Desde el Frente Progresista de Jóvenes Latinoamericanos, hemos identificado una reconfiguración en los flujos de las economías ilícitas.
La contracción del mercado de cocaína en los Estados Unidos, principal consumidor global, y el auge del fentanilo y otros opioides sintéticos señalan una descomposición social en la potencia hegemónica en declive, generando nuevos insumos, productos, mercados y rutas.
Es evidente que la violencia en algunos países de Latinoamérica, especialmente en Ecuador, es promovida por agencias como la CIA y la DEA. Esta violencia busca justificar la intervención estadounidense, presentándola como una «ayuda» necesaria para estos países. Entendemos que desde el siglo XX, las políticas neoliberales han propiciado el achicamiento del Estado y la disminución de la soberanía efectiva. Los territorios enajenados se vuelven vulnerables a la acción de grupos paraestatales y factores de poder transnacional que operan al margen de la ley.
Ecuador es solo la punta del iceberg de un modelo cada vez más generalizado en América Latina y el Caribe. Este modelo fomenta la creación de paraísos fiscales e infiernos de criminalidad, afectando a toda la región.
Alertamos sobre la unión de fuerzas de derecha en Latinoamérica, con el objetivo de establecer nuevas bases militares en la región, especialmente en Paraguay, Uruguay, Argentina y Ecuador. Esto representa una amenaza para la soberanía y la estabilidad de nuestros países.
El Frente Progresista de Jóvenes Latinoamericanos hace un llamado a la comunidad internacional para estar alerta y denunciar cualquier intento de manipulación y desestabilización en nuestra región. Es crucial resistir al «Nuevo Plan Cóndor» y trabajar hacia una América Latina libre, justa y soberana.
Frente Progresista de Jóvenes Latinoamericanos