Hoy la unidad, articulación, convergencia o como queramos llamarlo, urge en Guatemala.
¿Por qué urge?, no por el hecho de que supuestamente el mapa de América Latina, nos muestra que los gobiernos son de mayoría de izquierda o progresista y que por eso falta Guatemala. Si no, por el hecho mismo que Guatemala, no da para más, los problemas son profundos y hay que resolverlos de raíz y hasta el momento, quienes podrían dejar trazada la ruta, es una alianza de estos partidos de izquierda y progresista, pero con gente seria, capaz, responsable, ideológicamente clara.
Hoy, la urgencia de una posible unidad, articulación o convergencia; es la situación del país. La pobreza, la extrema pobreza, la falta de educación, falta de trabajo, niveles bajo de salud, las carreteras, los despojos de tierras, los desalojos, la expropiación de territorios, el alto costo de la canasta básica, el alto costo de la energía eléctrica, el alto costo de los combustibles, entre otros, pero sobre todo la corrupción y la impunidad.
En este marco de unidad, articulación o convergencia, hay algunas demandas que, aunque sean fundamentales, se pueden quedar para otro tiempo. Por ejemplo, si bien es cierto que aquí lo que urge es una refundación o la fundación de un nuevo país, una nueva nación, un nuevo estado. Hoy lo urgente, es retirar o desalojar a la mafia de criminales y corruptos de la institucionalidad del Estado, desde los tres poderes del Estado, hasta de las municipalidades, incluyendo el sistema de Consejo de Desarrollo y comenzar a construir una verdadera Democracia y un verdadero Estado de Derecho.
Teniendo a estos afuera, entonces podemos encaminarnos a construir lo que queremos ahora. Guatemala, no tiene la suerte de un movimiento que fuerce a un ejecutivo a convocar a una Asamblea Constituyente como paso en Chile. No tenemos la suerte de una Colombia, que de las calles saltaron a tomar el poder ejecutivo. No tenemos la suerte de un ecuador que tiene un movimiento indígena articulado en las situaciones malas del país.
Guatemala, tiene que trabajar duro. Queda menos de un año para organizar todo. La unidad, convergencia o articulación, no debe darse solo entre partidos, sino entre estos los movimientos y pueblos, sin interferir en la independencia de cada uno. Aunque los partidos deberán actuar en estricto apego a las necesidades y las demandas de los pueblos. Los pueblos hoy lo que quieren es tierra, techo, comida y trabajo.
La unidad no debe darse alrededor de posibles precandidaturas, incluso y esto puede ser que cada partido o cada movimiento ya tengan pensado quien será su candidato o candidata, pero no olvidemos que en el pueblo hay gente igual capaz que sin estar afiliado a algún partido o ser parte de un movimiento y teniendo las cualidades morales y éticas para abanderar un programa de trabajo para sacar del abismo al país, podría ser un futuro candidato o candidato y a quien se le podría dar la oportunidad, oportunidad que no da la derecha, siempre y cuando, asuma el compromiso de abanderar la lucha de los pueblos, de los humildes, de los nadies.
La unidad, articulación o convergencia, es urgente, el país no da para pensarlo más. Hay muchas voces llamando a la unidad. Desde sacerdotes, académicos, intelectuales, periodistas, lideres sociales, comunidades, pueblos, hombres, mujeres, jóvenes, señoritas, territorios, etc., están convocando a que quienes dirigen los partidos de izquierda o progresista, a los lideres de los movimientos sociales, a dejar por un lado sus egocentrismos, sus individualismos y se avance sobre un programa político común.
El rescate del país está en las manos de quienes sueñan con un futuro mejor para las nuevas generaciones, no está en las manos de los corruptos y criminales. Por eso, urge la unidad.
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