Del 11 al 14 de abril Mike Pompeo, secretario del Departamento de Estado de EE. UU., estuvo de gira por Perú, Chile, Paraguay y Colombia, países clave para dar continuidad a ciertas políticas hacia la región: promoción de la democracia, inversiones en proyectos de infraestructura y cooperación en seguridad regional. Como telón de fondo, el […]
Del 11 al 14 de abril Mike Pompeo, secretario del Departamento de Estado de EE. UU., estuvo de gira por Perú, Chile, Paraguay y Colombia, países clave para dar continuidad a ciertas políticas hacia la región: promoción de la democracia, inversiones en proyectos de infraestructura y cooperación en seguridad regional. Como telón de fondo, el tema fue la migración venezolana y la supuesta «crisis» desencadenada en el resto de países suramericanos. Pompeo puso fin a su periplo viajando a la frontera colombo-venezolana. Desde Cúcuta, Colombia, escenificó de la mano de Iván Duque su preocupación por la «enorme crisis humanitaria» venezolana. Esta gira de Pompeo, realizada días antes a la reunión del Grupo de Lima en Chile, parece un último intento por resucitar a ese organismo creado ex profeso en 2017 para conseguir el «cambio de régimen» en Venezuela.
Seguridad y lucha contra el crimen organizado
La cooperación entre Chile y EE. UU. está enmarcada por un tratado bilateral de libre comercio. En materia de seguridad hay operaciones conjuntas de mantenimiento de la paz y promoción del rol de la mujer en la paz y seguridad. La visita de Pompeo a Chile se centró en la presencia de China[1] y Rusia[2] en la región y, sobre todo, la relación existente entre empresas de alta tecnología y la relación con el Gobierno chileno. El embajador chino en Chile criticó los comentarios de Pompeo sobre las relaciones Chile-China y mencionó que éste aún «permanece en el siglo XX, lleno de hegemonía, y en la lógica de la Guerra Fría».[3]
En cuanto a Paraguay, la visita se centró en la lucha contra el crimen organizado, la promoción de derechos humanos y democracia en la región. El canciller paraguayo destacó que la visita de Pompeo al Paraguay, viene a estrechar relaciones económicas, centradas en la venta de azúcar, semillas y cuero, mercancías del sector primario en su mayoría. Por otra parte, la presencia permanente de los intereses de EE. UU. en ese país es a través de USAID, que sigue promoviendo reformas al sector judicial para castigar actos de corrupción y continuar con acciones para mejorar el acceso a la información pública.[4]
En el caso de Perú, uno de los puntos clave estuvo en continuar con la cooperación para combatir organizaciones delictivas transnacionales y para la «aplicación de la ley», rubro en el cual, tanto el Departamento de Estado como la USAID han venido trabajando sistemáticamente en diferentes países latinoamericanos.[5] Debe recordarse, además, que Perú es uno de los países con mayor presencia militar de EE. UU. en la región. También se resaltaron los resultados del Acuerdo de Promoción Comercial que, después de diez años, incrementó el intercambio comercial y aumentó la presencia de mercancías estadounidenses en Perú al punto de ubicarse como segundo socio comercial.
Resurrección del Grupo de Lima vs. Venezuela
Después de que Uruguay y México decidieran no continuar con la política del Grupo de Lima en contra de Venezuela y plantear el Diálogo de Montevideo, el Grupo de Lima quedó relegado y sin consenso en su interior. La visita de Pompeo, además de promover otro tipo de cooperación en seguridad, derechos humanos e inversiones, estuvo básicamente centrada en Venezuela y fue el preludio a la celebración de la reunión en Chile. EE. UU. ha querido, por tanto, dar un espaldarazo a la labor del Grupo tras un período de cierto letargo.
En Lima, Pompeo se comprometió en continuar la ayuda a los migrantes venezolanos en el país y, además, expresó el compromiso del Gobierno peruano para lograr un cambio de régimen en Venezuela.
Este mismo aspecto fue abordado en Paraguay, único país que ha roto relaciones diplomáticas con Venezuela tras la juramentación de Nicolás Maduro el 10 de enero de 2019. Luis Alberto Castiglioni, canciller de Paraguay, declaró que la política de Paraguay contra Venezuela continuará.[6]
En Cúcuta, Colombia, Pompeo e Iván Duque realizaron una declaración conjunta enfocada exclusivamente a reforzar su colaboración en la lucha contra la «dictadura venezolana» que está en medio de una «crisis humanitaria» que irradia a la región pero que se niega a recibir la «ayuda humanitaria» que se encuentra esperando en Colombia.[7] Pompeo reiteró que «hay un plan en marcha para establecer elecciones justas y para la recuperación económica» de Venezuela.[8] Por su parte, Duque mencionó que se buscará al Grupo de Lima para aislar a Venezuela y acatar las sanciones económicas y políticas contra el «régimen» venezolano.
En la última reunión del Grupo de Lima el 25 de febrero, a la que asistió el vicepresidente de EE. UU., Mike Pence, no hubo consenso sobre el reconocimiento de Juan Guaidó, mostrándose los distintos matices existentes a la hora de abordar la situación en Venezuela. Estas distintas posturas coexisten y aparecerán en la reunión del día 15: desde aquellos que apuestan por una intervención militar hasta los que postulan una mediación pacífica para resolver la crisis política.[9]
La gira de Pompeo necesita resucitar al Grupo de Lima para que, finalmente, logren el objetivo que le dio origen (lograr el «cambio de régimen» en Venezuela). En este sentido, la acción del secretario de Estado de EE. UU. muestra el fracaso de la política exterior estadounidense a la hora de asentar un Gobierno paralelo de facto en Venezuela. Algo que no han logrado siquiera de la mano de sus principales aliados regionales a los que han tratado de involucrar en la crisis por la vía de los migrantes venezolanos y las supuestas enfermedades que éstos dispersarían por el continente.
Si la resurrección del Grupo de Lima no resulta, de cualquier modo EE. UU. viene apostando, hace tiempo, por instalar la existencia de un «peligro mayor» en términos geopolíticos: la presencia de Rusia y China en América Latina y el Caribe, planteada como «amenaza» para la seguridad nacional y hemisférica. EE. UU. recurre así a su rol de potencia militar, comienzan a resonar los tambores de guerra de la mano de declaraciones y amenazas realizadas por altos funcionarios del Gobierno de Trump. Ante el fracaso diplomático, se repite cada vez con mayor frecuencia, que «todas las alternativas están sobre la mesa» para lograr los objetivos en Venezuela.
Notas:
[1] https://www.celag.org/ascenso-china-impacto-america-latina/
[2] https://www.celag.org/eeuu-rusia-guerra-fria-america-latina-caribe/
[3] https://www.cnnchile.com/pais/embajador-china-chile-mike-pompeo-visita_20190414/
[5] https://www.celag.org/ee-uu-y-la-asistencia-para-centroamerica/
[7] https://www.youtube.com/watch?time_continue=33&v=XDbdg-oPC6s
Fuente: http://www.celag.org/mision-pompeo-resucitar-grupo-de-lima/