El endurecimiento de la política migratoria de la Unión Europea (UE) ha seguido cosechando rechazos entre los presidentes sudamericanos que arribaron a la ciudad argentina de Tucumán, en el norte del país, para participar de la cumbre semestral del Mercosur.
Los jefes de Estado tienen previsto unir fuerzas contra la llamada «Directiva de Retorno» de inmigrantes indocumentados aprobada por el Parlamento Europeo en junio, que afecta a millones de latinoamericanos.
«Vamos a levantar una voz común respecto de las leyes de migración de la UE», dijo la mandataria chilena, Michele Bachelet, no bien aterrizó en Tucumán, ciudad ubicada a unos 1.300 kilómetros al noroeste de Buenos Aires.
«Es un tema que nos preocupa enormemente y creo que tenemos que sacar un comunicado que contemple la situación de los latinoamericanos», declaró, también a su llegada, el presidente uruguayo, Tabaré Vázquez.
Además de la anfitriona, Cristina Fernández, de Bachelet y de Vázquez, asisten a la cumbre sus pares Hugo Chávez (Venezuela), Evo Morales (Bolivia), Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil), Rafael Correa (Ecuador) y Nicanor Duarte Frutos (Paraguay).
Los cancilleres de los distintos países han trabajado en las últimas horas para consensuar el documento final del encuentro, que -según adelantaron- incluirá un enfático rechazo a la política migratoria europea.
¿Ayuda de la OEA?
Asimismo, los presidentes sudamericanos intentarán hacer causa común con organismos como la Organización de Estados Americanos (OEA) para revertir la norma del Parlamento Europeo.
El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, ya había dicho que la UE no debía imponer la «Directiva de Retorno» y que, además, tenía que «dar explicaciones» a América Latina, que en el pasado acogió a numerosos inmigrantes de Europa.
Semanas antes de la cumbre del Mercosur, varios mandatarios de la región criticaron duramente la política migratoria del Viejo Continente, lo que de algún modo preparó el terreno para el pronunciamiento en Tucumán.
«El viento frío de la xenofobia sopla otra vez con las falsas respuestas a los desafíos de la economía y de la sociedad», declaró el brasileño Lula, mientras que el boliviano Morales fue más allá afirmando que, debido a la «directiva de la vergüenza», evaluaba la posibilidad de bloquear las negociaciones comerciales entre la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y la UE.
Por su parte, Venezuela ha abogado por una reacción más enérgica frente a la ley del Parlamento Europeo. El presidente Chávez amenazó con cortar el suministro de petróleo a Europa y sancionar las inversiones de ese continente en su país.
En contraste con la directiva europea, los mandatarios sudamericanos anunciarán en Tucumán que el Mercosur permitirá los viajes entre todos los países del bloque sin necesidad de usar pasaporte, sino sólo documento nacional de identidad, algo que antes sólo era posible entre los socios fundadores.
Nacionalización de Sidor
Antes de la cumbre, Fernández se reunió a solas con Chávez y, según se informó, uno de los temas centrales de las conversaciones fue la nacionalización de la siderúrgica de capitales argentinos Sidor por parte del Estado venezolano.
Esta medida, motivada por un conflicto sindical, ha generado algunas fricciones entre ambos gobiernos por diferencias en cuanto a las compensaciones que debe recibir la empresa.
Sin embargo, Chávez dijo: «Quiero llegar a una solución amistosa y estoy seguro que lo lograremos».
Durante el encuentro en Tucumán habrá algunos anuncios en materia económica. Los presidentes pondrán en marcha un programa de integración productiva, que promoverá la cooperación entre las compañías de la región y facilitará el acceso a créditos y tecnología.
No obstante, Argentina traspasará la presidencia semestral del Mercosur a Brasil sin haber logrado su objetivo de poner en marcha un código aduanero que convierta al bloque en una verdadera zona de libre comercio.
La discusión de este código, por medio del cual se evitaría el pago de un doble arancel de las mercaderías en tránsito, quedará para más adelante.
El Mercosur (Mercado Común del Sur) tiene como socios principales a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, y como estados asociados a Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú, mientras que Venezuela se halla en proceso de adhesión plena.
La incorporación venezolana aguarda la aprobación de los congresos brasileño y paraguayo.