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Crónica de la visita del presidente mexicano Vicente Fox

Metlatónoc, el imperio de la pobreza

Fuentes: La Jornada

Este es un pueblo de calles sin nombre. Quizá porque no hace falta que lo tengan. Más de 70 por ciento de su población es analfabeta, 67 por ciento no cuenta con energía eléctrica y nadie se acuerda que sus 30 mil habitantes existen, salvo en tiempos electorales. El presidente Vicente Fox cayó en la […]

Este es un pueblo de calles sin nombre. Quizá porque no hace falta que lo tengan. Más de 70 por ciento de su población es analfabeta, 67 por ciento no cuenta con energía eléctrica y nadie se acuerda que sus 30 mil habitantes existen, salvo en tiempos electorales. El presidente Vicente Fox cayó en la cuenta de que existía este municipio guerrerense porque fue incluido por la Organización de las Naciones Unidas en la lista de las regiones más pobres del mundo, con niveles de vida más bajos aun que los de algunas regiones de Africa.

La reciente visita del presidente Vicente Fox al corazón de la Montaña de Guerrero no despertó ninguna esperanza entre sus habitantes . Los hombres del lugar ni siquiera conocieron al mandatario porque no se les permitió la entrada al auditorio municipal, donde se realizó «el evento».

Los pocos transeúntes que recorren las calles visten calzón y camisa de manta -sólo algunos usan pantalones-, calzan huaraches de correa o de plano van descalzos, y sombrero de palma. Las mujeres llevan huipil de manta blanca, a veces con motivos florales o figuras de pájaros, collares con cuentas de brillante plástico azul, amarillo, rojo…

Las oficinas del ayuntamiento municipal permanecen cerradas por un conflicto entre dos corrientes del PRD. Hay quien dice que el presidente municipal, Saúl Rivera Mercenario, no se presenta a trabajar desde enero, pero él asegura que en realidad no lo dejan gobernar sus compañeros de partido.

Frente a la alcaldía está la iglesia de San Miguel Arcángel. Es de mañana y en el atrio dos ancianas cuidan celosamente más de 40 cartones de cerveza vacíos. Están a la espera del camión para reabastecerse. Los mixtecos tienen fama de buenos bebedores.

José Luis Martínez es el sacerdote del lugar. Dice que la visita del presidente Vicente Fox -quien estuvo aquí apenas una hora la semana pasada- difícilmente podrá cambiar la situación de Metlatónoc, porque la pobreza es muy grande, tan grande como el número de personas que emigra a Michoacán, Sonora, Sinaloa, Chihuahua… Una estrategia para escapar de la miseria y sobrevivir.

«El Presidente acudió con una funcionaria de la Secretaría de Desarrollo Social a una reunión en el auditorio municipal. Nadie sabe en qué quedó tanta promesa ni qué programas se van a desarrollar. «El problema es que aquí -señala el cura- existe mucha división, al grado que en algunos ranchos hasta hay dos comisarios. Los partidos políticos han hecho mucho daño a los mixtecos.»

Aquí, denuncia el párroco, el alcoholismo y el tráfico de drogas son muy graves. Afuera de la iglesia -todavía en obra negra, porque no hay dinero para terminar los trabajos- las dos mujeres siguen esperando a que llegue el camión de la cerveza.

En el centro de salud rural se comenta que el día de la visita del presidente Fox se trasladaron a Metlatónoc cinco médicos y dos ambulancias, las cuales fueron rodeadas por los niños, que nunca habían visto un vehículo de ese tipo. Celso García Hipólito, pasante en medicina de la Universidad Autónoma de Guerrero, plantea la verdad:

«Las ambulancias y los médicos sólo estuvieron ese día por si algún funcionario se desmayaba.»

García coincide con el cura en que la visita del miércoles de la semana pasada del presidente Fox al pueblo no resuelve nada: «ni porque venga un presidente se va a acabar la miseria, queremos hechos, no palabras; si usted le pregunta a la gente a qué vino el Presidente y qué les trajo, nadie responderá, porque casi nadie lo conocía.

«Queríamos hablar con Fox, pero sólo dejaron a una compañera doctora que vive aquí entregarle una solicitud para una clínica, y su respuesta fue que para eso nos iban a construir la carretera, para que nuestros enfermos se trasladarán al hospital de Tlapa, pero creo que todavía ni funciona.»

Como para que no quede duda de que nada cambiará el pasante se queja: «nosotros atendemos a 2 mil 700 personas tan sólo de la cabecera municipal, y de las comunidades aledañas que están a dos y hasta cinco horas de camino de terracería; se dan 35 consultas al día, las 24 horas del día, creo que el lugar en que he visto más miseria es en San Rafael y en Huexuapa; si alguien se enferma tiene que venir hasta aquí y como no hay ambulancias para trasladar un enfermo a Tlapa una camioneta particular le cobra 2 mil pesos. Y si no tienes los 2 mil pesos ya te puedes ir muriendo.

«Un día me trajeron una paciente, muy joven, de una comunidad a 12 horas de camino; tenía tres días en trabajo de parto, incluso el bebé ya traía una de sus manitas afuera, desgraciadamente ya no se pudo hacer nada y murió.»

Es muy deprimente lo que pasa en Metlatónoc, dice García Hipólito, y se pregunta: «¿cómo se puede atender a miles de personas con un doctor de base, dos pasantes, una enfermera, y sin equipo médico y sin fármacos? Eso es lo que le queríamos decir a Fox, pero no nos dejaron».

En el recorrido por la cabecera municipal, cuyas calles no tienen nombre, o al menos nadie supo decir cómo se llamaban, aparece una maestra, vestida de pantalón, raro en estos rumbos. «Soy Gregoria Guzmán Benítez», se presenta, «me dicen maestra, pero no lo soy, más bien soy instructora, estamos coordinando cursos de corte y confección, peluquería, y carpintería, que implementa el DIF municipal y la Secretaría del Trabajo, y el Servicio Estatal del empleo porque queremos que ya no se vayan nuestros esposos a trabajar al norte, y nosotros queremos aprender algo para ayudarles», explica.

Muestra el trabajo que hace con 20 indígenas que se inscribieron al taller de corte y confección. La instructora habla de la visita del presidente Fox: «esperamos beneficios de su venida, pero nuestra gente ya no confía ni cree en nadie; nos dijo que iba a hacer carreteras, más programas, pavimentar calles, y que nos iba a entregar estufas por conducto de Marta Sahagún y de Tv Azteca». Estufas en un municipio que no tiene para comprar un tanque de gas.

En otra aula se improvisó el taller de carpintería, que imparte el mixteco Martín Morales Ramírez, donde otros seis jóvenes, de los que no emigran a los estados del norte, «aprenden a trabajar con la madera». De la visita de Fox a su tierra menciona «a nosotros no nos invitaron, todo quedó en manos del ayuntamiento; la mera verdad ya no creemos nada, no creemos que cambie nada con la presencia del Presidente, no hemos visto nada, dicen que prometió una carretera y una universidad».

Incrédulo, el carpintero con 22 años de experiencia concluye: «si hace las cosas como debe ser cambiará la situación, si no seguirá todo igual, seguiremos siendo los más pobres, como dicen en la ciudad».

Una mujer casi arrebataba la palabra a la instructora: «me llamo Matilde Sierra y soy ama de casa: queremos que le digan al gobernador y al Presidente que queremos trabajo para las 151 comunidades de nuestro municipio, porque tenemos pueblos que están hasta a 12 horas de distancia y no tienen nada que comer.

«Me quedó bien grabado en la cabeza lo que vino a decir Fox. Dijo que 96 por ciento recibió el programa de Oportunidades, y que 4 por ciento no; se comprometió a que en septiembre se instalará una mesa para ver las irregularidades, pero los señores de ese programa dijeron que no era cierto, que eso sería hasta el otro año.»

Más contundente afirma: «la verdad ya no tenemos confianza en nadie, lo único que le queda a nuestros pueblos es la esperanza, vamos a ver si de verdad va a cumplir; con decirle que cuando vino el miércoles, dos días antes llegaron muchos militares y se fueron a dormir a un albergue que está por allá en el puente; eso le metió miedo a la gente porque no sabían por qué había tanto soldado».

Los cuerpos policiacos, militares y del Estado Mayor crearon un búnker en sólo dos días para la visita del Presidente; al menos eran 400 elementos de seguridad para mil indígenas.

La última parada del recorrido por la cabecera municipal fueron las oficinas del ayuntamiento, donde desde enero pasado no se permite la entrada a Saúl Rivera Mercenario, alcalde del PRD, debido a la pugna entre dos corrientes de ese partido.

A unos metros de allí, en las oficinas de Seguridad Pública Municipal, se encuentra Juan Basurto Mendoza, quien se dice secretario del ayuntamiento. Rechaza hablar del conflicto interno, pero, no ajeno a lo que sucede en esa cabecera municipal, señala: «no supe lo que prometió Fox en su visita, me enteré que dijo que la carretera va a llegar hasta Calpanapa, municipio de Cochoapa.

«Ese es el cuento que siempre nos han contado, no sabemos qué tan cierto es; la gente ya no cree en promesas. Es más, ni a Fox ni al PRD ni al PRI le creen; la gente se volvió incrédula, y eso es de pensarse», dijo. En las oficinas del ayuntamiento, donde debería despachar el alcalde, se encontraba Isauro Romero, quien se dijo auxiliar del síndico Ernesto Flores Salzar; «estamos peleados a muerte con el alcalde», se justifica.

Sostiene que no se van a cumplir las promesas de Vicente Fox.

En la mayoría de los puestos del pequeño mercado predominan, seguramente por la demanda, los refrescos de cola y las cervezas en six pack.


«Voy con mi familia y mi primo a cortar chile» a Casas Grandes, Chihuahua

Metlatónoc, 25 de julio. Para poder llegar a Metlatónoc, desde Chilpancingo -capital de Guerrero-, primero se necesita un recorrido de cuatro horas en camión de pasajeros hasta Tlapa de Comonfort, «el corazón de la Montaña». Ahí, a las 3:30 horas hay que apartar lugar en una camioneta tipo estaquitas, que se estaciona en una improvisada terminal, para el traslado hasta la cabecera municipal de Metlatónoc, que en náhuatl significa «metatito de metal» o «en el metatito», pasando por varias comunidades, ríos, y enormes voladeros. A esa hora los improvisados asientos, dos tablones colocados en los extremos del vehículo, ya están ocupados por 15 personas, la mayoría provenientes de Nogales, Sonora, que regresan a sembrar sus tierras. Todos son mixtecos, o na savi, como se les conoce. En Nogales recibían 85 pesos diarios por cortar jitomate y pepino. La camioneta parte a las 4 horas; son 11 kilómetros pavimentados de lo que será la nueva carretera Tlapa-Metlatónoc -que en su visita del miércoles pasado el presidente Vicente Fox prometió que estará terminada antes de que finalice su mandato-, después el camino se convierte en 64 largos kilómetros de terracería. Hay que pasar por las comunidades de Igualita, Cuatipa, Petlacalco, Lomazoyatl, El Gitano, Cocuilotlatzala, Huexupa y Yuvinani antes de alcanzar la cabecera cuatro horas después. El camino de regreso es el mismo y en el improvisado transporte público sólo viajan jornaleros agrícolas. Este grupo va a Chihuahua: «saldremos el sábado en la noche, vamos a un lugar que creo se llama Casas Grandes; me voy con mi familia y mi primo a cortar chile, nos van a contratar en Tlapa», afirma Rutilo.