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No existe un proceso revolucionario perfecto

Fuentes: Rebelión

«Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender […]

«Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas. Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo«
Fidel Castro Ruz

Sé que mis palabras van a ser muy criticadas, sin embargo, desde el momento que lucho por la libertad de expresión, quiero poner por escrito algunas ideas que vienen del fondo de mi corazón revolucionario, que siempre vio y verá la Revolución Cubana como la luz de los movimientos revolucionarios en todo el mundo. Quise escribir hoy, que es un 26 de julio, y es un deber recordar, que hace 57 años, el ataque al Cuartel Moncada por Fidel Castro y sus compañeros, cambió permanentemente la historia de América Latina.

A partir de ese «fracaso», los revolucionarios cubanos, captaron el mensaje de lo que se convertiría en sus Comandante en Jefe y los siguieron hasta la victoria. … Siempre!

¿Y entonces? Bueno,…sabemos que, por desgracia, aquí en Honduras, estamos lejos de un glorioso 1° de enero del 1959, que es una lástima que no se puede repetir una historia ya vivida; sabemos también, siendo realistas, que cada pueblo y cada país es distinto y no se puede y no se debe hacer comparaciones…. Pero me permitan reflexionar sobre el gran momento de similitud en los dos procesos revolucionarios. De hecho el 28 de junio del 2009 fue una supuesta victoria del capitalismo sobre la Democracia, un supuesto fracaso del pueblo que sufrió una vez más lo zarpazo capitalista en su piel. … Pero esta vez, queridos asesinos imperialistas, ¿quien habría jurado que después de 393 días, la Resistencia hondureña todavía estaba en las calles? La Revolución Cubana tuvo que luchar en la ciudad y en la sierra durante seis largos años para destruir el capitalismo, por lo tanto, animo, pueblo de Honduras, sabemos que el camino no es fácil, pero el ejemplo de Cuba grita que es posible.

Por desgracia, ya que la raza humana es la mas imperfecta que, para aquellos que son creyentes, Dios puso en la tierra, sabemos que sus obras, sus luchas, sus senderos que conducen al poder no pueden ser sin problemas.

Un emperador como Napoleón Bonaparte tuvo la lucidez de decir que en las revoluciones hay dos clases de personas, las que la hacen y las que se aprovechan de la situación. Si ya ocurrió en su tiempo, no debemos asustarnos delante de los fenómenos de oportunismo, sino sólo y simplemente deshacerse de los con malas intenciones.

El proceso revolucionario de Honduras me sorprendió por su frescor y originalidad, por su coraje de saber cortar las ramas muertas que pueden obstaculizar el camino, por la fuerza para dejar atrás a aquellos que simplemente quieren revivir los fantasmas del pasado, ya muertos y enterrados. Pero el viaje aún es largo, porque los fantasmas siempre vuelven, no saben perder con facilidad, incluso si son conscientes de ser los responsables de robos y engaños a costilla de comprometidos inocentes revolucionarios.

Vi a gente que por desgracia inventa situaciones de persecución como en la película de los EEUU (donde el «héroe» está presionado por un helicóptero que aterriza en la azotea de su casa) y se atreve a minimizar reales situaciones de peligro de revolucionarios y revolucionarias, con un humor cínico que viene de su ego enfermo y mediocre.

Creo que uno de los primeros hechos que podemos efectuar para ayudar a Honduras, para que llegue a la victoria, es aconsejarlo de deshacerse de los parásitos y de los infiltrados de los golpistas, que aplican la misma táctica contrarrevolucionaria.

Los parásitos lo hacen por un ego enfermo, son personas que no tienen una luz propia y tratan de iluminarse con la luz del momento y de lo demás, envenenan y siembran la discordia por su propio beneficio, y los otros, los infiltrados, los hacen por dinero, que el gobierno de facto les entrega, a veces ni siquiera son fascistas, son sólo miserables fracasados que viven de conveniencia, son mercenarios de verdad que están del lado de los más fuertes porque les pagan, por su actitud contrarrevolucionaria.

Los verdaderos rebeldes deben sacudirse por completo de ellos, son peligrosos y el pasado nos enseña que pueden matar el proceso revolucionario. Creo que es posible derrotarlos, mi visión es optimista (por desgracia está condicionada a lo que el negrito de la Casa Blanca decida, esperamos no iniciará, en cualquier lugar del planeta, una tercera guerra mundial) y siempre recuerdo Ernesto Che Guevara, quien decía… «nos forjaremos en la acción cotidiana, creando un hombre nuevo con una nueva técnica. El camino es largo y desconocido en parte; conocemos nuestras limitaciones. Haremos el hombre del siglo XXI: nosotros mismos».

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.