Recomiendo:
1

Perú

Nuestro panorama electoral

Fuentes: Rebelión

A poco de las elecciones para elegir un nuevo gobierno nacional, no aparece en escena una alternativa popular que irrumpa con nuevas ideas políticas que, el pueblo acoja con entusiasmo. Los partidos políticos de izquierda, representados en el Congreso Nacional, han tenido un desempeño decepcionante y, su desprestigio es severo, como todo el Parlamento, repudiado por el pueblo. Los movimientos que perdieron vigencia, tampoco reaparecen con fuerza. ¿Nos damos por vencidos?

Esta situación genera incertidumbre y desaliento en nuestras filas. Pero es nuestra realidad política. En estas condiciones de debilidad política frente a la apabullante predominancia de partidos de derecha, aparece el fantasma del “mal menor”, como ha sido característico en el electorado en lo que va del presente siglo y que, tan malos resultados nos han dado. Entonces, se piensa en un gobierno de centro, aun cuando los llamados “progresistas”, resultan siendo solo apariencia.

El oportunismo, solo busca sacar provecho personal. Los “saltapericos”, cambian de partido y se ponen el disfraz de uno nuevo. Aparecen nuevos grupos con viejos conocidos y activistas que solo cambian de bandera, pero no hay un partido de masas. Para los oportunistas, lo que importa es figurar, aunque sus partidos solo sean cascarón, porque así, buscan formar alianzas y frentes políticos, no sobre la base de principios ideológicos sino, negociando cupos electorales. Para estos, el programa de gobierno es secundario.

En esta situación, las perspectivas electorales para nosotros, no son alentadoras. Pero, esta situación política es parte de un proceso gestado desde años atrás. La dialéctica nos dice que no hay efecto sin causa y que, en el conjunto de fuerzas involucradas, priman las de mayor poder. Nuestro diagnóstico, tiene que ser dialéctico para ser certero. De esto depende la factibilidad de nuestros proyectos. Factores externos e internos, determinan nuestra realidad política. No somos caso aislado del movimiento mundial. Del manejo eficaz de las condiciones imperantes, dependen los resultados.

Por consiguiente, lo que hagamos ahora ante la evolución de las condiciones imperantes, dependerá el éxito del mañana. Lo que estamos viviendo, es el resultado de lo que hicimos en años previos. De allí, la necesidad de proyectar nuestro desarrollo político, en el corto, mediano y largo plazos. Si nos quedamos en la coyuntura, el horizonte de resultados estará vacío. Hay que insistir en nuestra lucha, por nuestra convicción ideológica, pero corrigiendo errores. No darse por vencidos.

No estamos en las mejores condiciones de competir en el escenario político, porque no nos hemos preparado anticipadamente para ello. El calendario político electoral nos coge huérfanos de planteamientos de peso político masivo. De poco sirve una alianza de débiles políticos si, restan en vez de sumar. Más vale solos que, mal acompañados. Esto, nos plantea la necesidad de desarrollar habilidades electorales y, un trabajo de consistencia política en todos los aspectos. Si pretendemos gobernar, es porque sabemos cómo hacerlo. Podemos ganar confianza en el electorado popular si acogemos sus demandas.

Hay planteamientos concretos que podemos enarbolar como parte del plan de gobierno. Medidas sencillas de gran repercusión masiva pueden ser claves para un eficaz repunte electoral. Por ejemplo, podemos anunciar entre otras medidas, las siguientes:

Programa de desarrollo compensado inter regional:

Reordenamiento presupuestal equitativo entre costa, sierra y selva, para acabar con la segregación en la distribución del presupuesto nacional, que privilegia la costa y el centralismo, en materia educativa, salud, programas sociales, etc.

Participación en el accionariado de empresas concesionarias. Acceso a no menos del 20% del accionariado debe reservarse para capitales propios de la zona de explotación, a fin de compartir utilidades.

Prohibir la exportación de materia prima sin un mínimo de procesamiento a fin de que se genere empleo local. Suministros semielaborados de metales, madera, hidrocarburos y otros.

Recuperación de los servicios públicos privatizados.

Pequeña minería artesanal campesina:

Programa de apoyo gubernamental a la gestión empresarial de los mineros artesanales (empresas cooperativas, comunales, mypes, sociedades de capital), brindando servicio de autofinanciamiento, para la conformación de conglomerados empresariales propios que, cubran todo el circuito de la cadena minera: Extracción, procesamiento y comercialización de metales obtenidos.

Desarrollo Rural:

Industrialización rural como fuente de empleo para frenar la emigración de la población hacia la centralización que, desequilibra el desarrollo nacional, ocasionando desigualdades urbano rurales. Industrialización de productos perecibles que se pierden por falta de mercado.

Sacar de la pobreza al campesinado peruano, mediante la rentabilización equitativa de las actividades agropecuarias, para elevar los ingresos familiares y, evitar la descapitalización con pérdidas por precios bajos. Política de ajustes a la importación desleal de productos agropecuarios, y apertura de nuevos mercados para el excedente productivo.

Impulso a la ganadería nacional mediante un programa de repoblamiento, reducir importaciones y recuperar la calidad nutricional de la población peruana. Ganado ovino desplazado por el pollo, vacuno de carne y de leche, camélidos, con proyección a ser potencia exportadora.

Jubilación campesina para los adultos mayores desamparados.

Reorientación de los beneficios turísticos en favor de la población local. Los bienes turísticos de la costa, sierra y selva, ubicados en el campo, es patrimonio de la comunidad rural. La rentabilidad que generan estos bienes, será en beneficio del desarrollo endógeno local y no de terceros, asumiendo con capitales propios, todos los eslabones de la cadena de servicios turísticos,

Reforma de la democracia:

Elección de autoridades distritales en pueblos rurales, mediante normas electorales propias, de participación ciudadana local. Las organizaciones representativas de la sociedad podrán postular a sus candidatos y no solamente los partidos políticos. La asamblea del Pueblo, será el máximo organismo de gobierno local.

Reconocimiento del derecho consuetudinario de autogobierno, para los pueblos indígenas u originarios, comunidades campesinas y nativas, aplicando sus propias leyes ancestrales, (Establecido en el artículo 149 de la actual Constitución Política y, en los tratados internacionales firmados por el país). Autonomía de gobierno, en la defensa de su hábitat territorial y, sus recursos naturales comunitarios.

Eliminación de la criminalización de la protesta ciudadana.

Derecho a referéndum como consulta previa a decisiones gubernamentales de trascendencia nacional.

Los cargos de gobierno por elección, son por misiones temporales. Ninguna autoridad elegida para cargo representativo, tendrá sueldo vitalicio, ni podrá acogerse a la legislación laboral de trabajadores o funcionarios estatales. Tampoco serán juez y parte, en la asignación de sus sueldos y demás bonificaciones dinerarias, directas e indirectas. (semana de representación, viajes, etc.)

Eliminación de la potestad exclusiva presidencial de indultos, debiendo pasar a decisiones colegiadas.

Nuevo sistema de elección para la Defensoría del Pueblo en todos los niveles de gobierno, de manera independiente y con autonomía en el derecho de defensa de la sociedad. A propuesta de las organizaciones representativas de la sociedad, será elegido el Defensor del Pueblo en cada nivel.

En situaciones de conflicto social por derechos ciudadanos, toda concertación de acuerdos en mesa de diálogo, debe formalizarse como negociación colectiva de naturaleza contractual, a fin de garantizar su cumplimiento y penalización en caso contrario.

Lucha contra la delincuencia:

Expansión del empleo como derecho ciudadano, dando prioridad a los proyectos de inversión de empleo masivo. Caso algodón, que absorbe abundante mano de obra en el cultivo, recolección, procesamiento de desmote, hilados, textiles, confecciones, comercialización, industrialización, transporte, exportación, etc. Reforma del aparato estatal, reduciendo puestos de favor, corrupción y, mafias de enriquecimiento ilícito, para destinar lo ahorrado, en crear fuentes de trabajo productivo.

Mutilación o, amputación de dedos a sicarios que matan por encargo, para evitar reincidencias.

Tatuaje de orejas, nariz y mejillas para que la población pueda identificar el peligro de ser atacada.

Construcción de cárceles en zonas alto andinas para recluir delincuentes a ser juzgados en pueblos aledaños y no en grandes ciudades. Esto, generará movimiento económico ante visitas de jueces, abogados y, familiares, que activarán negocios locales en alimentación, hospedaje, transporte, etc., en zonas alejadas.

Organización popular de vigilancia ciudadana que permita una acción policial más efectiva. Rondas urbanas.

Ideas sueltas como estas, podrían estimular planteamientos mejor elaborados. Es cuestión de armar una propuesta atractiva de gobierno popular que llegue hasta los últimos rincones del país. ¿Podremos hacerlo?

Blog del autor: https://republicaequitativa.wordpress.com/

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.