Las expectativas sobre el cumplimiento del acuerdo firmado hace un año con Brasil, que le retribuirá a Paraguay las reclamadas utilidades generadas por la compartida represa Itaipú, se renuevan ante la visita que hoy viernes comienza el presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Es que para que se pongan en marcha los distintos compromisos contenidos […]
Las expectativas sobre el cumplimiento del acuerdo firmado hace un año con Brasil, que le retribuirá a Paraguay las reclamadas utilidades generadas por la compartida represa Itaipú, se renuevan ante la visita que hoy viernes comienza el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Es que para que se pongan en marcha los distintos compromisos contenidos en el convenio hace falta aún que el parlamento brasileño lo ratifique, trámite que sí cumplió su similar de Paraguay.
Entre los 31 puntos del acuerdo bilateral figura la financiación por parte de Brasil de la construcción de una línea de transmisión de energía eléctrica de 500 kilovatios y el aumento de las compensaciones anuales a Paraguay, que deben pasar de 120 millones a 360 millones de dólares, por el uso de energía excedente por parte del gigante vecino.
El reclamo sobre Itaipú fue uno de los temas centrales de la campaña electoral que llevó a la presidencia de Paraguay al ex obispo católico Fernando Lugo, quien asumió el cargo en agosto de 2008 respaldado por una amplia coalición, dejando así atrás 61 años de hegemonía de la derechista Asociación Nacional Republicana, más conocida como Partido Colorado.
Para Ricardo Canese, ex coordinador de la Comisión de Entes Binacionales Hidroeléctricos, el convenio demuestra que Brasilia reconoce la soberanía de Paraguay y su legítimo derecho a plantear cambios en el tratado original firmado en 1973.
Dicho tratado sentó las bases para el aprovechamiento hidroeléctrico del río Paraná por los dos países, dando origen al complejo de Itaipú, considerado el mayor del mundo en capacidad de generación de energía eléctrica.
«Hay sectores que señalan que se pidió migajas y que por eso Brasil no nos da importancia. Si eso fuese así, el parlamento de ese país ya hubiese aprobado lo acordado sobre las compensaciones», comentó el experto a IPS, refiriéndose al aumento de los valores a ser recibidos por Paraguay a título de cesión de energía.
El tratado establece que a Paraguay le corresponde 50 por ciento de la energía genera en Itaipú, de cuyo total hoy sólo utiliza cinco por ciento. Por eso quedaría con 45 por ciento para vender, que sólo puede hacerlo a su socio.
Según Canese, el compromiso del presidente Lula está intacto, pero la campaña con vistas a elegir a su sucesor a partir del 1 de enero de 2011 demora una definición sobre el particular.
«No pedimos privilegios, sino justicia, equidad, y todos los sectores del vecino país, tanto políticos como energéticos, saben que es así», apuntó.
Por su parte, Daniel Codas, vicepresidente del centroderechista Partido Patria Querida (PPQ), aseguró que las dudas sobre el acuerdo se dan porque hasta ahora no se cumplieron ninguno de los plazos puestos por el propio Lula.
«No se ha hecho nada concreto en un año y, además, se bajaron las pretensiones de compensación y ni siquiera eso se consiguió a la fecha», dijo a IPS.
Según Codas, hay dudas porque la aprobación del acuerdo pasa por intereses que sobrepasan los del propio mandatario brasileño en su país, y que el error de Lugo fue generar demasiadas expectativas en torno al tema.
Pero desde el gobierno paraguayo, la postura es optimista y se asegura que el rechazo por parte del parlamento de Brasil no se dará, porque la responsabilidad política a nivel internacional es muy grande.
«Si no llega a darse el acuerdo, Paraguay tendría todas las de ganar si recurre a los foros internacionales, pues fue Brasil el que reconoció, al firmarlo, que los reclamos de Asunción son justos», apuntó Canese.
Sobre la construcción de la línea de transmisión de 500 kilovatios, ya están en marcha las licitaciones para obras de subestaciones. Su longitud será de aproximadamente 345 kilómetros, distancia entre Hernandarias, en la región Oriental, y Villa Hayes, en la región Occidental.
«Se prevé que en agosto se inicien las obras en la subestación Villa Hayes, y las líneas, redes y transformadores, deberán estar listos a más tardar en diciembre», informó Canese.
Con esta obra, Paraguay accederá más ampliamente a la energía de Itaipú, utilizarla en la producción y para los servicios requeridos en el país.
La situación actual es de gran producción de energía hidroeléctrica, enmarcada en un déficit crónico de líneas de transmisión, que a su vez genera crisis de abastecimiento.
Canese entiende que el gobierno de Lugo recibió un sistema eléctrico totalmente caído, precario y desfasado de las reales necesidades del país, debido a la falta de inversión de varias décadas.
El costo de la obra de la línea de transmisión, de 400 millones de dólares, será financiado por el Fondo de Convergencia Estructural del Mercosur (Focem), creado por este bloque integrado por los dos países, Argentina, Uruguay y Venezuela en proceso de adhesión plena.
Este instrumento del Mercosur responde a objetivos solidarios y está basado en un mecanismo de transferencia directa de recursos financieros desde las economías mayores del bloque, es decir de Argentina y Brasil, hacia las otras economías menores.
Ahora la mirada está puesta en Brasil. Si bien la visita de Lula no responde a este tema, será un termómetro para medir si efectivamente se está avanzando hacia el cumplimiento del acuerdo en torno a la gran represa binacional.