El papel central de la migración en la economía centroamericana y las múltiples implicaciones que este fenómeno conlleva en términos socio-laborales, económicos, territoriales y medioambientales
Durante las últimas tres décadas en Centroamérica son miles los trabajadores y trabajadoras que cada año tienen que emigrar, tanto a los Estados Unidos como a otros países de la región, para poder sobrevivir y encontrar los recursos necesarios para garantizar el bienestar de sus familias. Se estima que más de dos millones de salvadoreños, cerca de un millón de hondureños, millón y medio de guatemaltecos y entorno a trescientos mil nicaragüenses viven en los EE.UU. Por otra parte la población nicaragüense en Costa Rica asciende a unas setecientas mil personas y sobre las cien mil en El Salvador. Los conflictos armados, la pobreza, un modelo de desarrollo excluyente, la falta de empleo y oportunidades han expulsado a una parte muy destacada de la población centroamericana. Muchos emigran indocumentados. No siempre alcanzan su objetivo y sufren lesiones o fallecen en el trayecto, son deportados y enfrentan violaciones a sus derechos más fundamentales. Sin embargo las causas estructurales que provocan estos movimientos siguen presentes y la migración no cesa, a pesar de todas las dificultades que encuentran en el camino.
Los que consiguen llegar a su lugar de destino inician entonces el reto de luchar por un futuro mejor para ellos y sus hijos. El envío de remesas permite que muchas familias centroamericanas mejoren sus condiciones de vida, aunque los costes e impactos de todo tipo que comporta este modelo de desarrollo no son menores. Este creciente peso de las remesas en la economía de Centroamérica, la principal fuente de obtención de divisas, pone al descubierto el papel de la región como proveedora de mano de obra barata en el mercado internacional. Esto afecta tanto a los patrones de movilidad de la población centroamericana como a las dinámicas territoriales. La migración se revela, de este modo, como un fenómeno global y complejo que está reconfigurando de forma radical la región.
Tomando en cuenta esta centralidad, el artículo analiza la transformación ocurrida en las últimas décadas en la economía centroamericana y el papel cada vez más importante de la mano de obra migrante como forma particular de inserción en el mercado internacional. A continuación se analizan los territorios de destino de la migración dentro de la propia Centroamérica, con especial atención a Guanacaste y la Zona Norte de Costa Rica, que han atraído mano de obra nicaragüense asociada a la construcción y el turismo en el primer caso, y a la cosecha de nuevos cultivos para la exportación, como la piña, en el segundo. La precariedad e informalidad que caracteriza el trabajo en estos destinos da pie a la acentuación de la vulnerabilidad de los trabajadores ante sus empleadores. Seguidamente se analizan los impactos provocados en los territorios de origen de la migración, poniendo el acento en cuestiones como la desagregación familiar y comunitaria, el papel contradictorio de las remesas, los procesos de diferenciación social o la afectación sobre los recursos naturales.
Ernest Cañada es técnico en cooperación internacional, especializado en comunicación para el desarrollo y experto en turismo responsable
Nota:
Este documento ha sido elaborado en el marco de la producción del documental Y me fui y otros recursos educativos encargados por la Fundación PRISMA de El Salvador a ALBA SUD.
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