Traducido por Gorka Larrabeiti
Abandonados en el mar durante semanas. Los dejaron morir de hambre frente a Trípoli. Igual que en agosto de 2009. Volvió a suceder. Otra vez son eritreos. Esta vez los muertos son 65 y entre los barcos acusados de omisión de socorro hay también militares de la OTAN que navegan frente a Trípoli. Nadie hizo nada. La denuncia es espeluznante y procede de los únicos supervivientes del último naufragio sucedido frente a las costas de Libia. Siete eritreos, que están en el centro de detención de Twaisha, en Trípoli, se pusieron en contacto con la diáspora eritrea en Roma y dieron la alarma a través de la agencia Habeshia. Habían salido en barca neumática desde Trípoli el 25 de marzo con 72 pasajeros a bordo, en su mayoría eritreos. La última petición de ayuda fue a través de una llamada telefónica por satélite el 26 de marzo por la tarde. La agencia Habeshia alertó a la Guardia Costera de Roma que logró localizar la señal del satélite a unas 60 millas al norte de Trípoli. Luego, nada. Durante días, los eritreos en Roma solicitaron una intervención pero no se hizo nada. Hasta la tarde del 12 de abril, cuando llegó la llamada de los 7 sobrevivientes desde Libia. Contaron de la muerte por inanición de 65 de los 72 pasajeros, entre ellos mujeres y niños. Uno tras otro, después de dos semanas a la deriva. Cuentan que varios buques de guerra los abandonaron en el mar, probablemente los que participan en las misiones militares de la OTAN en Libia. También había un helicóptero que – dicen – ha pasado por encima de ellos y les lanzó botellas de agua, sin dar la alarma, pues se salvaron gracias a las corrientes que los condujeron a la costa de Libia, donde luego los detuvieron.
Por enésima vez no es la mar la que mata, sino la omisión de socorro de medios militares antes las costas libias. Ahora hace falta que la OTAN aclare el caso. Cuando recorrimos la ruta Malta-Misratah hace dos semanas en un pesquero libio transportando ayuda humanitaria, los buques de las fuerzas armadas de la coalición nos detuvieron tres veces. ¿Acaso es posible que los barcos con destino a Lampedusa se volvieran transparentes para sus radares?
Fuente: http://fortresseurope.blogspot.com/2011/04/i-sette-superstiti.html