El presidente de Polonia, Lech Kaczynski, firmó ayer en Varsovia el Tratado de Lisboa, con lo que se salva el penúltimo obstáculo para su entrada en vigor, pendiente ahora de la rúbrica por parte del máximo mandatario de la República Checa, Vaclav Klaus, conocido por su euroescepticismo. Kaczynski suscribió el documento en un acto en […]
El presidente de Polonia, Lech Kaczynski, firmó ayer en Varsovia el Tratado de Lisboa, con lo que se salva el penúltimo obstáculo para su entrada en vigor, pendiente ahora de la rúbrica por parte del máximo mandatario de la República Checa, Vaclav Klaus, conocido por su euroescepticismo.
Kaczynski suscribió el documento en un acto en el que estuvo acompañado por los presidentes de la Comisión y del Parlamento Europeo, José Manuel Durao Barroso y Jerzy Buzek, y del presidente de turno de la UE y primer ministro de Suecia, Fredrik Reinfeldt. Con esta rúbrica, Kaczynski pone fin a más de un año de oposición al documento y sube finalmente a Polonia al tren de la construcción europea, del que ya sólo la República Checa queda al margen como único país que no ha completado el proceso de ratificación.
El Tratado «mejora» el funcionamiento de las instituciones comunitarias, señaló Lech Kaczynski, que cumplió así su anuncio de ratificar el texto sólo después de que Irlanda lo aceptase en referéndum, algo que sucedió la pasada semana, cuando cerca del 70 por ciento de los irlandeses votaron a favor de la Carta.
Tras la decisión de Irlanda «ya no había obstáculo para ratificarlo», añadió el jefe del Estado polaco. «Durante la negociación del Tratado de Lisboa, Polonia ha logrado grandes éxitos», destacó Kaczynski, recordando los esfuerzos del anterior gobierno dirigido por su hermano gemelo, Jaroslaw Kaczynski, para «defender los intereses polacos» en Lisboa y Bruselas.
Lech Kaczynski aprovechó su intervención para pedir que la UE, «un gran experimento en la historia de la humanidad», se abra a otros países, especialmente a Ucrania y Georgia, una de las viejas pretensiones de la diplomacia polaca.
En abril de 2008 el Parlamento polaco (Sejm) ya dio luz verde al Tratado Europeo, aunque por insistencia de Lech Kaczynski el texto fue acompañado de un decreto en el que se recogían las principales exigencias conservadoras, que pedían una referencia expresa a la supremacía de la legislación polaca frente a la comunitaria y a la Carta de Derechos Europeos.
Tras el «sí» del Sejm ya sólo quedaba esperar la firma del presidente para que, de acuerdo con la Constitución de este país, el documento quedase definitivamente aprobado por Polonia.
«Somos testigos de una firma muy importante», afirmó Barroso tras el acto en el que Fredrik Reinfeldt y Jerzy Buzek expresaron su confianza en lograr que la República Checa lo haga a fines de año, ya que es necesaria la aceptación de todos los miembros de la UE para que el documento entre en vigor.
Paradójicamente, Lech Kaczynski se venía oponiendo hasta ahora a ratificar un texto que él mismo negoció junto a su hermano gemelo, entonces primer ministro y actualmente líder del principal partido de la oposición polaca.
http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-133296-2009-10-11.html