Traducido para Rebelión por LB
Tony Blair, un hombre que inició una guerra criminal sin fin, ha vuelto a declarar hoy que «el islam radical es la mayor amenaza que pende sobre el mundo».
Hizo esa declaración en el curso de una entrevista con la BBC con motivo de la publicación de sus memorias.
El señor Blair declaró que los islamistas radicales creían que todo lo que se ha hecho en nombre de su causa está justificado, incluso utilizar armas químicas, biológicas o nucleares.
Tengo dificultades para decidir si la observación de Blair es cómica o trágica, pues lo cierto es que ningún líder islámico ha utilizado jamás «armas químicas, biológicas o nucleares». Si algunos lo han hecho, ésos han sido Gran Bretaña y EE.UU., países que desplegaron armamento que contenía uranio empobrecido. Un estudio reciente revela que el índice de cáncer en Faluya (Irak) es superior al de Hiroshima o Nagasaki.
A Blair tampoco le gusta Irán: «Tenemos que enviar a Irán un mensaje inequívoco: que no pueden tener capacidad militar nuclear y que los vamos a parar». Por lo que a mí respecta, durante muchos años he pensado que una bomba iraní es la clave para la paz. A todas luces una bomba iraní es lo único que puede disuadir al expansionismo occidental y a la barbarie israelí.
Uno esperaría que el ‘enviado de paz’ del Cuarteto Internacional pretendiera ser imparcial y exigiera a Israel transparencia sobre sus asuntos nucleares. Sospecho que es pedir demasiado. Por lo tanto, le aconsejo el Cuarteto Internacional que, si están verdaderamente interesados en la paz en la región, se aseguren en primer lugar de que el señor Blair es conducido a La Haya para enfrentarse a la justicia. Ese acto sería el primer paso hacia la paz. Constituiría una prueba de integridad ética y de transparencia moral. Es evidente que el sistema político y judicial británico no está capacitado para hacer frente a los últimos colosales crímenes de guerra británicos. Parece ser que necesitamos la intervención de la comunidad internacional.
«Este extremismo (islámico) es tan profundo», dijo Blair «que al final tienen que saber que se enfrentan a una voluntad más fuerte que la suya». Curiosamente, los hechos sobre el terreno sugieren lo contrario. Los ejércitos angloparlantes están siendo totalmente derrotados en Irak y Afganistán. Obviamente, no se detecta mucha «firme voluntad» entre los soldados británicos y estadounidenses que mueren en esas guerras sionistas desatadas por criminales de guerra financiados por grupos de presión judíos.
Fuente: http://www.gilad.co.uk/