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Paraguay creará su sistema nacional de inteligencia

Fuentes: Rebelión

La mayoría de los países latinoamericanos asesorados por el gobierno de Estados Unidos pusieron en marcha dispositivos de inteligencia durante las dictaduras militares, éstos tenían dos características principales: primero, el trabajo de inteligencia dependía exclusivamente de las Fuerzas Armadas, toda la producción quedaba en manos de los militares, y, segundo, el uso tenía un fin […]

La mayoría de los países latinoamericanos asesorados por el gobierno de Estados Unidos pusieron en marcha dispositivos de inteligencia durante las dictaduras militares, éstos tenían dos características principales: primero, el trabajo de inteligencia dependía exclusivamente de las Fuerzas Armadas, toda la producción quedaba en manos de los militares, y, segundo, el uso tenía un fin abiertamente político, lo que permitía mayor eficiencia para la persecusión de los opositores a los regímenes dictatoriales, más claramente identificar la disidencia ideológica para su eliminación.

El monopolio de la inteligencia militar favoreció al mantenimiento de los gobiernos dictatoriales proveyendoles información fidedigna y certera para frenar las insurrecciones populares, lo que en realidad significaba para la dirigencia política y social de oposición una criminal persecusión, el encarcelamiento, el exilio, la tortura y la muerte.

Nadie puede negar que los sistemas de inteligencia fueron útiles para mantener gobiernos hostiles, identificar, perseguir, eliminar la disidencia, ejecución de golpes de estado. Haciendo un salto en el tiempo hacia los regímenes democráticos en los países lationamericanos, valdrían las preguntas: ¿en democracias endebles qué función real tendrá un sistema de inteligencia? ¿Han acabado los violentos golpes para transformarse en blandos o suaves? ¿Cuán útil sería contar con información de inteligencia para perpetrar planes de crisis políticas en escenarios determinados?

A finales de los 90 e inicios del siglo XXI los Estados de diferentes países, ya bajo una democracia formal, consideraron necesario un resurgir de los sistemas de inteligencias y a la vez una reconceptualización de la misma para poder incluirlas como parte de la política estatal y con cierto grado de legitimidad. Esa reconceptualiación viene acompañada de la idea de que los Estados modernos necesitan un sistema de inteligencia, diferente al que se conocía (monopolio militar y persecusión política).

Otro de los fundamentos utilizados es que los Estados puedan desarrollar trabajos de inteligencia para determinar las reales amenazas que a éstos les afecta. En la redefinición de la actividad de inteligencia, se propone superar las «huellas del pasado», o la función que cumplió la inteligencia principalmente en los gobiernos dictatoriales.

Hay casi un consenso que las amenazas del mundo de hoy están marcadas por el terrorismo, narcotráfico, delito organizado, que deben ser materia prima central de los sistemas en cuestión. Casualmente estas amenazas no difieren mucho de las definidas por el Comando Sur de los Estados Unidos que indican como desafiós para la seguridad y estabilidad de los países: «la pobreza y desigualdad, corrupción, terrorismo, crimen, drogas ilegales, desastres naturales» (United States Southern Command Strategy 2018).

Hasta aquí, podemos mencionar al menos dos dificultades: a. Cómo definir los hechos que realmente constituyen amenazas para el Estado, cuáles de ellas son reales, sus efectos, en base a qué criterios. Y, b. Esto se vuelve un problema cuando las definiciones de terrorismo son tan ambiguas y difusas, como ocurre en varios países, incluido el Paraguay1. Pues, puede facilitar las tareas encubiertas, el seguimiento y la recogida de información confundiendo a actores que promueven acciones a favor del cambio social antes que sobre actores que puedan significar una amenaza terrorista.

Modelos vigentes en América Latina: Existen al menos tres modelos de estructuras de inteligencia vigentes en América Latina, según José Manuel Ugarte (2006)2: 1) Organismos civil de inteligencia con amplias facultades y competencias no dependiente de Ministerio, y organismos de inteligencia militares. Su principal caraterística es que depende en forma directa del Poder Ejecutivo, con énfasis en la profesionalización de la actividad de inteligencia, está controlada por los poderes civiles y obtiene amplias funciones. 2) Organismo civil de inteligencia con amplias facultades, competencias, y capacidades, dependientes de un Ministerio, y organismos de inteligencias militares. La dependencia de un ministerio, que asegura el control parlamentario, hay una instancia de inteligencia civil y otra militar. 3) Inteligencia exclusivamente a cargo de las Fuerzas Armadas. Que sería la forma mas desfasada de plantear un sistema de inteligencia.

Posibles consecuencias de una Secretaría de Inteligencia para el Paraguay: Los propulsores de los sistemas de inteligencia afirman que el grado de maduración de la clase política de un país, su solvencia democrática, el respeto a la institucionalidad y legalidad de un Estado de derecho, son aspectos elementales para que se pueda aplicar con éxito.

Ante ello, Ugarte advierte, sobre la injerencia que se suele dar en actividad política y que abarcan también ámbitos como la insurgencia y la protesta social; «Sus ámbitos de interés comprenden también la insurgencia y la protesta social y, generalmente prestan cooperacipon a las instituciones policiales y cuerpos de seguridad en la lucha contra el delito organizado. También incursionan frecuentemente en la actividad política de sus países»(IEEPP, 2006).

Al examinar algunas de las experiencias en el Continente, Ugarte sostiene que son sistemáticas las denuncias de actuación sobre la vida política de los países, pese que en diversos proyectos esto esta proclamado para evitarlo pero que en su aplicabilidad no existen resultados significativos.

Otro aspecto que se denota en las experiencias tienen que ver que estos organismos se utilizan para los gobiernos y no para los Estados, al servicio del gobierno de turno, facilitando una forma de reedición de la persecución a disidentes ideológicos y/o políticos.

En el caso de Paraguay, cuando la actividad política se ejerce aún con altos grados de intolerancia, discriminación, prepotencia y falta de profesionalismo e incluso ética3, debe ser una preocupación qué uso se dará a un sistema de inteligencia que se ha creado desde el Congreso Nacional.

Otro factor que al parecer no se ha considerado en la discusión, es que se estará creando prácticamente un nuevo Ministerios, con todo lo ello implica en cuestiones de gastos y recursos, ¿es realmente una prioridad para el Paraguay? Existiendo además tantos déficits en los ministerios existentes, cuestionados por sus desempeños mezquinos y falta de profesionalismo, ineficiencia, por mencionar algunos de sus males

Fácilmente uno puede presumir que no tardará mucho para que gran parte de la actividad de esta nueva secretaría se extienda hacia el control y el monitoreo de los movimientos sociales, organizaciones campesinas. Otra presunción es el riesgo de la venta de informaciones claves, en un país donde la corrupción y la impunidad son características de nuestra democracia.

Si bien es cierto que muchos países ya cuentan con sistemas de inteligencias y siguen padeciendo de problemas de seguridad, esto no es una solución casi instatánea como algunos congresistas pretenden hacer creer. Hay un riesgo real que lo que se expone en los papeles como forma de modernizar el tabajo de la inteligencia, queden meramente en los aspectos formales y que en la práctica sea utilizada contra los sectores empobrecidos y organizados de la sociedad.

Fuentes:

– IEEPP (Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas). Mirador de seguridad. Nicaragua 2006.

– United States Southern Command Strategy 2018.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.