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Perú

Pedro Castillo y los intereses de la derecha y del empresariado

Fuentes: Rebelión

Las elecciones presidenciales peruanas de 2021 fueron ganadas por un candidato de un partido político de orientación marxista (Perú Libre, 2020: 8). El candidato Pedro Castillo, miembro del partido político Perú Libre, ganó las elecciones presidenciales con una muy ligera diferencia de 45,000 votos de Keiko Fujimori, hija del expresidente Alberto Fujimori, actualmente encarcelado por cargos de corrupción y abusos de los derechos humanos.

Una posible elección de Castillo como presidente del Perú y el rol que podría jugar su partido Perú Libre en el gobierno, fueron considerados una amenaza para el crecimiento económico del país por parte de la derecha y de los principales gremios empresariales del país. Es decir, las políticas que Castillo y el Perú Libre querían implementar atentarían contra los intereses de las empresas. Querían cambiar la constitución, eran defensores de un mayor rol del Estado en la economía y deseaban aumentar los impuestos para las empresas mineras, entre otras políticas. La minería es el principal sector exportador del país y el capital minero transnacional representa la fracción hegemónica de la clase dominante (Lust, 2019: 124-127).

Al margen de una posible amenaza directa que representaban Castillo y Perú Libre para los intereses empresariales, también existió una amenaza potencial por la filiación ideológica de Perú Libre. Tomando en consideración los conocidos postulados marxistas sobre la acumulación del capital, la plusvalía, la explotación, la opresión y la lucha de clases, se podría esperar que en el transcurso de su presidencia, tomando en cuenta el desarrollo de la correlación de las fuerzas de clase, Castillo y Perú Libre iniciarían procesos que podrían llevar, en un determinado momento, a la expropiación del capital, al cambio de las estructuras de los aparatos estatales y a la creación de las bases políticas y sociales formales e informales, a nivel nacional, para comenzar con los cambios sociales transformadores que, siguiendo a Carchedi (1987: 95), pueden definirse como un camino que cambia irreversiblemente las relaciones de producción.1

Aunque Castillo y Perú Libre no obtuvieron la mayoría en el Congreso y como consecuencia ya se estaba esperando que van a tener grandes dificultades para implementar sus propuestas electorales, es la amenaza potencial que encarnaban Castillo y Perú Libre que realmente preocupaba el conjunto de la derecha y del capital. Tener el poder político implica tener una mayor posibilidad para influenciar la población a través de los medios de comunicación estatales y privados. Tener la presidencia de un país genera mayores posibilidades, facilidades financieras y apertura comunicacional, para el desarrollo político de la organización que lo llevó al poder o las organizaciones que lo apoyen.

La amenaza directa que, aparentemente, encarnaban Castillo y Perú Libre, causó una fuerte oposición por parte de la derecha y del empresariado, pero no resultó en una lucha de clases organizada desde arriba que hacía temblar la sociedad. No obstante las campañas de los principales medios de comunicación contra Castillo y Perú Libre antes de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, las acusaciones del equipo de Keiko Fujimori de un supuesto fraude por parte de Castillo y de Perú Libre, y el hecho de que existen indicios que empresas afines a la Sociedad Nacional de Industrias (SNI) y a la asociación de empresas privadas CONFIEP comenzaron a organizarse tras la victoria electoral de Castillo con el objetivo de evitar una nueva derrota electoral en las siguientes elecciones, no hay evidencia que el conjunto de la derecha preparaban un golpe como es casi usual en América Latina cuando un presidente o un candidato presidencial es considerado una amenaza para el capital nacional e internacional. Más aún, los organismos encargados del proceso electoral declararon rápidamente infundadas las mencionadas acusaciones de fraude.

En este articulo tratamos de desarrollar dos objetivos. El primer objetivo de este artículo es demostrar que la derecha y el empresariado no necesitaban usar la práctica de golpe para defender sus intereses porque, en realidad, Pedro Castillo y Perú Libre no amenazaban sus intereses en términos fundamentales, es decir, no ponían en peligro la propiedad privada sobre los medios de producción, no cuestionaron el mercado como el eje central de los procesos de distribución de la riqueza, y no tenían intención de cambiar el modelo económico. Para probar esta hipótesis, estudiamos el programa de Perú Libre, el programa de gobierno presentado por el equipo de Castillo en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, y la fuerza de las organizaciones políticas de izquierda.

El segundo objetivo es analizar el periodo de la presidencia de Castillo. No solo se trata de evidenciar que en la práctica política Castillo y Perú Libre no eran una amenaza directa, sino también que no tenían las bases sociales para peligrar los intereses de la derecha y del capital. Para tales efectos, primero se presenta una breve descripción del historial política de Pedro Castillo. Luego, se detalla lo que podemos llamar las políticas ‘pro-empresariales’ de Castillo. Finalmente, se compara los resultados de las elecciones presidencias de 2021 con los resultados de las elecciones regionales y municipales de 2022.

El desarrollo de los objetivos de este trabajo nos puede llevar a una conclusión respecto a los motivos que llevaron a Castillo para tratar de cerrar el congreso y convocar a nuevas elecciones generales el día 7 de diciembre de 2022 que, al final, causó su destitución y encarcelamiento. Hasta ahora, el ex presidente no se ha pronunciado al respecto.

Consideramos que fue el auto-sabotaje económica, política y social de Castillo que lo llevó a tomar la mencionada decisión. La obstrucción en el Congreso por la derecha y el sabotaje económico por parte del capital impidió que el ex presidente pudo implementar su programa político. Este impedimento fue consecuencia de la amenaza potencial que encarnaban Castillo y Perú Libre.

Este artículo está estructurado en cinco secciones. En la primera sección demostramos que el programa de Castillo y de Perú Libre no era una amenaza real para la derecha y el empresariado. En la sección dos procedemos a analizar la fuerza política y social de la izquierda o las bases políticas y sociales de Castillo. En la tercera sección, después de algunos detalles en relación a la figura de Pedro Castillo, se estudia las políticas implementadas que demuestran que Castillo no era una amenaza real para los intereses empresariales. La sección cuatro analiza los resultados regionales y municipales de 2022. En la sección cinco examinamos la caída de Castillo. Argumentamos que su caída fue consecuencia de la imposibilidad de que Castillo se convierte en una amenaza real para la derecha y el empresariado. En la última sección presentamos nuestras conclusiones.

1. La ausencia de propuestas transformacionales

En la introducción al programa del partido Perú Libre se lee que con “el neoliberalismo nuestras empresas estatales fueron privatizadas; la libertad de mercado, libertad de empresa, libertad de industria y libertad de finanzas, quebraron nuestra incipiente industria nacional pública y privada; se socializaron las pérdidas y privatizaron las ganancias; se dio exclusividad monopólica a las empresas extranjeras; con la flexibilización laboral se autorizó mayor explotación legal al trabajador; se incrementó la brecha de desigualdad en el país, el hombre quedó reducido a ser un medio de producción o simple mercancía; y nos llevaron a una condición de neocolonia. En otras palabras, impusieron libertad para los ricos y coacción para los pobres” (Perú Libre, 2020: 7).

La introducción al programa da la impresión que Perú Libre apuntaría a un cambio revolucionaria o transformacional cuando obtenga el poder político. Sin embargo, lo revolucionario se queda en la introducción. El resto del programa electoral de la primera vuelta como también el plan de gobierno presentado por el equipo de Castillo en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales no preveían cambios sociales transformadores, sino reformas de carácter socialdemócrata, al estilo de los cambios implementados por los gobiernos de Rafael Correa en Ecuador y Evo Morales en Bolivia.

En su programa, el partido sostiene que la constitución neoliberal de 1993 convirtió la sociedad peruana en una sociedad de mercado, “donde el hombre esta reducido a ser solo un medio de producción o una simple mercancía más” (Perú Libre, 2020: 10). Sin embargo, en la sociedad de Perú Libre no se elimina el mercado como es de esperar, sino el mercado se mantiene y habrá lugar para empresas privadas y públicas.

Perú Libre trata de humanizar el capitalismo o dar un rostro humano al capitalismo. No elimina la explotación del ser humano por otro ser humano, pero las actividades desarrolladas por las empresas privadas deben estar en beneficio de la población (Perú Libre, 2020: 14). Además, en clara contradicción con lo anterior, considera que las condiciones laborales pueden mejorarse a través de la negociación colectiva cuando la empresa tiene éxito, es decir, cuando incrementa sus ganancias, mejora su rentabilidad y/o cuando tiene una mayor posición en el mercado.

El modelo económico basado en la extracción y la exportación de recursos naturales y la inversión extranjera directa en los sectores extractivos, especialmente en los sectores mineros y de hidrocarburos, no se cambiaría (Perú Libre, 2020: 66). Según el partido, el Perú “solo tiene la oportunidad de salir del subdesarrollo gracias al extractivismo sostenible y responsable como alternativa ante el extractivismo neoliberal irresponsable e insostenible” (Perú Libre, 2020: 34).

Las propuestas más radicales del programa se refieren a la necesidad de un cambio constitucional, la reinversión de las ganancias en la economía, la eliminación de beneficios fiscales para las empresas2 y la revisión de todas las concesiones de carreteras, ferrocarriles, cielos, puertos y empresas estatales que habían sido privatizadas. El uso de los recursos naturales debe estar “nacionalizados y explotados en función del bienestar popular” porque “son la única oportunidad para vencer la dependencia extranjera, el neocolonialismo y erradicar la pobreza” (Perú Libre, 2020: 60). La “nacionalización” de los recursos naturales significa que las empresas transnacionales deben asegurar que la explotación de estos recursos sirve a la población. No significa la expropiación o la estatización de estas empresas.

La implementación de estas propuestas radicales no causaría un cambio revolucionario de la sociedad porque para que eso ocurre se debería iniciar procesos transformacionales de todos los aspectos de la vida social y no se reduce a la economía. Eso implicaría, por ejemplo, también un cambio de la organización política de la sociedad (una transformación política) y un cambio de la forma en que los individuos se relacionan entre sí, producto de un cambio de las relaciones de producción de la sociedad (transformación social y cultural).

Las propuestas radicales de Perú Libre apuntan al desarrollo de una economía capitalista de orientación nacional en vez de un proceso hacia una economía socialista. Sin embargo, un giro hacia la orientación nacional de la economía peruana puede afectar las empresas grandes y transnacionales a través del sistema tributario (ver abajo), pero no amenaza su propiedad de los medios de producción. En vez de una orientación hacia el mercado externo, el país buscaría un desarrollo económico hacia adentro.

Como era de esperarse, el programa de Perú Libre de la primera vuelta es mucho más radical que su programa de gobierno presentado en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Con respecto al papel del Estado en la sociedad, por ejemplo, el programa de gobierno propuso fortalecer su papel regulador, dentro “del enfoque de una economía mixta”. Los monopolios y oligopolios serían “regulados activamente” y las empresas nacionales y extranjeras que invierten en el Perú, pagan sus impuestos y respetan los derechos laborales, serían consideradas aliadas del partido. Se estimula el desarrollo de las empresas privadas (Perú Libre, 2021: 7-8).

Aparte de incrementar el rol del Estado en la economía a través de su rol como regulador, el programa para la segunda vuelta propuso aumentar los impuestos para las grandes empresas y la eliminación de diversas exoneraciones tributarias. También propuso “regalías en función a las ventas”, y la “renegociación de contratos de estabilidad tributaria con las grandes empresas” (Perú Libre, 2021: 10).

El 26 de agosto de 2021, el primer ministro Guido Bellido presentó la línea política general del gobierno de Castillo para el período 2021-2026. Se trata de una lista bien conocida de propuestas e intenciones que podrían mejorar la situación social y económica de la gran mayoría de la población.

2. La debilidad de la izquierda

Un estudio sobre el desarrollo de la izquierda electoral en los últimos veinte años revela que la victoria de la izquierda no fue una verdadera sorpresa, aunque no se esperaba que un candidato de un partido marxista tuviera posibilidades reales de ganar. Se pensaba que la candidata programática e ideológicamente moderada Verónica Mendoza fuera la principal contendiente de la izquierda.

En 2006, el candidato nacionalista Ollanta Humala logró, con la ayuda de las fuerzas progresistas, llegar a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Alan García, sin embargo, candidato de la antigua organización socialdemócrata APRA, convertido en un partido del centro derecha, ganó estas elecciones. Cinco años después, Humala cumplió sus planes de convertirse en presidente. Respaldado por la izquierda, logró vencer a la candidata de derecha, Keiko Fujimori. En las elecciones presidenciales de 2016 la izquierda obtuvo alrededor del 20% de los votos válidos. En 2021, en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, la izquierda alcanzó el 26% de los votos; el 18,9% correspondió a la candidatura de Castillo.

La victoria de Castillo y de Perú Libre fue producto de un trabajo electoral. Es decir, la victoria no se basó en un trabajo político y social de larga duración. Fue una victoria fortuita.

Datos sobre la sobre el número de sindicatos registrados, huelgas, trabajadores involucrados en las huelgas y las horas-hombre perdidas, muestran que la victoria electoral de Castillo no fue precedida por un salto cualitativo en la lucha de clases y en la organización de la resistencia social contra la derecha y el empresariado peruano. En la tabla 1 presentamos el número de sindicatos registrados en el periodo 2000-2020 y en tabla 2 encontramos el número de huelgas, la cantidad de trabajadores involucrados en estas huelgas y las horas-hombre perdidas en los años comprendidos entre 2001 y 2020.

Tabla 1. Número de sindicatos registrados: 2000-2020

Año Número de sindicados registrados
2000 38
2001 89
2002 114
2003 147
2004 86
2005 118
2006 123
2007 196
2008 201
2009 202
2010 240
2011 235
2012 265
2013 200
2014 181
2015 234
2016 141
2017 159
2018 145
2019 150
2020 27
2021 107

Fuente: https://cdn.www.gob.pe/uploads/document/file/3386948/Anuario%202021.pdf?v=1657315806 (consultado 14/06/2023).

Tabla 2. Huelgas, trabajadores involucrados, y horas-hombre perdidas: 2001-2020

Año Huelgas Trabajadores involucrados Horas-hombre perdidas
2001 40 11,050 488,930
2002 64 22,925 912,648
2003 68 37,323 881,362
2004 107 29,273 582,328
2005 65 19,022 478,738
2006 67 19,565 446,584
2007 73 48,096 2,216,520
2008 63 34,011 1,520,960
2009 99 36,114 1,452,466
2010 83 30,606 1,279,380
2011 84 26,770 1,799,416
2012 89 25,845 1,878,696
2013 94 26,736 1,573,202
2014 95 40,681 3,153,018
2015 47 32,066 1,925,632
2016 41 20,463 3,084,056
2017 45 56,610 3,006,494
2018 54 21,496 738,864
2019 67 110,154 2,085,856
2020 23 126,868 3,653,184

Fuente: Ministerio de Trabajo y Promoción de Empleo (2020).

Los datos sobre el número de sindicatos registrados en el período 2000-2020 muestran que el nivel organizativo de los sindicatos no aumentó estructuralmente. De hecho, incluso se puede observar una tendencia a la baja. Tampoco se ve un aumento estructural del número de huelgas; sin embargo, el número de trabajadores que participaron en las huelgas de 2019 y 2020 fue notablemente mayor que en los años anteriores. Esto parece un asunto coyuntural y no el resultado de un trabajo político y sindical permanente. Por ejemplo, en 2018 casi se llegó al número más bajo de trabajadores involucrados en las huelgas en el período 2000-2020. Además, las horas-hombre perdidas en 2019 y 2020 son comparables con las de 2007, 2014 y 2016.

A partir de los datos sobre la evolución del número de sindicatos, huelgas, trabajadores involucrados y las horas-hombre perdidas, se podría argumentar que los resultados electorales de las elecciones presidenciales y de las elecciones para el Congreso, no han sido producto de una mayor politización de las masas populares o de las supuestas bases objetivas de la izquierda.3 El hecho de que la izquierda haya logrado ganar el poder gubernamental como resultado de una victoria electoral y no de un triunfo social, es la consecuencia de un cambio de las concepciones estratégicas de lo que podría llamarse la izquierda socialista. Estos cambios se remontan a principios de los años 1980, con el regreso de la democracia parlamentaria después de 12 años de dictadura militar.

Desde los años 1980, la izquierda socialista peruana se había convertido en una izquierda electoral. En vez de llegar al poder a través de la lucha de clases en las calles y en las organizaciones públicas y privadas, consideraba que la vía electoral era la más adecuada. Esto significa que, en lugar de desarrollar un trabajo político en relación directa con las organizaciones sociales de base, urbanas y rurales, movimientos sociales y otro tipo de organizaciones sociales, la izquierda comenzó a desarrollar su relación con las masas a través de la participación electoral (Lust, 2019: 172-173).

La participación de la izquierda en las elecciones presidenciales y municipales de 1980 fue crucial para el cambio de la estrategia de la izquierda socialista. Mientras que en los años anteriores la izquierda había trabajado en la clandestinidad, ahora algunos de sus representantes habían sido elegidos para formar parte del Senado y la Cámara de Diputados. Entonces, en lugar de luchar contra el sistema político burgués, la izquierda socialista empezó a formar parte del sistema.

El regreso de la democracia hizo que el trabajo político en los municipios fuera más importante que el trabajo sindical. Las células o unidades de los partidos de izquierda ya no estaban realmente preocupadas por trabajar en los sindicatos, sino que comenzaron a interesarse más por la vida municipal (Lust, 2019: 173). Según Roberts (1998: 247), “la política parlamentaria reforzó las jerarquías partidistas y desplazó el foco del trabajo organizativo del terreno social a la esfera electoral. […] Debido a que sus líderes y cuadros estaban preocupados por las tareas del Congreso y las campañas electorales, los partidos se desvincularon cada vez más de las luchas populares en la esfera social”. Entonces, si bien en la década de 1980 la coalición izquierdista de Izquierda Unida era considerada la organización electoral marxista más fuerte de Sudamérica (McClintock y Vallas, 2005: 71) e incluso llegó a convertirse en la segunda fuerza política del país, poco a poco se inició un proceso que eliminó las bases políticas y sociales de la izquierda. Cuando la izquierda se vio obligada a abandonar los municipios porque había perdido las elecciones, también perdió su trabajo político con las masas.

El cambio de la estrategia hizo que la izquierda empezara a depender de las fuerzas exógenas de sus organizaciones. En lugar de intentar ampliar las bases políticas y sociales de sus organizaciones mediante un trabajo político sostenido, pasó a depender del poder de los sindicatos (afiliación y número de huelgas), y el nivel de satisfacción e insatisfacción política de las masas populares provocado por fuerzas políticas, sociales y económicas fuera de sus organizaciones.

La crisis económica a finales de los años 1980 en el contexto de una guerra interna brutal entre el Estado peruano y las organizaciones izquierdistas armadas, y la implementación del neoliberalismo en América Latina que culpaba las políticas económicas desarrolladas e introducidas desde el Estado por la crisis, inflación y el hambre, en conjunto con la reducción del poder de los sindicatos en la década noventa4, convirtieron a la izquierda en un paciente agonizante que esperaba ser liberado de su miseria. La izquierda desapareció del ámbito electoral.5 La “caída” de Fujimori en 2000, producto de las contradicciones internas dentro de la burguesía en lugar de la fuerza política y movilizadora de la izquierda, ayudó al regreso de la izquierda en el Congreso (Lust, 2019: 60).

3. La presidencia de Castillo y los intereses empresariales

Pedro Castillo ha sido un candidato presidencial débil y un presidente débil. Las entrevistas de Pedro Castillo con diversos medios de comunicación y su participación en debates políticos, demostraron que no tenía las facultades para discutir sobre una amplia gama de temas clave. Simplemente no manejaba muchos aspectos de la política nacional e internacional y lo admitió (Hildebrandt en sus trece, 2022).

Castillo era un líder sindical de docentes de primaria y secundaria. Había liderado una exitosa huelga magisterial en 2017 que duró 4 meses y que la lanzó a la fama nacional. Sin embargo, por un largo tiempo, de 2005 a 2017, fue miembro del partido Perú Posible del expresidente Alejandro Toledo. En 2002, incluso, había intentado convertirse en alcalde del empobrecido distrito de Anguía en la provincia de Chota (región de Cajamarca).

Las políticas que se desarrollaron e implementaron durante la presidencia de Castillo se basaron en ideas contradictorias. Por ejemplo, por un lado, buscaba una mayor intervención estatal en la economía y, por otro lado, quería mantener los mercados funcionando sin la participación estatal. La falta de una visión coherente sobre las políticas que el país necesitaba implementar para aumentar el bienestar social de la gran mayoría de la población impidió una ruptura con las políticas neoliberales del pasado y la continuidad del status quo político y social.

El hecho de que no se elaboraron propuestas políticas ni se iniciaron debates sobre el desarrollo de procesos que pudieron conducir a transformaciones políticas, económicas y sociales de acuerdo a la filiación marxista de Perú Libre, no solo tuvo que ver con la imposibilidad de gobernar por los continuos procesos de censura contra sus ministros, sino también con la debilidad política y profesional de sus ministros. Nombró un número récord de ministros.6 Muchos de ellos eran personas que no tenían las calificaciones intelectuales o profesionales adecuadas para desempeñarse como representantes de la nación peruana.

En su primer discurso presidencial del 28 de julio de 2021, Castillo propuso un referéndum sobre la cuestión de convocar a una Asamblea Constituyente que tendría la tarea de elaborar una nueva constitución, y exigió un papel activo de la petrolera nacional del país en la exploración y explotación de los yacimientos de petróleo y gas nacional. También anunció que presentaría una propuesta que garantizaría el acceso a los servicios de salud para todos los peruanos, y que el palacio de gobierno se convertiría en un museo.

A pesar del carácter radical de algunas de las propuestas de Castillo en su primer discurso presidencial, en lo económico apuntó a la paz social. Por ello, no sólo eligió al socialdemócrata Pedro Francke como su ministro de Economía y Finanzas, sino también ratificó al neoliberal Julio Velarde como presidente del banco central del país. Ambos están en contra de un cambio de la constitución. Según Francke, la implementación de las propuestas de Castillo no requiere un cambio de la constitución.7

Durante su presidencia, Castillo intentó, en varias oportunidades, convencer a las corporaciones de que su gobierno estaba a favor de las inversiones privadas.8 En conversaciones con las principales organizaciones empresariales del Perú, les dijo que respetaba las garantías jurídicas que protegían sus inversiones. Sólo quería promover la libertad y la competencia, y no permitió monopolios, oligopolios ni cárteles.9

En sus visitas a la Cámara de Comercio de Estados Unidos en septiembre de 2021 y durante reuniones en marzo de 2022 con la Cámara de Comercio Chile-Perú y el Consejo de Empresa Chile-Perú, pidió a los capitales estadounidenses y chilenos que invirtieran en el Perú. En junio de 2022, en la IV Cumbre de CEO de las Américas, Castillo trató de convencer a las empresas que no deberían tener miedo a invertir en el Perú.10

En contraste con los esfuerzos por persuadir al capital de las buenas intenciones de sus gabinetes, las propuestas relacionadas con cuestiones laborales tuvieron un carácter más radical. En el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo se desarrollaron propuestas que apuntaron a la eliminación de los contratos laborales especiales y temporales, al restablecimiento de la negociación colectiva en el sector público y a la prohibición de la subcontratación de las principales actividades de una empresa.11

Si bien la caída de Castillo en diciembre de 2022 permitió eliminar el plan para prohibir las actividades de subcontratación, dentro de sus gabinetes no todos los ministros estaban a favor de las ideas de restringir la subcontratación. A principios de noviembre de 2022, el ministro de Economía y Finanzas Kurt Burneo, economista de orientación neoliberal que había sustituido a Francke, declaró que no se opondría si la propuesta de prohibir la subcontratación de las actividades principales de una empresa no era aceptada por el Congreso porque consideraba que no tendría los resultados esperados.12

Perú Libre consideró a la minería muy importante para el progreso económico y social del país. En concordancia con algunas de las políticas implementadas por los ex presidentes Rafael Correa de Ecuador y Evo Morales de Bolivia, propuso utilizar los recursos financieros (recaudación) que se pudieran obtener de la extracción de recursos minerales para aumentar el bienestar social. En otras palabras, buscó cambiar el extractivismo neoliberal por un extractivismo progresista o neoextractivismo productivista, como lo llamaría Svampa (2013: 34-35; 2019).

La política noeextractivista de Perú Libre hace entender por qué el gobierno de Castillo no había iniciado procesos que pudieron cambiar la relación entre las corporaciones mineras y las comunidades campesinas o por qué no había organizado una discusión pública sobre la planificación económica y social del territorio peruano. Sólo pretendía obtener más recursos financieros a través del aumento de los impuestos a la minería.

La idea de aumentar el pago de impuestos a las empresas mineras formó parte de la reforma tributaria integral que presentó, en 2021, el ministro de Economía y Finanzas. El objetivo era aumentar la presión fiscal y los ingresos fiscales.13 No sólo las empresas mineras verían incrementado los impuestos que deberían pagar, sino también la ciudadanía en general.14 Las propuestas que se habían elaborado en cooperación con el Banco Mundial no prosperaron. El Congreso votó en contra de su implementación.15

Tras las fallidas intenciones del ministro de Economía y Finanzas Francke de cambiar el sistema fiscal para las empresas mineras, en septiembre de 2022 el ministro de Economía y Finanzas Burneo declaró que no se introducirían cambios en el sistema tributario. También dijo que no se desarrollarían ni implementarían nuevas regulaciones ambientales.16

4. Los resultados de las elecciones regionales y municipales de 2022

Los resultados de las elecciones regionales y municipales de 2022 fueron un desastre para la izquierda. Perú Libre y la alianza electoral izquierdista Juntos por el Perú liderado por Verónica Mendoza, ni se presentaron para la presidencia regional en todas las regiones y mucho menos en todos los municipios.

En la primera vuelta de las elecciones presidenciales, Castillo obtuvo 2,724,752 votos y Perú Libre 1,724,303. Mendoza obtuvo 1,132,577 votos y Juntos por el Perú, 847,570 votos. Aproximadamente un año después de la victoria de Castillo y de Perú Libre en las elecciones presidenciales y del Congreso, casi no quedó nada de esta victoria. Mientras Perú Libre obtuvo un total de 622,265 votos, divididos sobre los resultados electorales regionales y municipales, Juntos por el Perú obtuvo un total de 821,755 votos.17

La escasa cantidad de votos que obtuvo Perú Libre en las elecciones regionales y municipales de 2022 demuestra su falta de bases políticas y sociales. En base de los votos obtenidos por parte de Juntos por el Perú, podemos concluir que la presidencia del país en manos de la izquierda no generó beneficios electorales para la izquierda en general.

El desastre electoral se debe a dos factores. En primer lugar, tiene que ver con el hecho de que los gabinetes de Castillo no lograron demostrar a la población los beneficios de tener un gobierno progresista. Esta debilidad está directamente relacionada con la incapacidad de los diferentes gabinetes de Castillo para implementar el programa de gobierno y la falta de profesionales de izquierda que podrían haber iniciado procesos hacia la transformación político, económico, social y cultural del país. En segundo lugar, esta debilidad es producto del hecho de que la izquierda no desarrolló e implementó una estrategia para ganar la población para sus propuestas después de la victoria electoral presidencial.

Perú Libre, o su candidato presidencial Pedro Castillo, solo acumuló el 18,9% del voto válido y Juntos por el Perú el 7,9%. Esto significa que alrededor del 75% de los votos válidos no fueron a favor de ningún candidato de izquierda. Estos resultados deberían haber formado la base para desarrollar e implementar políticas que podrían haber permitido ampliar las bases políticas y sociales del gobierno. Eso no ha ocurrido. No se crearon comités de base que podrían haber apoyado al gobierno. El trabajo político fue reducido al debate y la lucha en el Congreso

5. La caída Castillo

El 7 de diciembre de 2022, Castillo puso fin a su presidencia. En un mensaje a la nación, el presidente anunció que disolvería el Congreso y convocaría a nuevas elecciones legislativas. Este nuevo Congreso tendría la tarea de elaborar una nueva constitución. Sin embargo, el Congreso consideró la acción de Castillo un autogolpe. Después de que los congresistas de derecha e izquierda, incluidos miembros de Perú Libre, lo destituyeron, fue arrestado.

La detención de Castillo fue el comienzo de protestas masivas y prolongadas contra el gobierno de la ex vicepresidenta de Castillo, Dina Boluarte, la primera mujer presidenta en la historia del Perú. Si bien una parte de los manifestantes quería que Castillo regresaría al poder político, la mayoría exigió nuevas elecciones generales.

La represión de las protestas provocó la muerte de decenas de personas y tensiones diplomáticas internacionales con Colombia, México y Chile (Lust, 2023). Las protestas que comenzaron inmediatamente después del juicio político a Castillo no cesaron durante 2023.

La caída de Castillo no fue orquestada por la derecha, aunque la prolongada crisis política causada por los continuos procesos de censura contra una gran cantidad de ministros y las permanentes acusaciones de corrupción contra el presidente podrían decirnos lo contrario. En este contexto, se debe recordar que la derecha tenía la mayoría en el Congreso. Entonces, cualquier actividad política por parte del ex presidente Castillo encontraría la posibilidad de estar censurada. Que la derecha tenía la mayoría en el Congreso no era la razón por la cual el conjunto de las fuerzas de la derecha y del empresariado, al final, ‘aceptaron’ una victoria presidencial de Castillo como argumentamos en la introducción. La obstrucción en el Congreso fue para impedir el desarrollo de la amenaza potencial.

La decisión del presidente Castillo de disolver el Congreso es producto directo de su fracaso para cambiar el rumbo político, económico y social de la sociedad (la amenaza potencial). La razón de su fracaso es su propio auto-sabotaje, económica, política y socialmente.

Castillo se autosaboteó económicamente cuando mantuvo a Velarde como presidente del Banco Central de Reserva del Perú y cuando convirtió a Francke en su ministro de Economía y Finanzas. La situación empeoró cuando puso a un declarado neoliberal como Ministro de Economía Finanzas en remplazo del socialdemócrata Francke. Castillo se autosaboteó políticamente cuando su programa electoral inicial, es decir, el programa de Perú Libre que estaba “vigente” en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, no se convirtió en un programa político coherente con una clara visión sobre el futuro del país y con objetivos concretos alcanzables para las diferentes áreas gubernamentales. Castillo se autosaboteó socialmente cuando no estableció una alianza política duradera con las fuerzas políticas fuera de Perú Libre y cuando no creó comités políticos a nivel nacional para construir el necesario apoyo popular para su gestión.

El conjunto de las fuerzas políticas de la derecha, el capital local y extranjero, venían trabajando por el auto-sabotaje del presidente Castillo. Esto es claramente visible cuando tomamos en consideración las múltiples propuestas de la derecha para censurar a Castillo y sus ministros. En el caso del capital local y extranjero, podríamos señalar la fuga de capitales en 2021 (Lust y Cypher, 2021, 26-27) y la declarada falta de confianza de las empresas en la presidencia de Castillo. Sin embargo, no podían esperar que Castillo tomara la iniciativa de superar esta situación intentando de disolver el Congreso. Aunque fracasó, logró despertar a la población.

6. Conclusiones

El gobierno de Pedro Castillo no era un gobierno empresarial. El hecho de que sus propuestas y prácticas políticas no fueron una amenaza para la derecha y el empresariado, no convierte su gobierno en un régimen que trataba de favorecer al capital.

El gobierno de Castillo era un gobierno de carácter socialdemócrata. El partido Perú Libre se consideraba a sí mismo como un partido marxista, pero sus programas electorales eran de tipo socialdemócrata. Sin embargo, ni Castillo ni Perú Libre lograron implementar sus propuestas políticas. Además, es importante resaltar que la ausencia de cuadros revolucionarios en los aparatos del estado, en el gobierno, y en el entorno del presidente, no sólo abrió el espacio político para los profesionales con una orientación socialdemócrata, sino que también mantuvo a los tecnócratas de derecha en sus puestos en los diferentes ministerios. Es decir, la implementación de las propuestas de Castillo y de Perú Libre careció de profesionales revolucionarios para hacerlo.

La presidencia de Castillo no estaba destinada al fracaso. Aunque se daban todas las condiciones para que no terminara su período de cinco años como presidente del Perú, la historia podría haber sido diferente. Todo eso tiene que ver con los factores subjetivos de los procesos de cambio, es decir, con la capacidad política de los líderes, el desarrollo político, ideológico y social de las organizaciones políticas que apoyan a los procesos de transformación política, económica, social y cultural, y cómo y de qué manera las propuestas están, en cierto modo, arraigadas en la población. Es por la amenaza potencial que personificaban Castillo y Perú Libre, que la derecha en el Congreso desarrolló e implementó cabalmente su política de obstrucción estructural.

A pesar de la debilidad de los factores subjetivos, creemos que las fuerzas progresistas han tenido la oportunidad de superar sus propias debilidades. Si hubieran preferido el trabajo con las masas a través de las organizaciones de base en lugar del trabajo parlamentario, podrían haber creado la base social que le habría dado tiempo para organizarse, desarrollarse y madurarse antes del combate final con la derecha.

La propuesta más radical de los gabinetes de Castillo fue su intención de convocar a un referéndum sobre una Asamblea Constituyente. Ninguno de los gabinetes de Castillo logró llamar a un referéndum, aunque las intenciones de hacerlo eran verdaderas y claras. La razón principal por no haber logrado la convocatoria al referéndum fue que Castillo y el conjunto de las fuerzas progresistas no movilizaron ni pudieron movilizar la población para este objetivo.

La maniobra política de Castillo el día 7 de diciembre de 2022 fue producto de la incapacidad del mismo presidente y de la izquierda en general para superar la derecha e implementar sus propuestas políticas. Al convertirse en mártir de un proceso de cambio político, económico, social y cultural transformador, podría existir la posibilidad de que desencadena el apoyo político y social a los procesos de cambio transformacional. El movimiento de protesta que comenzó después de su juicio político y encarcelamiento, puede ayudar a desarrollar y madurar los factores políticos, ideológicos, sociales y culturales que se necesitan para un cambio transformacional.

Referencias

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Notas:

1 El proceso de desarrollo capitalista provoca transformaciones productivas y sociales dentro del capitalismo. La transformación social revolucionaria del capitalismo es la transformación completa de todos los aspectos de la vida social en el capitalismo. El concepto de transformación social revolucionaria podría considerarse similar al de cambio sistemático; sin embargo, creemos que una transformación social revolucionaria es irreversible y tarda un tiempo considerable en “madurar” después de que ha ocurrido un cambio sistemático. Un cambio sistemático es reversible. Un cambio irreversible de las relaciones de producción es una transformación social revolucionaria.

2 Ejemplos de estos tratamientos tributarios beneficiosos son los acuerdos de estabilidad jurídica con las empresas transnacionales en los que el Estado peruano se comprometió a no cambiar, durante diez a quince años, el sistema tributario aplicado a las empresas firmantes a cambio de inversiones en la economía del país, entre otros. Otros mecanismos legales preferenciales están relacionados con la depreciación acelerada; posibilidades de deducir las inversiones en infraestructura pública de los pagos de impuestos adeudados; y la exoneración del pago de impuestos hasta recuperar la inversión inicial (Campodónico Sánchez, 1999: 17-24).

3 En general, se sabe que en la tradición marxista las organizaciones socialistas consideran al proletariado, al semi-proletariado urbano, al campesinado y al semi-proletariado rural sus bases sociales objetivas. A través de la revolución socialista se supone que el proletariado, el campesinado y el semi-proletariado serán liberados en el sentido de que ya no serán explotados ni oprimidos. El poder estatal en manos de estas clases y fracciones de clase es una condición previa para la abolición de la explotación y la opresión económica. Los sindicatos, las organizaciones campesinas y las organizaciones sociales del movimiento popular son las bases políticas de la izquierda en general y de la izquierda socialista en particular. Mientras los sindicatos y las organizaciones campesinas son organizaciones de clase y tienen, en general, objetivos propios de clase, las organizaciones sociales del movimiento popular están compuestas por diferentes clases sociales y sus objetivos no se reducen a una clase o una fracción de clase en particular.

4 Mientras en 1990 21,9% de los trabajadores asalariados estaba afiliado a un sindicato, en 2000 este porcentaje se había reducido a 2,8% (Cuadros Luque, 2017: 68),

5 En las elecciones generales de 1990, el conjunto de la izquierda (Izquierda Unida e Izquierda Socialista) obtuvo 9 senadores (15% de todos los senadores) y 20 diputados (11,1% de todos los diputados), en https://pdba.georgetown.edu/Elecdata/Peru/percon.html (consultado 07/11/2023). En 1995, la coalición Izquierda Unida logró 2 escaños en el Congreso (1.88% de todos los escaños), en https://pdba.georgetown.edu/Elecdata/Peru/legparty95.html (consultado 07/11/23).

6 Fuente: “Pedro Castillo y su récord de inestabilidad: 59 ministros en tan solo el primer año de gobierno”, en https://elcomercio.pe/politica/ec-data-pedro-castillo-y-su-record-de-inestabilidad-59-ministros-en-tan-solo-el-primer-ano-de-gobierno-noticia/ (consultado 22/06/2023).

7 Fuente: “Medidas económicas no requieren cambiar la constitución”, en https://larepublica.pe/economia/2021/08/12/pedro-francke-medidas-economicas-no-requieren-cambiar-la-constitucion (consultado 19/07/23).

8 Es interesante observar que casi al final de la presidencia de Castillo, el presidente del banco central peruano aseguró que las empresas ya no tenían miedo al gobierno, pero aún existía la desconfianza, en “La mayoría de las expectativas empresariales en el tramo optimista”, en https://larepublica.pe/economia/2021/11/06/reactivacion-economica-la-mayoria-de-las-expectativas-empresariales-en-el-tramo-optimista-mef (consultado 09/07/23). Además, una encuesta del Banco Central de Reserva del Perú reveló que a partir de septiembre de 2022 las empresas estaban aumentando su confianza en el gobierno, en “La mayoría de las expectativas empresariales en el tramo optimista”, en https://larepublica.pe/economia/2021/11/06/reactivacion-economica-la-mayoria-de-las-expectativas-empresariales-en-el-tramo-optimista-mef (consultado 09/07/23).

9 Fuente: “Castillo a empresarios: ‘Tienen las garantías para invertir en el Perú’”, en https://larepublica.pe/economia/2021/11/19/pedro-castillo-a-empresarios-tienen-las-garantias-para-invertir-en-el-peru-cade-ejecutivos-2021 (consultado 09/07/23).

10 Fuente: “Castillo pide inversión en cita con grandes transnacionales”, en https://larepublica.pe/politica/2022/06/10/pedro-castillo-pide-inversion-en-cita-con-grandes-transnacionales-cumbre-de-las-americas-estados-unidos (consultado 09/07/23).

11 Fuente: “Empresas no podrán tercerizar trabajadores en su núcleo de negocio”, en https://semanaeconomica.com/que-esta-pasando/articulos/empresas-no-podran-tercerizar-actividades-de-su-nucleo-de-negocio (consultado 11/07/23). La propuesta de prohibir la subcontratación de las principales actividades de la empresa estaba en concordancia con los requisitos para formar parte de la organización de países capitalistas avanzados; es decir, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en “5 claves de la nueva norma que prohíbe la tercerización laboral en actividades del núcleo del negocio”, en https://elperuano.pe/noticia/140048-5-claves-de-la-nueva-norma-que-prohibe-la-tercerizacion-laboral-en-actividades-del-nucleo-del-negocio (consultado 29/07/2023).

12 Fuente: “Economía peruana solo crecería hasta en 3%”, en https://larepublica.pe/economia/2022/11/09/economia-peruana-solo-creceria-hasta-en-3-ministerio-de-economia-kurt-burneo-congreso-tercerizacion-laboral-crecimiento-economico (consultado 11/07/23).

13 Actualmente, la presión fiscal en el Perú es muy baja. En los años comprendidos entre 1990 y 2019, la presión fiscal en los países pertenecientes a la OCDE osciló entre 31,1% y 34%. El rango promedio de América Latina y del Caribe se sitúa entre el 15,7% y el 22,7%. En el caso del Perú, estos porcentajes fueron respectivamente del 12% y el 19,2% (OCDE et al. 2021: 171). El Congreso peruano no aceptó la reforma tributaria y redujo las posibilidades del gobierno de aumentar sus gastos para cumplir con sus promesas electorales.

14 Fuente: “Reforma tributaria apunta hacia los que más ganan”, en https://larepublica.pe/economia/2021/10/28/reforma-tributaria-apunta-hacia-los-que-mas-ganan-pedro-francke-sunat (consultado 09/07/23).

15 Fuente: “El MEF alista reforma tributaria para el sector minero y mypes”, en https://larepublica.pe/economia/2021/10/19/el-ministerio-de-economia-y-finanzas-alista-reforma-tributaria-para-el-sector-minero-y-mypes-pedro-francke (consultado 09/07/23) y “Comisión de Constitución bloquea reforma tributaria”, in https://larepublica.pe/economia/2021/12/16/comision-de-constitucion-bloquea-reforma-tributaria-mef-congreso (consultado 09/07/23).

16 Fuente: “No habrá nuevos impuestos para la minería”, en https://larepublica.pe/economia/2022/09/28/kurt-burneo-perumin-2022-no-habra-nuevos-impuestos-para-la-mineria-ministerio-de-economia-conflictos-sociales-las-bambas (consultado 09/07/23).

17 Fuentes: https://resultadoshistorico.onpe.gob.pe/ERM2022/EleccionesRegionales/ReGobVic/010000 y https://resultadoshistorico.onpe.gob.pe/ERM2022/EleccionesMunicipales/RePro/010000/010200 (consultad 04/11/2023).

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