Los dirigentes de los países miembros se reúnen hoy en el 50 cumpleaños de la firma del Tratado de Roma con el fin de sacar adelante un documento con el que suavicen la negativa de Francia y Holanda al Tratado Constitucional que se sometió a referéndum hace casi dos años. Está previsto que a las […]
Los dirigentes de los países miembros se reúnen hoy en el 50 cumpleaños de la firma del Tratado de Roma con el fin de sacar adelante un documento con el que suavicen la negativa de Francia y Holanda al Tratado Constitucional que se sometió a referéndum hace casi dos años. Está previsto que a las 10:30 de la mañana la canciller alemana, Ángela Merkel, el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, y el presidente de la Eurocámara, Hans-Gert Poettering, firmen la ‘Declaración de Berlín’, un intento por aunar a todos los países europeos en torno a un proyecto planteado como un adelanto de lo que podría ser con el tiempo un nuevo Tratado.
La Declaración, de apenas dos páginas, pretende ser una salida a la crisis atribuida al fracaso del Tratado Constitucional encontrando otra propuesta que sea acogida por los Veintisiete. El primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, declaró en una radio alemana que lo idóneo sería convenir en un borrador del nuevo tratado que estuviera preparado durante la presidencia de Portugal, que comienza en la segunda mitad de 2007.
Según la agencia Reuters, que tuvo acceso a la Declaración de Berlín, el texto establece como fecha límite el año 2009 para darle a la Unión una «renovada base común» a través de unas reformas institucionales en las que se contempla un presidente y un ministro de Asuntos Exteriores, mayor influencia tanto del Parlamento Europeo como de los nacionales y un sistema de toma de decisiones más ágil.
La elaboración de lo que podrían ser el asentamiento de un nuevo Tratado ha hecho surgir nuevas discrepancias. Ángela Merkel, que ocupa la presidencia rotatoria de la UE, ha intentado como país anfitrión acercar posturas para empezar a negociar una reforma institucional. Polonia y la República Checa se han opuesto hasta el último momento a aprobar el documento, con lo que se ha decidido prescindir de cualquier mención que aluda al Tratado Constitucional o a próximas ampliaciones de la Unión Europea.
A ello hay que sumar la oposición pública de Holanda, Francia y también Gran Bretaña, que pueden constituir una gran fuerza de presión con la que sus Gobiernos también hagan cuestionar un futuro Tratado que pretende desvincularse en cierta medida del anterior.
«Apostasía de la Unión»
El Papa Benedicto XVI acusó el sábado a la Unión Europea de apostasía por no mencionar el cristianismo en la Declaración de Berlín. «¿Acaso esta forma única de apostasía de sí misma (…) no conduce (a Europa) a dudar de su propia identidad?», preguntó en un discurso a obispos europeos.