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Perú

Sin tregua

Fuentes: Rebelión

El ascenso de José Jerì al poder se da producto de una crisis revolucionaria. Su elección es una maniobra política preventiva contra el movimiento social en auge. Ahora, Jerì aparece como más concertador, pidiendo disculpas, llamando al “engaña muchachos” del Acuerdo Nacional (AN), a los dirigentes de la Generación Z, transportistas, etc. Sin embargo, esta es solo una estrategia para ganar tiempo, cooptar dirigentes, confundir y dividir al movimiento obrero y popular para luego reprimir. Es la estrategia de la zanahoria y el garrote.

Es que el gobierno de Jerì nace débil. Jerì tiene varios cuestionamientos por violación sexual, por haber recibido sobornos de S/. 150,000 cuando fue parte de la Comisión de presupuesto congresal y ser parte de un partido como Somos Perú (adscrito a la Democracia Cristiana), que también aprobó las leyes del Crimen y otras a favor de la elite económica. Jerì no tiene peso político propio, no fue elegido para ser presidente y además no tiene respaldo popular ya que ingresó al Congreso en reemplazo (como accesitario), de Martín Vizcarra.

Por estas razones, se ve obligado a revivir el AN, pero esta institución tiene más de 20 años de existencia con algunos objetivos que se ven bonitos en el papel, pero que terminaron siendo solo declarativos. Es que su rol es distractivo y de contención del movimiento popular. Jerì también está obligado a tomar poses de “cambio” a lo Bukele haciendo operativos inopinados a los penales. Pero toda la orientación de su política económica se verá en la composición del gabinete ministerial. Y como siempre el mismo tendrá que tener la venia del FMI y la CONFIEP. De lo contrario, duraría poco en el poder.

De esta forma, Jerì, tendría el encargo de imponer el fraude electoral que permita que Acuña y Keiko sigan manteniendo sus cuotas de poder político a la vez que EE.UU. avance con su política de saqueo de nuestro país en desmedro de China. Para esta cuestión necesitan imponer el miedo a la población (incluido cortinas de humo, psicosociales), dejando que la delincuencia avance (por eso las leyes del crimen no serían derogadas).

A pesar que la patronal transportista le ha dado una tregua a la administración Jerí, la Gen Z y Agua Marina, no habrían caído en el juego de tronos del poder. “Cambio de gobierno no es una mejora”, declaró el vocero del grupo musical Agua Marina (LR, 11/10), cuyo integrante acaba de fallecer por las balas asesinas del sicariato. Por su lado, la Gen Z acaba de llamar a una Marcha Nacional para el 15 O contra el crimen organizado y porque se vayan todos.

Así las cosas, estaríamos frente a un gobierno de transición sin tregua.

César Zelada. Director de la revista ‘La Abeja obrera’. Escritor y colaborador en varios medios de prensa popular.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.