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Paraguay

Mario Abdo Benítez, del stronismo a la presidencia

Fuentes: CELAG

Mario Abdo Benítez, proclamado presidente de la República del Paraguay tras el conteo rápido de la Justicia Electoral paraguaya, es el primer jefe del Ejecutivo paraguayo en la historia democrática del país que llega al cargo con una diferencia tan ajustada con su principal oponente: logró tan solo un 3,7% más de votos que Efraín […]

Mario Abdo Benítez, proclamado presidente de la República del Paraguay tras el conteo rápido de la Justicia Electoral paraguaya, es el primer jefe del Ejecutivo paraguayo en la historia democrática del país que llega al cargo con una diferencia tan ajustada con su principal oponente: logró tan solo un 3,7% más de votos que Efraín Alegre, líder de la oposición y cabeza de la Alianza GANAR.

Nacido en la cuna del stronismo, Mario Abdo Benítez es hijo del homónimo secretario privado de Alfredo Stroessner, quien hacía parte del denominado «cuatrimonio de oro», es decir, del grupo de hombres más cercanos al dictador. Creció en el aciago blindaje del que disfrutaron las familias más cercanas al stronismo y logró consolidar -como heredero de las mismas- una carrera política basada en las redes cultivadas durante la dictadura, cuyo final llegó cuando apenas tenía 16 años.

Complementó su formación castrense al adquirir un título de Marketing Político en la Universidad Teikyo Post de Connecticut, centro de formación que ofrece programas flexibles y a distancia para militares[i]. Más adelante, se integró a la política de la mano de la Asociación Nacional Republicana – Partido Colorado donde desarrolló su carrera hasta ahora.

En la primera década del 2000 «Marito» -como se hace llamar, evitando la referencia a su padre- transitó por varios movimientos al interior del coloradismo: primero, en «Reconstrucción Nacional Republicana», dirigido por el nieto de Alfredo Stroessner; posteriormente, en el movimiento «Paz y Progreso», -eslogan emblema de la dictadura-.

El año 2008, después de la ascensión de Fernando Lugo al poder (y la ruptura de la hegemonía histórica de la formación colorada), Marito se acercó a Lilian Samaniego y pasó a integrar el equipo que acompañó Lilian cuando fue presidenta del partido, tras la renuncia de José Alberto Alderete. Fue entonces cuando Abdo Benítez resultó electo vicepresidente de los colorados, cargo que ocupó hasta 2011. Ya en 2013, desde el interior del movimiento Honor Colorado, Mario Abdo Benítez se postuló como candidato al Senado y fue electo para el periodo 2013-2018.

En junio de 2015 fue votado para presidente del Senado con el respaldo de colorados disidentes de Horacio Cartes -presidente de la República y empresario- en alianza con los partidos Frente Guasú, Partido Democrático Progresista y el Liberal Radical Auténtico. No fueron buenas noticias para el presidente paraguayo dado que el movimiento Colorado Añetete se había convertido en su oposición al interior del Partido. En definitiva, tras dos años de colaboración con el presidente desde la Comisión de Hacienda, Marito decidió romper cuando Cartes hizo público su apoyo a Pedro Alliana en las elecciones por la conducción del Partido, realizadas en julio de 2015, que también disputaba Abdo. Alliana ganó, y la distancia entre Cartes y Abdo Benítez quedó sellada.

El enfrentamiento entre Horacio Cartes y Mario Abdo se visibilizó nuevamente en las primarias del Partido Colorado, en las que Mario Abdo se opuso a Santiago Peña, ministro de Hacienda, seleccionado por Cartes para sucederle una vez impedida la reforma constitucional con la que quería aprobar la reelección.

Sin embargo, Santiago Peña arrastró todas las críticas internas del coloradismo a Horacio Cartes, ampliamente cuestionado por dejar un Gobierno donde la corrupción estuvo a la orden del día, y por su cruzada a favor de la reelección que derivó en los desafortunados sucesos del 31 de marzo del 2017[ii].

Así, en el marco de una campaña similar a una presidencial -en términos de inversión económica y de propaganda política- Mario Abdo se impuso en las elecciones primarias del partido con el 51% de los votos (570.921 sufragios) frente a Santiago Peña, que apenas alcanzó un 43% (483.615 votos). Fue una gesta que logró contra todos los pronósticos -de las encuestas y medios comprados por Cartes para favorecer a su candidato- y que lo posicionó como una figura fuerte de cara a las presidenciales venideras.

Con buena valoración entre la opinión pública por la hazaña de vencer a candidato «heredero» de Cartes, Mario Abdo inició la campaña presidencial con un vuelco en el enfrentamiento intrapartidario: el «abrazo republicano» que zanjó temporalmente la disputa entre el movimiento Honor Colorado, de Horacio Cartes, y el movimiento Colorado Añetete, de Marito[iii], con el fin de aunar esfuerzos para luchar contra el enemigo común que representaba la alianza de toda una oposición dispuesta a disputar unida -por primera vez en diez años- la presidencia del Paraguay.

La campaña presidencial fue poco trascendente. La idea central del partido Colorado fue ocultar a un candidato poco ágil en la oratoria y con escasa capacidad de liderazgo. Ello se visibilizó en la nula disposición para realizar debates a lo largo de toda la campaña, llevando a cabo un único encuentro en el que los resultados fueron poco favorecedores para Marito.

En este ejercicio de invisibilización del candidato, no sólo se logró difuminar la incidencia de Cartes -logrando no arrastrar la mala gestión del presidente- sino que, además, consiguió evitar que todos los flancos abiertos del propio candidato fuesen obviados. El primero de ellos, relativo a las licitaciones de su empresa Almacenamiento y Distribución de Asfalto (Aldía SA) con el Ministerio de Obras Públicas[iv]. El segundo, relacionado con investigaciones que apuntan a que es, presuntamente, beneficiario de tierras malhabidas[v]. Y, finalmente, el escándalo de dos de sus hermanos, que percibían honorarios como funcionarios públicos sin ir a trabajar.

Al margen de su historial y el de su familia, Marito Abdo logró posicionarse en las elecciones con el favor de la maquinaria y los medios de Cartes quien, desde el simbólico abrazo republicano, no dejó estar detrás suyo. Sin embargo, la victoria fue amarga: Abdo Benitez se convirtió en el primer presidente del colapso colorado, un fin que se augura por la cada vez más amplia oposición con capacidad efectiva de llegar al poder. También lo auguran las más que evidentes luchas intestinas del partido, palpables en una composición parlamentaria que probablemente reflote las distancias entre Horacio Cartes -electo senador para la próxima legislatura- y un Marito que buscará un espacio de liderazgo con impronta propia en el marco de Asociación Nacional Republicana.

Notas:

[i] https://post.edu/military/why-post

[ii] http://cnnespanol.cnn.com/2017/03/31/fuertes-disturbios-en-paraguay-manifestantes-incendian-el-congreso-en-protestas-por-aprobacion-de-enmienda-constitucional/

[iii] http://www.abc.com.py/nacionales/cartes-confirma-abrazo-republicano-1662344.html

[iv] http://www.abc.com.py/edicion-impresa/economia/empresa-de-marito-adjudicada-por-el-mopc-despues-de-las-internas-1686059.html

[v] https://www.lanacion.com.py/politica_edicion_impresa/2017/11/06/propiedad-de-dudoso-origen-esta-a-nombre-de-mario-abdo-benitez/

Ava Gómez Daza (@Ava_GD) es investigadora del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG)

Fuente: http://www.celag.org/mario-abdo-benitez-del-stronismo-a-la-presidencia/

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.