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Srebenica, julio 1995: la historia «ocultada»

Fuentes: www.resistenze.org

En medio del silencio y de la indiferencia del mundo y de los medios occidentales, en los cementerios de la República Serbia de Bosnia, los serbios lloran solos. Miles de velas encendidas sobre las tumbas o sobre las lápidas de las fosas comunes; miles de arreglos florales colocados y funciones fúnebres tuvieron lugar este mes, […]

En medio del silencio y de la indiferencia del mundo y de los medios occidentales, en los cementerios de la República Serbia de Bosnia, los serbios lloran solos.

Miles de velas encendidas sobre las tumbas o sobre las lápidas de las fosas comunes; miles de arreglos florales colocados y funciones fúnebres tuvieron lugar este mes, pero de esto nadie habló en occidente, aunque fuese por respeto de la muerte y del dolor de miles de viudas, huérfanos, familiares de civiles, asesinados por las bandas fundamentalistas, dentro de la guerra civil en Bosnia, desencadenada por Izetbegovich y apoyada por las potencias occidentales.

También en este 11 de julio de 2008, periódicos, televisiones y medios, embajadores e intelectuales del mundo entero han recordado, filmado, «hecho partícipes» del dolor de los familiares de los combatientes fundamentalistas y secesionistas musulmanes de Bosnia, muertos en las batallas por Sarajevo, Srebenica y en las otras regiones de Bosnia, arrasadas por la guerra civil.

Quiero subrayar una vez más que fueron decenas de miles los musulmanes yugoeslavistas de Bosnia que combatieron con la JNA (Armada Yugoslava) junto con los serbios, para defender la Bosnia Erzegovina yugoslava y multiétnica, en la que vivían desde hace más de 50 años. Quién se acuerda o alguna vez escuchó hablar de Fikret Abdic, comandante musulmán, que hasta lo último combatió con sus hombres contra las fuerzas terroristas y secesionistas musulmanas ligadas al ex presidente Izetbegovich?! Hoy todavía está preso en las cárceles croatas.

Y quién se acuerda de Ismet Duheric, el comandante de la Unidad «Mesa Selimovic», enteramente formada por musulmanes, que era parte de la Armada Serbo Bosniaca?

Frente a la muerte haría falta siempre, al menos, el respeto y el silencio.

De parte de los detentores de los medios de información y de los políticos internacionales, extraños al dolor de las partes en conflicto, faltaría la dignidad y la ética de una escala de valores equidistante y ecuánime para con los sobrevivientes y los desplazados. Pero también esta vez, los media occidentales han querido «intoxicar» la información y escogieron continuar haciendo propaganda, «desinformación estratégica», que tanta muerte, violencia y odio ha generado en las tierras bosnias y en los Balcanes.

Una vez más perdieron la ocasión para actuar y favorecer procesos de paz y reconciliación entre esas gentes laceradas por los acontecimientos. Una vez más ha pisoteado y humillado la verdad histórica y los hechos ya documentados en sus variados y enredados aspectos.

También en este 11 de julio de 2008, donde estaban estos hombres de paz, estos informadores profesionales, donde dejaron su indignación, su humanidad «herida» por los trágicos hechos de la guerra?

Una vez más miles de familiares de los caídos civiles serbios lloraron, recordaron, rogaron dentro de la absoluta indiferencia del mundo. Pero esta año con una humillación y un dolor más en la conciencia y en el alma: visto que, en las semanas que pasaron, fue absuelto por parte del TPI de La Haya el criminal de guerra Naser Oric, acusado por testigos, videos en donde se hacía tomar con sus hombres, algunos con cabezas decapitadas de serbios en la mano, rodeado de cadáveres de civiles de los pueblos alrededor de Srebenica.

Naser Oric y Srebenica: entre 1992 y 1993 SOLO en los Municipios de Srebenica y Bratunac (parte oriental de Bosnia), fueron asesinados 3282 serbios (civiles, mujeres, niños, ancianos) y TODOS los 156 pueblos de estos municipios fueron incendiados y dejados a ras de suelo por las bandas terroristas conducidas por Oric (la 28° división musulmana), que se retiraba luego en la zona protegida por la ONU de Srebenica, hasta cuando el ejército serbo bosnio no tomó la ciudad.

Esto fue lo que hizo Naser Oric, una leyenda brutal y despiadada, que ensangrentó la tierra bosnia por más de tres años, como atestiguan entrevistas, denuncias, declaraciones oficiales del UNPROFOR (las fuerzas de protección ONU en Bosnia) y de Peacekeeper civiles de la ONU (operadores de paz).

Agrego aquí solo dos, entre los incontables ya disponibles, fragmentos de testimonios: una del General francés Morillon y otro del periodista canadiense B. Schiller.

 

Srebenica y Naser Oric

(…) En su testimonio, Morillon confirmó que la enclave de Srebenica era utilizada por la armada bosnia-musulmana como base militar operativa bajo el comando de Naser Oric. Oric mismo contribuyó a la crisis humanitaria conduciendo acciones de guerrilla mediante la estrategia de ataque-fuga, que tenían como objetivo pueblos serbios. Morillon explicó: «Estos enclaves fueron parcialmente ocupados por las fuerzas musulmanas bajo el comando de Naser Oric, que emprendió batallas regularmente (…)».

Dermot Groome, fiscal del ICTY, hizo a Morillon una pregunta respecto al ataque de Kravica la noche de la Navidad ortodoxa:

«General, en su disertación describe detalladamente los ataques de Naser Oric, en particular el que se desencadenó la noche de la Navidad Ortodoxa». Morillon replicó: «Las acciones a las que usted se refiere fueron una de las razones del deterioro de la situación en el área, en modo especial durante el mes de enero. Naser Oric se empeñó en ataques durante las vacaciones ortodoxas, destruyendo los pueblos y masacrando a sus habitantes. Lo cual originó una tal ola de violencia y llevó a un nivel de odio inaudito en la región, induciendo así la región de Bratunac en particular – enteramente de población serbia – a insurgir y rebelarse a la sola idea que a través de las ayudas humanitarias se pudiese ayudar a la población allí presente (Testimonio al TPI de La Haya).

Terrible señor de la guerra musulmán elude las fuerzas serbio-bosnias

Belgrado, Yugoslavia – Cuando el comandante serbio-bosnio General Ratko Mladic entró triunfalmente a Srebenica la semana pasada, no quería solo tomar Srebenica, quería Naser Oric. Desde el punto de vista de Mladic, este comandante musulmán fuertemente armado, había hecho muy difícil y demasiado mortal la vida para las comunidades serbias de la zona.

A pesar de que los serbios circundaron Srebenica, Oric continuó a organizar raids nocturnos contra las zonas serbias. Oric, el guerrero más sediento de sangre que haya atravesado un campo de batalla, huyó de Srebenica antes de que cayese. Algunos creen que haya conducido las fuerzas bosnias musulmanas hacia los enclaves cercanos de Zepa y Gorazde. Oric es terrible y se vanagloria de ello.

Tuve un encuentro con él en enero de 1994, en su casa en Srebenica rodeada por los serbios, en una noche fria y con nieve, me senté en su sala a ver una versión choc en video de lo que pudiera llamarse «lo mejorcito de Nasir Oric».

Habían casas quemadas, cadáveres, cabezas con heridas y personas que escapaban. Oric mientras tanto sonreía, admirando su trabajo. «Les hicimos una emboscada», dijo cuando en la pantalla apareció un cierto número de serbios muertos.

La sucesiva secuencia de cadáveres fue causada por explosivos: «Mandamos esos chicos a la Luna», se vanaglorió. Cuando apareció una secuencia de una ciudad fantasma marcada por los proyectiles sin ningún cuerpo visible, Oric se apuró a anunciar: «Allí matamos a 114 serbios». Luego hubo celebraciones, con cantantes que con voces temblorosas le hacían elogios.

Estas reminiscencias con imágenes, evidentemente, venían de aquello que los Musulmanes consideraban los días de gloria de Oric. Esto era antes que la mayor parte de la Bosnia occidental cayera y que Srebenica se convirtiese en una «Zona segura», con las fuerzas de paz de las Naciones Unidas en su interior, y los Serbios en el exterior.

Más tarde, de todas maneras, Oric intensificó sus ataques nocturnos «golpea y escapa». (…) Los Serbios consideran a Oric, como un criminal de guerra (…).

(Bill Schiller, Toronto Star, miércoles 20 de julio de 2005)

La absolución de Oric en La Haya fue la enésima demostración del papel del TPI, de sus intenciones, de su naturaleza y de sus objetivos de fondo.

Pero los serbios de Bosnia y de Kosovo no están solos.

Hombres y mujeres de buena voluntad, conscientes y fautores de la lucha por la paz, amistad y solidaridad entre los pueblos, de la lucha por la búsqueda de la verdad, en cada país continúan una difícil mas tenaz batalla para hacer conocer la verdad histórica: esa que se basa en los hechos, acciones, testimonios, documentos no filtrados ni falsificados por la información servil y construida en casa, ya puestas en bandeja por las cuatro grandes agencias de prensa de las capitales del oeste y sujetas a los intereses históricos y estratégicos de las potencias occidentales.

También estas pocas líneas hacen parte de esta descomunal batalla y empeño en buscar la verdad, conscientes de que solo a través de la verdad histórica se pueda alcanzar la justicia. Sin verdad no podrá haber justicia jamás, no habrá paz ni estabilidad, y la conflictualidad quedará latente y persistente

… pero todo eso no es el interés de estrategias de dominio imperialista?

Cierro con las melancólicas palabras del escritor serbio Pavlovic, que son la fotografía del alma del pueblo serbio en estos años de falsedades, calumnias y precios pagados por querer ser ellos mismos:

 

«…Bellas ciudades ya no habrán

en nuestro país.

Largas noches queremos y bosques profundos

donde se pueda ver aun sin ojos.

Déjennos cantar y pensar en nosotros mismos,

porque los otros ya nos han olvidado…»

 

Julio 2008, Enrico Vigna portavoz del Forum Belgrado Italia.