internacional, se verá forzada a retrotraer al país al antiguo régimen de reclusión, por la hostilidad de las dos potencias regionales, que intentarían permanentemente imponer su supremacía en el Río de la Plata. Frente a la agresividad de estas dos potencias, el pueblo paraguayo se verá compelido a construir un blindaje nacionalista, hasta el extremo que el patriotismo se convertiría en sentido común en el seno de la sociedad civil.17

Decía Mitre con respecto al Paraguay: “La República está en el imprescindible deber de formar alianza con el Brasil a fin de derribar esa abominable dictadura de López y abrir al comercio del mundo esa espléndida y magnifica región que posee, tal vez, los más variados y preciosos productos de los trópicos y ríos navegables para explotarlos”, decía Mitre el 20 de diciembre de 1.864.18 En la afirmación de Mitre se constata claramente que el Paraguay constituía una traba para la expansión imperial y de sus aliados capitalistas del río de la Plata. Pero mientras Mitre proclamaba liberar el mercado paraguayo, no cesaba de hostigar y el bloquear sistemáticamente al país.

Los López quebrantan el orden mundial

Francia sentó las bases materiales para el gran salto económico que daría el Paraguay de la mano de Carlos Antonio López, quien heredó un Estado sin deudas, una economía sólida, una administración pública honesta, y una población alfabetizada, sana y bien alimentada. Carlos Antonio López liberaliza la economía, impulsando el desarrollo de las fuerzas productivas, y emerge un capitalismo estatal, apoyado por una naciente burguesía rural, que es favorecida por la política impositiva. La estrategia del viejo López consistía en estimular la exportación de productos con valor agregado. El impuesto a la exportación al tabaco y al cuero crudo durante su gobierno subió del 10% al 15%, mientras que el gravamen a la exportación de cigarro y cuero procesado, bajó del 10% al 5%. Es este momento, de liberación de la economía, fue donde se rearticuló de nuevo una clase capitalista durante el periodo independiente.

López contrataría técnicos europeos, construiría el ferrocarril y la fábrica de hierro con lo que preparaba al país para entrar en la revolución industrial. Francisco Solano López, nombrado ministro por su padre, en Europa firmó un acuerdo con la Blyth & Co., la empresa tecnológicamente más avanzada de la época.19 A través de ésta contrató a 250 técnicos europeos, de los cuales 200 eran ingleses.

Mientras los otros países de Sudamérica se debatían en luchas independentistas buscando la construcción de estados nacionales, el Paraguay, en el periodo independiente se ponía a la altura de los países más desarrollados de Europa. Un atrevimiento que las potencias no podían aceptar proviniendo de un modesto país enclavado en las selvas tropicales de Sudamérica.

Sin saberlo, con el gran desarrollo nacional, los López empezarían a quebrantar el nuevo orden mundial que se estaba gestando bajo la égida del imperio inglés, sistema en el que Paraguay debía cumplir el rol subalterno de productor exclusivo de materias primas para el mercado internacional, así como el resto de los países del continente. Es acá donde se produciría la fricción con el imperio. Francia había construido una economía autónoma solo para satisfacer la demanda nacional. Los López, sin embargo, desarrollan una economía de escala industrial entrando a competir en el mercado internacional con las potencias regionales (Argentina y Brasil) e internacionales (Inglaterra, Estados Unidos).

Los países de la periferia dentro del esquema de dominación debían ser proveedores de materia prima y consumidores de productos manufacturados. En la región del Plata este sistema funcionaba porque en Argentina y Brasil las elites dominantes estaban subalternizadas a los centros de poder del imperio. Elites que finalmente pactarían una alianza con Inglaterra para el proyecto bélico contra la nación guaraní.20

Los López nunca comprendieron que, al romper el orden económico mundial, una guerra imperialista sería inevitable. Para ellos el problema político potencial siempre sería el rompimiento del equilibrio del Plata, donde las dos potencias regionales permanentemente trataban de imponer su dominación, por lo que no podían permitir una agresión al Uruguay. La caída de la banda Oriental significaría la irremediable caída del Paraguay.21

El equilibrio del Plata y las causas inevitables de la guerra

El uso de la máquina a vapor había posibilitado a Inglaterra entrar de lleno a la revolución industrial a mediados del siglo XIX. La división internacional del trabajo, iniciada con la colonia se intensificaba en el capitalismo industrial. El imperio inglés necesitaba grandes cantidades de materia prima para responder la demanda de sus nacientes industrias y llenar de productos manufacturados los mercados emergentes. Pero el “progreso” capitalista traía aparejado sus propias contradicciones; Inglaterra debía satisfacer la demanda laboral del cada vez mayor proletariado industrial, que ya empezaba a convertirse en un problema interno grave.

Tras la guerra de secesión, que hizo estragos de los campos de algodón del sur norteamericano entre 1.861 y 1.862, Inglaterra se había quedado sin esta materia prima para sus pujantes hilanderías. Como una salida a la crisis el gobierno británico propuso al Paraguay el trueque de fibras de algodón por sus productos manufacturados. Francisco Solano López aceptó el intercambio, pero pedía el pago en libras esterlinas. Como era de esperar el imperio rechazó la propuesta paraguaya y empezó a inquietarse sobre la cada vez más intransigente postura del gobierno paraguayo. La guerra de la triple alianza empezaría a incubarse en el centro del poder imperial.

Paraguay, con una economía soberana quebrantaba la división internacional del trabajo. Pero los López nunca entenderían que al romper el orden inglés la guerra sería inevitable. Para ellos el problema potencial siempre sería el rompimiento del equilibrio del Plata, donde las dos potencias (Argentina y Brasil) permanentemente trataban de imponer su hegemonía, por lo que no podían permitir una agresión al Uruguay. La caída de la banda Oriental significaría la irremediable desaparición del Paraguay como país independiente. Las dos potencias regionales eran conscientes que una invasión al Uruguay llevaría a la reacción paraguaya, por lo tanto el móvil para la guerra era relativamente fácil de provocar.22

Brasil tenía intereses muy grandes en Uruguay en el periodo de la preguerra. Unos 40.000 ganaderos brasileños vivían, y eran propietarios del 35% de las tierras más ricas en la zona de frontera con Río Grande do Sul, donde funcionaba un régimen esclavista como una extensión del esclavismo brasileño. El 65% de todo el ganado uruguayo era de brasileños y el buey oriental rendía 50% más que el riograndense. Las vacas engordadas en el Uruguay eran llevadas de contrabando para su comercialización al Brasil. Solamente el barón de Mahuá, el más grande inversor de la época en el Uruguay, a través de su empresa instalada en Montevideo, exportaba lana en mayor cantidad que toda la Argentina en su conjunto. Para el imperio de Pedro II, Uruguay conjugaba grandes intereses políticos y económicos.23

El presidente del Uruguay Bernardo Berro, en un intento por contener la acelerada “brasileñarización” de su frontera, buscó nacionalizar esa región limítrofe con Rio Grande do Sul y tomó medidas drásticas; prohibió la esclavitud y aumentó el impuesto al ganado y la tierra. La reacción no se hizo esperar y Brasil lanzó un ultimátum contra el Uruguay. Pactó con Venancio Flores, el caudillo más antipopular de la banda Oriental. Este, al mando de un ejército de soldados brasileños riograndenses dirigidos a su vez por el almirante Tamandaré, y con municiones proveídas por Bartolomé Mitre invade su propio país.24 El ministro uruguayo José Vázquez de Sagastume, el 25 de agosto reclama la ayuda del Paraguay.25 López acude en auxilio del Uruguay y el 14 de enero de 1.864 solicita permiso a la Argentina para pasar por el territorio de Corrientes. Mitre le niega el paso y López no tiene otra salida que declarar la guerra para salvar al Uruguay. El 18 de enero de 1.865 Paraguay declaraba la guerra a la Argentina, pero el tratado de la Triple Alianza ya se había pactado un año antes, el 18 de junio de 1.864 en la localidad de Puntas de Rosario.26López declaraba la guerra a un país que ya estaba secretamente conflagrado contra la nación guaraní. La invasión del Uruguay fue urdida por el imperio para desencadenar la guerra contra el Paraguay. López intentó mediar en el conflicto sin éxito. El 30 de agosto de 1.864 frente a la eventualidad de la guerra, envió una nota al Brasil afirmando no aceptar el ultimátum contra el Uruguay. Brasil desoye a López y el 12 de octubre invade la banda Oriental. Como represalia, el 12 de noviembre de 1.864 el ejército paraguayo captura en aguas del río Paraguay el buque “Marques de Olinda” que navegaba rumbo al Mato Grosso. Al día siguiente la cancillería paraguaya comunica al embajador brasileño en Asunción rotas las relaciones diplomáticas y prohíbe la navegación de embarcaciones brasileñas por sus ríos. El 29 de noviembre el ejército paraguayo ocupa Corumbá y el coronel Resquín, unos días después toma Dourados y Villa Miranda.27

Cuando Venancio Flores entró triunfante a Montevideo fue recibido por un ejército formado por soldados ingleses, italianos, españoles y franceses.28 El pueblo uruguayo había huido de la ciudad.29 Flores asumió el 20 de enero de 1.865, apoyado por extranjeros y repudiado por su pueblo. El andamiaje para la guerra de la triple alianza estaba instalado. El general Flores, pieza clave para la guerra contra el Paraguay, como un soldado sólo esperaba órdenes de Mitre y del imperio brasileño.

Notas:

2 Sergio Guerra Vilaboy, “Paraguay: de la Independencia a la Dominación Imperialista” Pág. 109/110, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1984

3 Carlos Pastore, “La Lucha por la Tierra en el Paraguay”, Pág. 175, Intercontinental Editora, Tercera edición, Asunción abril del 2008

4 Carlos Pastore, “La Lucha por la Tierra en el Paraguay”, Pág. 131/135, Intercontinental Editora, Tercera edición, Asunción abril del 2008

5 Luis A. Galeano, “Los Campesinos y la Lucha por la Tierra”, en Historia del Paraguay, pág. 359/360, Taurus, mayo del 2011, Asunción.

6 Thomas Whigham, “La Economía de la Independencia”, Pág. 83, Intercontinental Editora, Asunción, 2010.

7Carlos Pastore, “La Lucha por la Tierra en el Paraguay”, Pág. 173, Intercontinental Editora, Tercera edición, Asunción abril del 2008

8 Mauricio Schvartzman, “Contribuciones al Estudio de la Sociedad Paraguaya”, Pág. 78/80, CIDSEP, Asunción, marzo de 1989.

9 Thomas Whigham, “La Economía de la Independencia”, Pág. 13/19, Intercontinental Editora, Asunción, 2010.

10 Juan Carlos Herken Krauer y María Isabel Jiménez de Krauer, “Gran Bretaña y la Guerra de la Triple Alianza”, Pág. 47, Editorial Arte Nuevo, Asunción, marzo de 1983.

11 Sergio Guerra Vilaboy, “Paraguay: de la Independencia a la Dominación Imperialista” Pág. 99, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1984

12 Nidia Areces, “De la Independencia a la Guerra de la Triple Alianza (1811-1870)”, en Historia del Paraguay, pág. 177/178, Taurus, mayo del 2011, Asunción.

13 Nidia Areces, “De la Independencia a la Guerra de la Triple Alianza (1811-1870)”, en Historia del Paraguay, pág. 187, Taurus, mayo del 2011, Asunción.

14 Don Carlos creaba un cuerpo jurídico-político liberal al exigir la condición de “propietarios” a los diputados. Véase: Milda Rivarola, “Vagos, Pobres & Soldados”. La domesticación del trabajo en el Paraguay del siglo XX, Servi Libro, Pág. 66, Asunción, 2010.

15 Carlos Pastore, “La Lucha por la Tierra en el Paraguay”, Pág. 175/179, Intercontinental Editora, Tercera edición, Asunción abril del 2008

16 Milda Rivarola, “Vagos, Pobres & Soldados”. La domesticación del trabajo en el Paraguay del siglo XX, Servi Libro, Pág. 126, Asunción, 2010.

17 El Partido Colorado hará una relectura del nacionalismo, convertido en sentido común para los paraguayos, para la construcción de la ideología nacionalista desde fines del siglo XIX y durante todo el siglo siguiente. Los colorados apelarán al nacionalismo para movilizar a sus huestes en los momentos de mayor crisis, la guerra civil del 47 y los años siguientes con el surgimiento de la guerrilla.

18 Chiavenato, Julio José, “Genocidio Americano. La Guerra del Paraguay”, Carlos Schauman Editor, Pág. 118, Asunción, abril de 1989

19 Francisco Doratioto, “Maldita Guerra”, Nova Historia da Guerra do Paraguay, Pág. 29-30, Companhia das Letras, Sao Paulo, 2003.

20 Chiavenato, Julio José, “Genocidio Americano. La Guerra del Paraguay”, Carlos Schauman Editor, Pág. 32/34, Asunción, abril de 1989

21 La caída uruguaya significaría el control definitivo del río de la Plata por parte de una de las dos potencias, y el aislamiento definitivo del Paraguay.

22 Chiavenato, Julio José, “Genocidio Americano. La Guerra del Paraguay”, Carlos Schauman Editor, Pág. 97/98, Asunción, abril de 1989.

23 Chiavenato, Julio José, “Genocidio Americano. La Guerra del Paraguay”, Carlos Schauman Editor, Pág. 102/103, Asunción, abril de 1989

24 Chiavenato, Julio José, “Genocidio Americano. La Guerra del Paraguay”, Carlos Schauman Editor, Pág. 107/113, Asunción, abril de 1989

25 Efraín Cardozo, “Paraguay Independiente”, Edición Paraguaya, Carlos Schauman Editor, Pág. 193, Asunción, febrero de 1988

26 Mitre oculta deliberadamente la declaración de guerra de la prensa y la opinión pública, para presentar a López como un agresor.

27 “La Historia del Paraguay”, Tomo II, Jorge Rubiani, coordinador, Pág. 330/331, ABC color, Asunción, 2000.

28 Berro había entregado el poder a Anastasio Aguirre en marzo de 1864.

29 Chiavenato, Julio José, “Genocidio Americano. La Guerra del Paraguay”, Carlos Schauman Editor, Pág. 114/115, Asunción, abril de 1989

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.