I
A más de un año y medio de la desafortunada frase ‘Puno no es el Perú’, pronunciada por la usurpadora Dina Boluarte, cuyo objetivo fue menospreciar las movilizaciones de aquel entonces, que tenían un reclamo justo: el respeto a la voluntad popular.
La resistencia comenzó en diciembre de 2022, cuando el pueblo, indignado con la clase política peruana que perdió con sus propias reglas electorales y fue derrotado en las urnas por Pedro Castillo, mostró su descontento hacia quienes nos gobernaron y nos gobiernan desde hace más de 200 años, sin beneficiar a las grandes mayorías. Dina traicionó al pueblo de Juliaca, que cuenta con más de 300,000 habitantes, una ciudad importante en la región Puno, que se levantó en contra de la usurpadora. Ella, ese mismo año, en la plaza de armas de Juliaca, juró y prometió irse junto a Castillo si lo vacaban. Promesa que no cumplió; sobre todo, no se le va a perdonar el asesinato de 20 hermanos y haber entregado el gobierno a la señora K de Fuerza Popular.
Desde diciembre de ese mismo año hasta la actualidad, nada ha cambiado. La corrupción sigue aumentando y se ha institucionalizado en el poder ejecutivo y, sobre todo, en el poder legislativo. El Congreso de hoy es el más desprestigiado y corrupto de la historia.
II
Puno es uno de los departamentos del Perú con aproximadamente 1,238,435 habitantes según estadísticas del Ministerio de Salud del año 2023. Tiene una diversidad cultural, geográfica, política, etc., que durante las últimas décadas ha buscado la forma de mover la economía a base del trabajo sacrificado de cada familia y, sobre todo, de reponerse de la pandemia del COVID-19. Frente a la crisis que se vive, producto de la profundización del neoliberalismo, Puno siempre fue marginado por los gobernantes de turno, aunque es una buena opción para buscar votos en cada elección. Desconocer a Puno como parte del Perú no es una novedad; en la práctica, siempre fue la última región en ser considerada por la clase política que se cree dueña del país.
Las movilizaciones que hasta hoy se llevan a cabo son producto del descontento de Puno con los políticos corruptos y, sobre todo, contra Dina Boluarte, quien desde que asumió la presidencia reprime al pueblo. Las movilizaciones iniciales fueron en apoyo de Pedro Castillo por la vacancia exprés impulsada por los perdedores de las elecciones, quienes se enquistaron en el poder para salvar sus intereses económicos personales. Luego, fueron por la solidaridad con los hermanos de otras regiones que sufrieron represión de las fuerzas armadas y por el asesinato de 20 personas en la región Puno. Ahora, son en contra de quienes gobiernan junto a Dina y por justicia para los asesinados.
La corrupción de los congresistas es sorprendente, desde la derecha más lumpen hasta la izquierda legal y, sobre todo, de la izquierda corrupta de Perú Libre, que traicionó a Pedro Castillo y se alió con la mafia de Fuerza Popular para ser parte de la mesa directiva de un Congreso que tiene más del 94% de desaprobación. En estas últimas semanas, la Comisión Permanente ha permitido la aprobación de leyes que favorecen la impunidad, otras que benefician a organizaciones criminales, excluyendo al menos 56 tipos penales, y otras que establecen la obligatoriedad de aplicar normas conocidas como inconstitucionales (como la Ley Soto); insisten en su institucionalidad.
III
Puno debe prepararse para enfrentar con sabiduría la próxima arremetida de los derrotados. El fascismo concentrado en la capital se confunde al creer que en Puno no hay pensamiento propio. Han responsabilizado a países vecinos del accionar de los pobladores. La derecha corrupta, la casta explotadora, debe saber que en Puno hay intelectuales, filósofos, educadores, empresarios, técnicos, etc., que pueden enfrentarlos y ser mejores que los de la capital, mejores que los partidos de derecha que ni formación política tienen. Es por eso que repiten lo que la prensa basura de señal abierta, comercial a diario, les inculca: el insulto y sobre todo el «terruqueo» que a la mafia les sirvió en la década del 90 para saquear al Estado con el pretexto del terrorismo. En estos nuevos tiempos no les sirve, porque un Puno culto no obedece; un pueblo que lee está preparado para liberarse de los de arriba que solo gobiernan para un puñado de fascistas.
Las movilizaciones ya no son solo de solidaridad; ahora el pueblo es consciente de que el modelo neoliberal ha fracasado. Las últimas movilizaciones, como la del 19 de julio de 2024, demuestran que la conciencia del pueblo ya no solo debe ser economicista, sino de lucha de clases. Las del 26, 27 y 28 de julio de 2024 son una muestra de que las jornadas de lucha están aumentando. Va más allá de la renuncia de la usurpadora o de que se vayan todos los políticos y congresistas corruptos. Se intensifica la lucha de clases; el sistema capitalista ha fracasado, y las luchas están en ascenso para un gobierno de nación, paz y equidad
La única manera de eliminar la corrupción es combatirla venga de donde venga: de derecha, de izquierda, nacionalista, patriota, etc. Debe ser combatida sin tregua. Según la Contraloría General de la República, la corrupción e inconducta funcional habrían ocasionado pérdidas por S/ 24,268 millones, lo que demuestra que la corrupción trae atraso a nuestro país. Por eso, se debe ser firme frente a lo que el sistema ha institucionalizado. Para las próximas elecciones se debe elegir representantes del pueblo que tengan vocación de servicio y no de servirse utilizando las necesidades de las grandes mayorías.
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