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Obama y la metástasis de la desconfianza europea

Fuentes: Rebelión

Zbigniew Brzezinski, ex-consejero de Seguridad Nacional del presidente Jimmy Carter, declaró en una conferencia en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados (SAIS) de la Universidad Johns Hopkins que «la dominación de Estados Unidos que tras la Guerra Fría determinaba la agenda internacional, ha terminado y no podrá restablecerse durante la vida de la próxima generación», […]

Zbigniew Brzezinski, ex-consejero de Seguridad Nacional del presidente Jimmy Carter, declaró en una conferencia en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados (SAIS) de la Universidad Johns Hopkins que «la dominación de Estados Unidos que tras la Guerra Fría determinaba la agenda internacional, ha terminado y no podrá restablecerse durante la vida de la próxima generación», añadiendo que «ninguna de las potencias mundiales puede alcanzar la hegemonía mundial en las condiciones actuales, por lo que Estados Unidos debe elegir mejor los conflictos en los que va a participar ya que las consecuencias de un error podrían ser devastadoras».

Brzezinski, autor del libro «El gran tablero mundial. La supremacía estadounidense y sus imperativos geoestratégicos» (1997), considerada la Biblia geoestratégica de la Casa Blanca así como el libro de cabecera de las sucesivas generaciones de geoestrategas y politólogos, habría levantado acta del inicio del declive del Imperio USA, al afirmar que «es cierto que nuestra posición dominante en la política internacional no es la misma que hace 20 años, pues desde 1991 Estados Unidos, en su estatus de potencia mundial, no ha ganado ni una sola guerra», por lo que en su opinión «a Estados Unidos le ha llegado la hora de entender que el mundo contemporáneo es mucho más complicado y más anárquico que en los últimos años después de la Guerra Fría,con lo que la acentuación de nuestros valores así como la convicción en nuestro excepcionalismo y universalismo, son al menos prematuras desde el punto de vista histórico».

Siguiendo con la exposición de su tesis sobre el declive USA, en un discurso reciente durante una reunión del Council on Foreings Relations (CFR), el ex asesor de Carter advirtió que «la dominación estadounidense ya no era posible debido a una aceleración del cambio social impulsado por la comunicación instantánea que han provocado el despertar universal de la conciencia política de las masas (Global Political Awakening) y que está resultando perjudicial para la dominación externa como la que prevaleció en la época del colonialismo y el imperialismo», por lo que tras el fallido intento de controlar la nube (Programa PRISM), en los próximos años asistiremos al final de la democratización de la información, con importantes retricciones en el acceso libre y universal a la Red de redes, siguiendo la estela de las políticas restrictivas implementadas por los llamados «países totalitarios».

La doctrina de la manipulación cibernética o «Big Brother»

Dicho control se habría iniciado tras la II Guerra Mundial con la implementación del programa ECHELON (la mayor red de espionaje y análisis para interceptar comunicaciones electrónicas de la historia) y cuya existencia fue denunciada en 1976 por Winslow Peck y posteriormente constatada por el Parlamento Europeo en el 2001. Dicho «Control estratégico de las telecomunicaciones» estaba en manos de la comunidad UKUSA (Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Australia, y Nueva Zelanda) y controlaría más de tres mil millones de comunicaciones cada día e incluye análisis automático y clasificación de las interceptaciones que serían utilizados para el espionaje económico además de la invasión de la privacidad, pasando posteriormente a llamarse Alianza de los Cinco, radicado en las instalaciones del GCHQ (Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno) con sede en la base de la RAF de Menwith Hill (Inglaterra) y teniendo como lema «Nada tiene que temer quien no tiene nada que ocultar».

Brzezinski por su parte, en un artículo publicado en la revista Foreign Affaire (1970), expone su visión del «Nuevo Orden Mundial» al afirmar que «se hace necesaria una visión nueva y más audaz con la creación de una comunidad de países desarrollados que puedan tratar de manera eficaz los amplios problemas de la humanidad», esbozos de una teoría que perfilará en su libro «Entre dos edades: El papel de Estados Unidos en la era tecnotrónica»(1971), donde explica que ha llegado la era de reequilibrar el poder mundial, poder que debe pasar a manos de un nuevo orden político global basado en un vínculo económico trilateral entre Japón, Europa y Estados Unidos.

En el citado libro, «Between two Ages» (1971), aboga además por el control de la población por una élite mediante la «manipulación cibernética» al afirmar que «la era tecnotrónica involucra la aparición gradual de una sociedad más controlada y dominada por una élite sin las restricciones de los valores tradicionales, por lo que pronto será posible asegurar la vigilancia casi continua sobre cada ciudadano y mantener al día los expedientes completos que contienen incluso la información más personal sobre el ciudadano, archivos que estarán sujetos a la recuperación instantánea de las autoridades», lo que anunciaría ya la posterior implementación del programa PRISM.

Dicho programa, sería una herramienta para monitorizar las comunicaciones de ciudadanos no estadounidenses a través de sus metadatos y devenido en verdadero monstruo virtual que habría extendido sus tentáculos hasta los servidores de compañías como Google, Apple, Micros Eloft, AOL, Facebook y Yahoo, aprobado por el Congreso de EEUU a instancias de la Administración Bush en el 2.007 pero que por inercia apática continuó bajo el mandato de Obama.

El «affaire Spyon» y la metástasis de la desconfianza europea

Como colofón a la deriva del control cibernético de masas, irrumpe en escena el escándalo del llamadao «affaire Spyon» de la NSA. Así, el diario británico The Guardian informó que en el año 2006 la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) habría vigilado las comunicaciones de 35 gobernantes mundiales, del que sería paradigma el control del teléfono móvil de la canciller alemana Merkel desde el 2002 al 2010 y que según informa el diario alemán Bild am Sonntag, contaría con la aprobación explícita del Presidente Barack Obama.

Además, según la documentación aportada por el ex agente de la NSA, Edward Snowden y publicada por el diario francés Le Monde, la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) habría interceptado 70,3 millones de comunicaciones emitidas desde Francia entre finales de 2012 y comienzos de 2013 mediante el programa US-985D y las técnicas de recolección con claves DRTBOX y WHITEBOX, con lo que la cumbre europea de Otoño de la Unión Europea quedó marcada por el estigma del affaire del espionaje de EEUU a Francia y Alemania y podría finalizar con la aprobación de nueva reglas de protección de datos para reforzar el blindaje de la UE ante EEUU.

Así, según la agencia EFE, el comisionado del Gobierno alemán para la protección de datos, Peter Schaar, instó a los socios europeos «a no retrasar la nueva directiva que fijará reglas más estrictas para las empresas tecnológicas estadounidenses que operan en la UE y que debería aprobarse antes de las próximas elecciones al Parlamento Europeo» y apoyó además la propuesta de la Eurocámara para suspender el acuerdo de transferencia de datos bancarios suscrito con EE.UU. en el marco de la lucha antiterrorista hasta que se esclarezca el escándalo de espionaje de Washington a Europa (affaire Spyon).

Por su parte, el Presidente de EEUU, habría recetado una dosis masiva de fármacos para evitar la metástasis de la desconfianza de los aliados occidentales hacia EEUU. Así, según un alto funcionario de Washington, se procederá a desinfectar de virus patógenos los Servicios de Inteligencia de EEUU, (muchos de ellos refractarios al propio Presidente), incluyendo la prohibición expresa de espiar a líderes de países aliados.

Sin embargo, como sucedió con Brasil y su Presidenta, Dilma Rousseff, es previsible que las medidas y explicaciones de Obama no lleguen a resultar del todo convincentes y asistamos a la expulsión de diplomáticos estadounidenses en países aliados así como a la presentación de una resolución conjunta germano-brasileña ante el Comité de Derechos Humanos de la Asamblea General de la ONU para su debate antes de fin de año. Dicha resolución contaría con el apoyo inicial de 19 países europeos y americanos afectados por el «affaire Spyon», (entre ellos México y Francia) e insta a los Estados miembros de la ONU a «asegurar el respeto del derecho a la privacidad según la doctrina plasmada en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 1976», al tiempo que se les invita a «adoptar medidas para poner fin a las violaciones de estos derechos», siendo previsible la adhesión de la Rusia de Putin con el objetivo inequívoco de condenar a EEUU por su asunción del papel de «Big Brother mundial».

El Eje Berlín- París y la nueva cartografía europea

El affaire «Spyon» de la NSA habría dejado pues a la Unión Europea infectada por una desconfianza metastásica hacia EEUU como responsable último y hacia Gran Bretaña como colaborador necesario, lo que finalmente podría provocar el desapego afectivo de París y Berlín respecto al eje anglosajón (EEUU-Gran Bretaña) y el robustecimiento del Eje Berlín-París, fruto de la reafirmación de las soberanías nacionales francesa y alemana como estrategia defensiva ante la deriva del otrora «socio americano», (reviviendo el Tratado del Elíseo entre De Gaulle y Adenauer (1963), con el consiguiente impacto en la actual cartografía geopolítica europea. Así, no sería descartable el rediseño de la actual cartografía europea que supondría el finiquito de la actual Unión Europea y su sustitución por la Europea de los 9 (Francia. Alemania, Bélgica, Luxemburgo, Holanda, Dinamarca, Suecia, Italia y Austria), quedando el resto de países europeos periféricos y emergentes gravitando en sus anillos orbitales y Gran Bretaña pilotando la nave capitana de una renacida Commenwealth.

En consecuencia, asistiremos a un acercamiento político a Rusia (rememorando el viaje de De Gaulle a Moscú, 1966) que se plasmaría en la Ratificación de la Política de Buena Vecindad con la Rusia de Putin, mediante la firma de acuerdos preferenciales para asegurarse el suministro de gas y petróleo rusos e incrementar los intercambios comerciales, debido a la rusodependencia energética francesa (21% de las importaciones de petróleo y 40% de gas proceden de Rusia) y a que el 40% del comercio exterior ruso se realiza con la UE, no siendo descartable una posterior campaña orquestada conjuntamente con Rusia y China para sustituir el patrón dólar por el oro (reeditando la sutil jugada de ingeniería financiera de De Gaulle de mediados de los 70).

Recordar que desde De Gaulle, la resistencia al liderazgo estadounidense ha sido un factor de la política exterior de todos los presidentes franceses, por lo que aunque asistamos al final de la luna de miel de Hollande con Obama debido a la crisis del espionaje de la NSA, la discrepancia será sólo formal, como se comprobó con el apoyo de De Gaulle a Estados Unidos en la Crisis de los Misiles de Cuba (1962) y en su posterior retorno a la disciplina del Pacto Atlántico en 1969).

¿Crisis en la OTAN?

Según explicaba Brzezinski en la revista National Interest en el año 2.000, «los europeos estarán más inmediatamente expuestos al riesgo en caso de que un imperialismo chauvinista anime nuevamente la política exterior rusa», con lo que esbozó un plan que pasaría por la expansión de la OTAN hasta límites insospechados en la década de los 90 y la implementación del nuevo sistema europeo de defensa anti-misiles, European Phased Adaptative Approach (EPAA). Dicho sistema en realidad se trata de un escudo anti-misil global en el que los misiles interceptores emplazados en plataformas móviles pueden abatir blancos en un espacio común (a base de datos transmitidos por todos los radares y sistemas de reconocimiento opto-electrónico), con el fin maquiavélico de tras un primer ataque sorpresa de EEUU que destruiría el potencial nuclear ruso en su propio territorio, neutralizar posteriormente la réplica rusa por medio de los misiles estacionados en Polonia. En un principio, Rusia y la OTAN acordaron cooperar en la creación del escudo anti-misiles para Europa en noviembre de 2010 en la Cumbre Bilateral de Lisboa, pues para Moscú era vital que la OTAN ofreciera garantías reales de que ese sistema no apuntaría a Rusia y disponer de un documento jurídicamente vinculante al respecto, pero la Administración Obama, siguiendo la inercia mimética de la Administración Bush de ningunear a Rusia, ha rehusado hasta el momento ofrecer dichas garantías por escrito.

Por otra parte, la previsible asunción por la OTAN en la prevista Cumbre de Londres del año próximo de la nueva doctrina ‘Smart Defense (Defensa Inteligente) implicará la cesión parcial de la soberanía de los países miembros a la coordinación de defensa con la OTAN, lo que aunado con la posible implementación por EEUU de la cuarta fase del Escudo Antimisiles, (reviviendo el proyecto Partnership entre los EE.UU. y Europa para proveer al Reino Unido de misiles Polaris de julio de 1962), será visto por Hollande como una pérdida de la soberanía gala y podría traducirse en una salida provisional de Francia de las estructuras militares de la OTAN, emulando el desmantelamiento de treinta bases estadounidenses en suelo francés por De Gaulle (1966) y teniendo de nuevo a la «Force de Frappe» como columna vertebral de su futura doctrina defensiva.

Recordar que la «Force de Frappe» nació en 1960 como consecuencia de la proclamación de la V República Francesa por el General De Gaulle. y fue concebida como uno de los elementos clave de la independencia económica, diplomática y militar del país frente a las dos grandes potencias EEUU-URSS enfrentadas en la Guerra Fría. En la actualidad (y a pesar del anuncio del ex-presidente Sarkozy de reducir el arsenal atómico francés hasta las 300 cabezas nucleares), basa la mayor parte de su poder en la utilización de submarinos nucleares balísticos (SSBN) clase Redoutable y Triomphant I y aunque la responsabilidad de las fuerzas armadas esté compartida por el Presidente y el Primer Ministro según la Constitución Francesa de 1958, un decreto de 1962 atribuye en exclusiva al Presidente la capacidad de autorizar el uso de armamento nuclear, por lo que no sería descartable la instalación por EEUU en el Pirineo navarro de una bases de radares (Gorramendi) para escuchar los susurros del Elíseo.

El affaire «Spyon» y el TTIP

Sospechosamente, el escándalo del espionaje habría estallado en plena negociación de un acuerdo comercial sin precedentes entre la UE y Estados Unidos y que podría sufrir los daños colaterales. Así, Martin Schulz, presidente del Parlamento Europeo y firme defensor del Tratado de Libre Comercio con EEUU, aconsejó que «se detuvieran esas negociaciones hasta que se aclarase la situación pues este episodio está fortaleciendo los argumentos de aquellos que se oponen al Tratado de Libre Comercio con EEUU», postura no asumida de momento por los líderes europeos ya que la creación de un área de libertad comercial entre EEUU y la Unión Europea es uno de los proyectos estrella de ambas potencias, aunque en la actualidad la balanza de pagos sería favorable a la UE con un excedente comercial de 86.000 millones de euros.

Recordar que el Tratado Comercial Transatlántico (TTIP en inglés) sería un proyecto gigante de ingeniería comercial todavía embrionario, pues EEUU y la UE representan casi el 50% del PIB mundial y el 40% del poder adquisitivo del mundo, y caso de concretarse su aplicación, asistiríamos a la creación de la mayor zona de libre comercio del mundo con 800 millones de habitantes. Así, según el instituto alemán IFO, dicho Tratado supondría unos beneficios de 119.000 millones de euros para la UE y de 95.000 millones de euros para EEUU así como un incremento estimado del 0,75 % del PIB europeo y la generación de 400.000 nuevos empleos en Europa.

En consecuencia, la negociación para implementar la ATCI podría verse condicionada por el posible desapego afectivo de Francia y Alemania respecto a EEUU tras el escándalo del espionaje de la NSA, por lo que caso de no llegarse a un acuerdo en el próximo quinquenio, podríamos asistir a la implementación por EEUU y la UE de medidas proteccionistas (Fomento del Consumo de Productos nacionales) en forma de ayudas para evitar la deslocalización de empresas y subvenciones a la industria agroalimentaria para la Instauración de la etiqueta BIO a todos sus productos manufacturados, dibujándose un escenario en el que se pasaría de las guerras comerciales encubiertas al descarnado proteccionismo económico.

Germán Gorraiz López. Analista

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.